Boletín UNAM-DGCS-558
Ciudad Universitaria
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boletín
EJERCITAR EL
CEREBRO REDUCE LAS POSIBILIDADES DE ENFERMAR DE ALZHEIMER
Leer, escuchar música, estar en contacto con las artes y aprender cosas
nuevas son actividades que fortalecen la actividad cerebral y reducen las
posibilidades de adquirir Alzheimer, caracterizada por la pérdida de la memoria
y de la identidad personal.
“Esto no quiere decir que toda la gente que esté activa intelectualmente
no va a tener Alzheimer, pero la probabilidad disminuye. Las personas que están
activas intelectualmente son menos vulnerables a esa enfermedad porque tienen
una memoria cognitiva, hacen ejercicio mental al leer y escuchar música”,
señaló el doctor
Con 30 años en la investigación en el desarrollo de la memoria y dos
más en procesos básicos que generan la enfermedad, el investigador ha medido la
reducción de la susceptibilidad a adquirir ese mal neurodegenerativo cuando el
individuo está sometido a retos que implican aprender nueva información para conservarla
en su memoria.
“En ratas de laboratorio hemos comprobado que cuando estos animales
tienen que ejercitar constantemente su cerebro con nuevos retos de aprendizaje
se vuelven menos susceptibles de padecer Alzheimer, y el desarrollo de la
enfermedad es semejante en los humanos”, aseguró.
El investigador consideró que un individuo sin memoria carece de personalidad
y de una historia propia.
Aprendizaje y memoria
El aprendizaje y la memoria son dos mecanismos estrechamente
relacionados. El aprendizaje es la capacidad de adquirir nueva información, y
la memoria es el proceso mediante el cual podemos recuperar esa información,
explicó el especialista del IFC.
“Todo lo que somos, nuestra personalidad y comportamiento es memoria,
lo que hemos aprendido a través de nuestra propia historia, modificada por el
medio ambiente y por las vivencias personales”, resumió.
La memoria implica una selección de información y, por ello, hay
eventos, generalmente emocionales, más susceptibles de conservar en el
organismo, mientras otros se olvidan fácilmente.
“Existe una memoria de corto plazo, que dura horas o minutos; y otra de largo plazo, que se conserva casi
de forma permanente. El proceso de consolidación significa el paso del corto al
largo plazo.
Antes se pensaba que la memoria de largo plazo una vez que se formaba permanecía
estable, pero hemos descubierto que, al ser evocada, la memoria de largo plazo
puede ser manipulada y procesada en un mecanismo de reconsolidación, lo que
estamos estudiando actualmente”, señaló Bermúdez Rattoni.
En su modelo con ratas, el experto estudia los procesos neuronales que
llevan a cabo esta reconformación de la memoria en el momento en que es evocada
y reconsolidada.
Los procesos de aprendizaje y memoria ocurren en tres regiones del
cerebro: la corteza cerebral, el hipocampo y la amígdala.
“La corteza reconoce imágenes, por ejemplo, un rostro o un objeto; el hipocampo da el contexto a esa imagen y la
amígdala le confiere una carga emocional a la información y la mantiene en el
cerebro por mucho tiempo. El proceso ocurre en el sistema nervioso central,
pero en tres estructuras diferentes y comunicadas entre sí por medio de
neurotransmisores”, detalló.
En su laboratorio, Bermúdez Rattoni indaga qué tipo de
neurotransmisores participan en el reconocimiento de imágenes y cuáles
participan en el contexto y en el impreso emocional. También estudia qué
información envía el hipocampo a la corteza para que se conjunten los dos tipos
de información.
Electroforesis
capilar, medición en tiempo real
Para identificar neurotransmisores, el científico del IFC trabaja con ratones,
a quienes enseña algo nuevo mientras mide, en tiempo real, los
neurotransmisores expresados.
“Para realizar esta investigación utilizamos un equipo que se llama
electroforesis capilar, que implica poner en el cerebro de los ratones cánulas,
unas pequeñas membranas que permiten el paso de las moléculas; así podemos
medir los neurotransmisores que se expresan mientras los ratones están
aprendiendo un conocimiento nuevo”.
Con esta técnica, se miden en las cánulas neurotransmisores como
dopamina (que falta cuando hay Alzheimer), acetilcolina, glutamato y ácido
glutámico, entre otros.
“Con la electroforesis capilar podemos medir, en el momento en que el
ratón está adquiriendo la información, qué neurotransmisores se activan, cómo,
cuánto tiempo y qué diferencias hay entre corteza, amígdala e hipocampo con
respecto a estos neurotransmisores”, explicó.
El aparato separa las moléculas según
el tamaño y la especificidad molecular que tengan estas estructuras
químicas y entonces se puede separar y medir la cantidad que hay en un
determinado momento.
“Medimos la liberación química de estas sustancias. Así podemos
determinar qué neurotransmisores se liberan en un determinado momento y saber
qué relación hay entre la expresión de estos neurotransmisores y la formación
de la memoria”, finalizó.
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Foto 01.
Leer, escuchar
música, estar en contacto con las artes y aprender cosas nuevas son actividades
que fortalecen la actividad cerebral y reducen las posibilidades de adquirir
Alzheimer, señaló el doctor