Boletín UNAM-DGCS-598
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Universitaria
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de foto al final del boletín
DE
Hace 100 años, el médico brasileño Carlos Chagas descubrió en el estado
de Minas Gerais una enfermedad infecciosa transmitida por un parásito que chupa
la sangre de las personas, que provoca fiebre y daños al corazón, al sistema
nervioso central y al aparato digestivo.
La nombró tripanosomiasis americana, porque el agente infeccioso se
llama Trypanosoma cruzi, pero en el
mundo entero el padecimiento es conocido como enfermedad de Chagas, en honor a
su descubridor.
A un siglo de distancia, este mal endémico de América Latina infecta,
cada año, a un grupo que va de
Este padecimiento se distribuye desde México hasta Argentina, aunque
tiene una incipiente presencia en el sur de Estados Unidos y casos aislados en
Canadá; su mayor concentración ocurre en zonas rurales tropicales, donde existe
mucho calor e insalubridad.
Para analizar cómo se encuentra actualmente este mal parasitario, se
realizó el Congreso Centenario del Descubrimiento de
El encuentro fue organizado por
Participaron especialistas de Suiza, Inglaterra, Francia, España,
Estados Unidos, Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia, Guatemala y México,
quienes presentaron los avances y la situación actual de esta enfermedad.
Retos a enfrentar
“Para erradicar la infección enfrentamos varios retos, como reducir la
transmisión del parásito y lograr el tamizaje universal en los bancos de sangre
de toda Latinoamérica”, afirmó Roberto Salvatella, asesor de
El médico uruguayo destacó la necesidad de fortalecer el diagnóstico y
tratamiento oportuno, adecuado y accesible, para lograr que la enfermedad de
Chagas deje de ser endémica.
“En muchos países de nuestra región se ha detenido la transmisión
vectorial vía el parásito, y se ha trabajado mucho en los bancos de sangre,
logrando que 18 de los 21 países tengan control de tamizaje para detectar
sangre contaminada. Pero necesitamos llegar a la cobertura universal”, señaló
Salvatella.
Ciclo de infección
Para infectar al ser humano u otros mamíferos —perros, gatos y ratas,
entre otros—, el Trypanosoma cruzi
utiliza como vehículo de transmisión (o vector) a insectos de la familia
Triatimonae, entre ellos, la llamada “chinche hocicona” (Triatoma phillosoma).
El insecto pica al ser humano y otros mamíferos para alimentarse de su
sangre. Al hacerlo, deja heces fecales con el parásito que se filtra al
torrente sanguíneo por el minúsculo orificio de la mordedura.
Ya en el cuerpo, el microorganismo puede infectar casi cualquier
célula, aunque prefiere las fibras cardiacas. Por ello, se dirige al corazón,
para después provocar el crecimiento de ese órgano e infartos. También se aloja
en el tubo digestivo, donde afecta al esófago y altera el tamaño del colon. Es
importante tener un diagnóstico temprano de la infección por T. cruzi, antes de que se desarrolle.
Para reconocer los síntomas tempranos, hay que estar atentos a una
aparente gripe con pocos días de fiebre, y realizarse exámenes para detectarla
a tiempo.
Al inicio, los síntomas son breves y el parásito se queda en el
organismo entre 10 y 25 años antes de que el mal se desarrolle, así que sin un
diagnóstico temprano, muchas personas pueden vivir con la infección sin
saberlo.
La enfermedad de Chagas se expresa con arritmias cardiacas, fatiga,
crecimiento y/o inflamación del corazón, apnea de sueño y problemas
respiratorios.
Médicos sin Fronteras apoya campaña
La organización no gubernamental Médicos sin Fronteras (MSF) informó
que iniciará una investigación de campo para valorar la gravedad de la
enfermedad en México y, según los resultados, se apoyaría una campaña
especialmente en zonas marginadas del país, comentó Alain Rias, representante
de MSF en el país.
Rias comentó que millones de personas tienen Chagas. “Pueden morir
muchos años después por problemas cardiacos, en silencio y sin saberlo, sin
ayuda. Por eso, en Médicos sin Fronteras, apoyamos la campaña ‘Chagas, rompe el
silencio’, que nos llevará a conocer de forma más precisa el alcance de esta
infección que afecta a las poblaciones más pobres de América Latina”, señaló.
Según datos de MSF, el 25 por ciento de la población latinoamericana,
equivalente a 100 millones de personas, afrontan el riesgo de contraer esta
enfermedad, pues conviven con insectos de la especie Triatominae, conocidas como chinches o vichucas, según la región
geográfica, que transmiten el parásito Tripanosoma
cruzi que penetra al torrente sanguíneo humano cuando el insecto pica a las
personas.
Estas chinches, que se alimentan de sangre, viven entre el adobe, la
paja y los ladrillos, materiales característicos de viviendas rurales. Las
favorece el clima tropical y, por ello, en México la infección es creciente en
varias regiones del país.
Sin medicinas para los niños
En el Congreso de
“Estamos trabajando en una fórmula de benznidazol, que será el primer
tratamiento concebido especialmente para niños. También desarrollamos azoles,
compuestos clínicos ya conocidos y utilizados contra infecciones fúngicas”,
agregó Mechali.
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Foto
01.
La
“chinche hocicona” (Triatoma phillosoma) es uno de los principales vehículos de
transmisión del mal de Chagas.