• A la luz
de las señales del llamado cambio climático,
se deben plantear los tópicos fundamentales
de la economía política, destacó
Rolando Cordera Campos
• Hoy, pocos dudan de la relación entre
la crisis ambiental y el modelo económico,
aseveró Luisa Paré, investigadora
del Instituto de Investigaciones Sociales de la
UNAM
• Si no se empiezan a detonar las energías
renovables, el país se limitará aún
más para enfrentar la inestabilidad financiera,
advirtió Patricia Arendar Lerner, directora
Ejecutiva de Greenpeace
Si no se pondera el tema ambiental, podemos
quedarnos en un momento de incertidumbre frente
a los desafíos que plantea el daño
brutal que genera la actual inestabilidad financiera,
afirmó Rolando Cordera Campos, coordinador
del Seminario Universitario de la Cuestión
Social e integrante de la Junta de Gobierno de
la UNAM.
Al participar en la mesa redonda Interpretación
de la crisis económica, global y local,
desde el enfoque del desarrollo sustentable, consideró
que ante el escenario monetario que se presenta,
también es necesario poner el mayor empeño
para encontrar la combinatoria socialmente más
adecuada, y ambientalmente más responsable.
Además, se debe plantear, a la
luz de las señales cada vez más
claras del llamado cambio climático, los
temas fundamentales de la economía política,
particularmente los del desarrollo y crecimiento,
acotó en el aula Leopoldo Zea,
de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales.
En opinión de Luisa Paré, investigadora
del Instituto de Investigaciones Sociales de esta
casa de estudios, hoy pocos dudan de la relación
entre la crisis ambiental y nuestro modelo económico,
que ha desbordado sus propios límites;
no integra las nociones de equidad, justicia social
y ha puesto en jaque la base natural necesaria
para su desarrollo.
Se observa cómo la codicia imperial,
después de haber montado guerras modernas
en torno a recursos estratégicos como el
petróleo, el gas, el cobre, el salitre
y el litio, ahora conduce su dominio hacia bienes
comunes que antes no habían sido concebidos,
como el agua, refirió.
Respecto a la relación del medio
ambiente con la crisis actual, consideró
que ésta ha sido pretexto para debilitar
regulaciones del ecosistema, prevalecientes en
México y otros países de América
Latina.
De modo que la desesperación ante
la debacle económica ha llevado a los gobiernos
a aceptar empresas de alto impacto climático,
como es el caso de la minería en el país,
indicó.
En su oportunidad, Yolanda Trápaga,
profesora de la Facultad de Economía, indicó
que en la nación existe una metodología
de cuentas ambientales que produce el INEGI. Con
esta herramienta, se puede saber cuál es
el estado de cuatro recursos fundamentales: agua,
suelo, bosques y petróleo.
Por su parte, Patricia Arendar Lerner,
directora Ejecutiva de Greenpeace, aseveró
que si no se empiezan a detonar las energías
renovables, México se limitará aún
más para enfrentar la actual crisis económica
y la posibilidad de dar respuestas acertadas en
materia de recursos materiales al cambio climático.
Se requiere de una energía que
genere progreso, donde la generalidad pueda tener
una ganancia. Para ello, es preciso poner fin
a las subvenciones que se otorgan a los combustibles
fósiles, se deben canalizar subsidios y
detonar las fuentes renovables, no permitir que
las energías limpias tengan un costo social,
y establecer objetivos obligatorios de reducción
de emisiones, concluyó.
-oOo-