06:00  hrs. 2 de Octubre de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-580

Ciudad Universitaria

 

 


Blanca Hydé Ruiz Ordaz

Pie de foto al final del boletín

 

 

LA DISTRIBUCIÓN DEL DENGUE, CADA VEZ MÁS AMPLIA EN MÉXICO

 

 

·        No sólo se incrementa el número de casos, sino las entidades afectadas, afirmó Blanca Haydé Ruiz Ordaz, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM

·        En 2005, la mayoría de los casos reportados estaban limitados al sureste y estados de la costa. Para 2007,  se extendió a prácticamente todas las demarcaciones; en 2008, Morelos fue la más afectada

 

 

La distribución del dengue en México es cada vez más amplia porque se ha incrementado la distribución del mosquito vector. No sólo aumenta el número de casos, sino las entidades afectadas, informó Blanca Haydé Ruiz Ordaz, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM.

 

Además, va a la alza el dengue hemorrágico, que puede manifestarse como síndrome de choque por dengue, potencialmente fatal en proporción al “dengue clásico” o “fiebre por dengue”, forma autolimitante del padecimiento, añadió la experta.

 

En 2008, se registró un incremento de aproximadamente 10 por ciento en su incidencia; los estados más afectados fueron: Colima, Veracruz, Michoacán, Guerrero, Jalisco, Chiapas, Nayarit, San Luis Potosí y Morelos.

 

Hasta el momento, no existen reportes de la presencia del mosquito transmisor, Aedes aegypti, en la Ciudad de México, pero sí está en las cercanías como Morelos. “En el DF hay casos, pero de personas que salen de viaje a las zonas endémicas”, dijo.

 

El insecto “ha ganado terreno”; anteriormente no se encontraba en territorios a más de mil metros de altura sobre el nivel del mar, pero ahora se puede localizar en las montañas. Además, es fácilmente adaptable a las zonas urbanas, expuso.

 

Según la Secretaría de Salud, en 2005 la mayor parte de los reportes se limitaban al sureste y entidades costeras; siendo Tamaulipas, Veracruz y Quintana Roo fueron las más afectadas.

 

No obstante, para 2007 la distribución se extendió a prácticamente todos los estados, y en 2008 al centro del territorio; Morelos, junto con Colima, tuvieron el mayor número de enfermos.

 

El dengue, explicó Blanca Ruiz, es una virosis aguda y sistémica ocasionada por cualquiera de los cuatro serotipos del virus (perteneciente a la familia Flaviviridae), propagado por la hembra hematófaga del mosquito Aedes aegypti. Éstas son las únicas que pueden hacerlo, porque para el desarrollo de sus huevecillos necesitan tomar sangre; en tanto, los machos se alimentan de frutas y no son transmisores.

 

Las manifestaciones clínicas son variadas y van desde una infección autolimitada, con síntomas inespecíficos como fiebre, dolor de cabeza, abdominal y de articulaciones, que pueden atribuirse a otras causas, hasta las formas más severas.

 

Entre el uno y 10 por ciento de los casos presentan las formas de la enfermedad como fiebre hemorrágica por dengue (FHD) y el síndrome de choque por dengue (SCHD), en los que se presentan alteraciones como la presencia de extravasación del plasma por daño al endotelio vascular, que puede predisponer al choque hipovolémico.

 

La FHD ocurre porque algunos aislados virales (más agresivos) y/o la respuesta inmune del huésped favorecen la presencia de trastornos en los procesos de coagulación-inflamación, como la coagulación intravascular diseminada, y/o presencia de hemorragia en diferentes sitios del cuerpo: gastrointestinal, cerebral, entre otros.

 

La transmisión viral, recordó Ruiz Ordaz, se presenta cuando un mosco se alimenta de sangre de un sujeto infectado y adquiere el virus; en la siguiente alimentación, a través de la saliva lo transmite a una persona sana, manteniéndose de esta manera en la naturaleza (entre el mosquito y el humano).

