Boletín UNAM-DGCS-595
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EL
LEGADO DE GALILEO ES
El legado de Galileo a la ciencia moderna es el de la defensa valiente
de la realidad contra el dogma, de la verdad ante el mito, de la razón frente a
la fe, de lo que sabemos ante lo que creemos, del mundo como es ante el mundo
como quisiéramos que fuera, afirmó el patólogo Ruy Pérez Tamayo, profesor emérito
de
En el ciclo de conferencias Galileo,
su tiempo, su obra, su legado, celebrado en El Colegio Nacional, el
investigador de
“La primera, durante el periodo de
“La segunda, a fines de
“Con esos dos elementos combinados, a partir de los siglos XVI y XVII,
pudo iniciarse
Con las primeras observaciones del cielo realizadas con un telescopio,
Galileo participó para lograr
En su libro El mensajero sideral,
Galileo incluyó sus primeras observaciones hechas con un telescopio de
fabricación casera, que aumentaba hasta mil veces el área aparente de los
objetos y los hacía aparecer 30 veces más cercanos que cuando se examinaban sin
su ayuda.
Ese texto, repasó Pérez Tamayo, muestra los dibujos de Galileo de la
superficie de
También señala que
“Los datos anteriores podían usarse para apoyar la cosmogonía de
Copérnico que, entre otras cosas, postulaba que
Matemáticas para leer el Universo
Pérez Tamayo citó a Galileo, quien en 1632 escribió en su dictum: “… la filosofía está escrita en
ese libro grandioso, el Universo, continuamente abierto a nuestros ojos. Pero
el libro no puede entenderse a menos que uno primero aprenda a comprender el
lenguaje y leer las letras en que está escrito. Está escrito en el lenguaje de
las matemáticas, y sus caracteres son triángulos, círculos y otras figuras
geométricas sin las que es humanamente imposible entender una sola palabra; sin
ellas, uno se pierde en el laberinto oscuro.”
Para Pérez Tamayo, con este texto las matemáticas quedaron consagradas
como uno de los lenguajes indispensables en la ciencia, como correspondió
confirmarlo a Newton en 1687, en su obra Principia
Mathematica.
El juicio de
El profesor emérito destacó que en 1610 Galileo publicó el libro El mensajero sideral, que dedicó a
Cósimo II de Medici, quien había sido su discípulo y era Gran Duque de
“Ésta fue una circunstancia desafortunada, pues si Galileo se hubiera
quedado en Padua no lo habrían acusado ante
“Mientras Galileo no abrazó públicamente el copernicanismo, sus
relaciones con
Entonces, los enemigos de Galileo eran los demás profesores de
“La oposición se organizó bajo la dirección de Ludovico delle Colombe,
que no era profesor pero sí un aristotélico rabioso. Al regresar de Roma en
1612 Galileo tuvo dos disputas: una con Colombe sobre los principios de los
‘cuerpos flotantes’, que lo llevó a expresar argumentos fuertes en contra de la
física aristotélica; y la otra disputa fue sobre la prioridad del descubrimiento
de las manchas solares, con el padre Christopher Schreiner, un jesuita
astrónomo que las atribuía a pequeños planetas pasando por el Sol.
“Galileo publicó otro volumen, Cartas
sobre Manchas Solares, donde señalaba que las manchas solares estaban en
“Naturalmente, contradecir las
Sagradas Escrituras no había sido la intención de Copérnico, ni tampoco era
Pero Galileo, que buscaba demostrar que no había contradicción entre
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Foto
01.
El
patólogo Ruy Pérez Tamayo, profesor emérito de