• Además
de la depredación humana, las palmas mexicanas
son muy susceptibles a las variaciones del clima,
expuso el doctor Miguel Martínez-Ramos, del
CIEco de la UNAM
• Los resultados del trabajo que el biólogo
universitario ha realizado durante 14 años
con esas especies fueron publicados en la revista
británica Journal of Ecology
• Es un artículo relevante porque propone
estrategias para que las comunidades que viven de
estas plantas las exploten racionalmente, expuso
el editor de la publicación
Quienes se dedican a su recolección
las llaman palmas xate, aunque una vez que llegan
al mercado son vendidas con el nombre de “hoja
elegante”, por su fina estructura de color
verde brillante, usada de adorno en los arreglos
florales e incluso en procesiones religiosas.
El problema es que las poblaciones de
la Chamaedorea elegans (nombre científico
del xate) han comenzado a mermar, al punto de
estar en riesgo de extinción, y no sólo
por la depredación humana, sino por el
fenómeno conocido como El Niño,
señaló Miguel Martínez-Ramos,
del Centro de Investigaciones en Ecosistemas de
la UNAM, en un estudio publicado este mes en la
revista Journal of Ecology, de la Sociedad
Británica de Ecología.
Alrededor de esta especie, que no rebasa
los dos metros de altura y crece en selvas tropicales,
se ha desarrollado una industria que genera millones
de dólares.
De hecho, tan sólo este año,
la actividad generó una derrama de 20 millones
de pesos en las comunidades que se dedican a su
recolección, aunque el producto al llegar
a EU, representó una ganancia de 20 millones
de dólares.
Este incremento exponencial se debe a
que a los campesinos se les paga apenas un dólar
por una gruesa de producto colectado (144 hojas),
mientras que, en Estados Unidos, por esta misma
cantidad un consumidor alcanza a comprar apenas
una docena.
El biólogo universitario expuso
que desde hace tiempo se detectó que la
defoliación de estas palmas responde a
causas naturales (ataque de herbívoros
o patógenos) y artificiales (como la cosecha
en tiempos de veda).
Sin embargo, estudios recientes señalan
que en los años en que se presenta el fenómeno
conocido como El Niño, la vegetación
de las selvas húmedas se ve afectada en
mayor grado.
“La pérdida de hojas se
exacerba en el periodo conocido como ENSO (Oscilación
Sur de El Niño, por sus siglas en inglés)
debido a la disminución pluvial y al aumento
de las temperaturas; pero, aún no se entiende
bien cómo se ven afectadas las selvas húmedas”,
según la publicación, que puede
ser consultada en http://www.journalofecology.org/view/0/index.html
Las palmas, clave para entender al ecosistema
selvático
El profesor Martínez-Ramos comenzó
a estudiar las palmas y su relación con
el ambiente hace 14 años, “esencialmente
porque revelan mucho de la flora y fauna que habitan
en la selva, además de que México
es un lugar privilegiado para realizar este tipo
de trabajos, porque tenemos más de 40 variedades”.
El doctor en Ecología señaló
que estas plantas son esenciales para el mantenimiento
de diversas comunidades, pero desafortunadamente,
su explotación ha sido irracional, principalmente
por la demanda que tienen tanto en México
como en Estados Unidos y Europa, donde sus hojas
son altamente cotizadas.
“De hecho, una hoja elegante, usada
para resaltar la belleza de una orquídea,
alcanza precios exorbitantes en florerías”,
indicó. Así como pasa con el xate,
muchas otras palmas son víctimas de la
desmedida demanda del mercado, como la Chamaedorea
oblongata o la ernesti-augusti, situación
que ha llegado a encender focos rojos entre los
ecologistas.
“Así me di cuenta que era
necesario proponer estrategias para el manejo
racional del recurso, porque la depredación
ha sido tal, que se podría decir que estas
especies están en peligro de extinción”,
agregó.
En el artículo publicado en la
revista británica, se destaca el acierto
de Martínez-Ramos y su equipo (del que
formaron parte especialistas de las universidades
de Ultrech y Berkeley) al vincular al ENSO con
la defoliación observada en los bosques
tropicales de la Reserva de la Biosfera de Montes
Azules, aunque este hallazgo fue fortuito.
“En 1998, estábamos realizando
nuestro trabajo cuando se presentó uno
de los fenómenos de El Niño más
intensos de los que se tenga memoria. En aquel
año, se registraron muchos incendios forestales,
y comenzamos a notar cómo las sequías
severas afectaban al ecosistema de las selvas
húmedas”, recordó.
Pensar en el futuro
Por la relación tan cercana que
tienen las poblaciones del sur de México
con estas palmas, desde el principio de sus estudios,
Martínez-Ramos consideró las dimensiones
socioeconómicas del asunto.
“Es difícil saber cuántas
comunidades se dedican a la extracción
de hojas, pero por la amplia distribución
geográfica de localidades de cosecha en
el país (Tamaulipas, Veracruz, Campeche,
Chipas y Oaxaca), hablamos de muchas comunidades”.
Para poner un ejemplo de la relevancia
de esta actividad, el ecologista señaló
que en Frontera Corozal, poblado ubicado al sureste
de Chiapas, el 40 por ciento de los miembros de
la comunidad se dedica a la extracción
de hojas de palma xate, y esto representa hasta
un 70 por ciento de los ingresos de las familias.
“Es cierto que estas especies están
en peligro, pero es muy difícil pedir a
los individuos que dejen de cosecharlas porque
de eso depende su supervivencia y la de sus familias.
Es en este punto donde se necesita la intervención
de las instituciones”, expuso.
Para hacer frente a la cada vez más
preocupante defoliación, el biólogo
propone que, en tiempos normales, se recolecte
sólo la mitad de las hojas de una planta,
es decir, si el ejemplar tiene cuatro hojas, retirarle
sólo dos, y en temporada ENSO, lo prudente
es quedarse sólo con el 25 por ciento (si
hay cuatro hojas, sólo una).
“Hay que comenzar a actuar desde
ahora, porque si esperamos que las sequías
ocasionadas por El Niño sean más
frecuentes, el impacto en las poblaciones de plantas
tropicales amenazaría la sustentabilidad
de la industria del xate”, expuso Martínez-Ramos.
Este estudio brinda una nueva perspectiva
que permitirá diseñar mejores políticas
proteccionistas, porque muchas de las investigaciones
ambientales desarrolladas hasta ahora sólo
consideran condiciones “normales”
y ponen de lado eventos climatológicos
severos.
Por el carácter novedoso de los
resultados del doctor Martínez-Ramos y
su equipo, Mike Hutchings, editor ejecutivo de
la revista Journal of Ecology, seleccionó
el artículo del profesor de la UNAM como
uno de los más destacados del mes.
Al respecto, Hutchings expresó:
“El experimento aquí descrito comenzó
antes del evento ENSO, y aunque probablemente
los autores no lo tenían contemplado, supieron
aprovechar esta circunstancia y realizar las mediciones
adecuadas para evaluar la demografía de
estas especies.
“En resumen, se determinó
que la forma de colectar estas plantas, esenciales
para la subsistencia de las economías locales,
deben modificarse si se desea que las palmas sobrevivan
y sean rentables en los diferentes escenarios
climáticos que se presenten a futuro”,
concluyó.
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