 

Epidemiológicamente, se ha observado que el riesgo de presentar FHD/SCHD (siendo letal hasta en un 40 por ciento de los casos) es más elevado en el curso de una segunda infección, por un serotipo diferente; anticuerpos dirigidos contra el virus primoinfectante no neutralizan al virus de la segunda infección y funcionan como anticuerpos “facilitadores” de la infección.

 

En el mundo, recordó la científica, anualmente se infectan entre 50 y 100 millones de personas; de éstas, 250 mil se manifiestan como FHD/SCHD. “Después de la malaria, en regiones tropicales es la enfermedad transmisible más importante”.

 

Según la Organización Panamericana de la Salud en 2007 en la región se registró un pico importante en el número de enfermos. Ese año, Brasil ocupó el primer lugar, seguido por Venezuela, México y Colombia. Sin embargo, para 2008, México ocupó el primer sitio con 31 mil 154 casos, seguido por Venezuela, Colombia y Perú.

 

En el territorio nacional, el año que mayor número de defunciones ocurrieron fue 2005, y actualmente, se registran brotes epidémicos en Chiapas, Veracruz, Colima, Guerrero, Michoacán y Jalisco. “Mientras más se prolongue la época de lluvia, más persiste la enfermedad”, advirtió.

 

Para el dengue actualmente no existe una vacuna segura y efectiva, ni antivirales específicos. Tampoco hay modelos animales que permitan estudiar al dengue hemorrágico, porque en ellos sólo se presenta la infección inaparente.

 

Lo que queda, entonces, es tratar de impedir la transmisión viral mediante el control del vector (insecto); también es fundamental el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno. “En las zonas costeras la gente conoce los síntomas y se acerca al médico para recibir atención”.

 

Como medidas preventivas, se puede usar repelente de mosquitos, y en las regiones endémicas colocar mosquiteros y evitar que el agua se estanque, porque ahí se depositan los huevecillos. Asimismo, se debe evitar el uso de medicamentos como aspirina, que agravan el cuadro clínico.

 

Para contar con nuevas estrategias de control viral, en el laboratorio de Blanca Ruiz se estudia tanto al vector como al virus. “Se identifican moléculas receptoras para este virus, tanto en mosquitos como en células de mamíferos, y poder proponer moléculas que interfieran con el inicio de la infección viral.

 

Asimismo, contamos con un modelo de encefalítis murina experimental, que nos permite evaluar la agresividad de los aislados virales que circulan en la naturaleza. Evaluamos también los mecanismos involucrados en el daño a la célula huésped”.

 

Se analiza un brote en el centro-sur de Chiapas, donde se han incrementado los casos. “No sabemos si se deba a factores del huésped o del virus. Queremos identificar en el hospedero indicadores de riesgo a las formas graves”, acotó.

 

Por sus hallazgos en torno a las interacciones tempranas del virus y los mecanismos de daño que produce, la Sociedad Internacional de Hematología (rama Latinoamericana) acaba de entregar el premio Luis Sánchez Medal a la universitaria y su equipo, cuyo trabajo fue elegido entre 44 provenientes de América Latina.

 

“Identificamos receptores celulares involucrados en los procesos de inflamación-coagulación, como el factor tisular y los receptores activados por proteasas (PARs).

 

“Estamos interesados en el  estudio de las vías de activación de la célula que favorecen la producción de citocinas proinflamatorias, que ocasionan daño al endotelio vascular, proceso importante en el síndrome de choque por dengue. La meta es hacer una propuesta farmacéutica para impedir la infección viral”, señaló.

 

Mientras tanto, cinco iniciativas internacionales avanzan para la obtención de una vacuna efectiva, que podría estar lista en un futuro no lejano, concluyó la especialista.

 

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Foto 01.

 

Por sus hallazgos en torno a las interacciones tempranas del virus del dengue y los mecanismos de daño que produce, la Sociedad Internacional de Hematología otorgó el premio Luis Sánchez Medal a Blanca Haydé Ruiz Ordaz, del IIBm de la UNAM.