12:30  hrs. 19 de Septiembre de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-553

Cuernavaca, Morelos

 

 

Pablo Vinuesa

Pie de foto al final del boletín

 

 

 

ESCUDRIÑAN CON GENÉTICA Y BIOINFORMÁTICA LA DIVERSIDAD BACTERIANA

 

·        Se han aislado bacterias que causan enfermedades, pero se desconoce su contexto ecológico, afirmó Pablo Vinuesa, del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM

·        En el campus Morelos, el microbiólogo y su grupo han caracterizado microorganismos en ríos y suelos conservados y contaminados cercanos a Cuernavaca

 

 

La diversidad de bacterias es un universo aún por descubrir, pues se ignoran casi todas las características de su entorno ecológico y sus relaciones evolutivas, afirmó el microbiólogo Pablo Vinuesa, investigador del Centro de Ciencias Genómicas (CCG) de la UNAM, ubicado en el campus Morelos de esta casa de estudios.

 

“Las bacterias que tradicionalmente han interesado a la ciencia son pocas en relación con su gran diversidad, se relacionan con enfermedades y tienen una gran importancia clínica, pero se han estudiado aisladas, de forma sesgada, con desconocimiento al  aspecto ecológico”, señaló. 

 

Para escudriñar el ambiente natural de las bacterias en ecosistemas conservados y contaminados cercanos a Cuernavaca, Vinuesa desarrolla un proyecto de investigación para estudiar dos grupos de bacterias --rizobios y micobacterias--, en ecosistemas naturales en buen estado de conservación, así como en hábitats contaminados por el ser humano que modifican sus poblaciones asociadas con aguas negras y suelos dañados.

 

“La presencia de los seres humanos no solamente ha afectado a otros animales y a las plantas, sino también a microorganismos fundamentales como las bacterias, de las que sabemos muy poco pero fundamentales para la vida en el planeta”, señaló Vinuesa, especialista del CCG en microbiología ambiental y evolutiva.

El investigador añadió que plantas y animales son una parte ínfima de la diversidad, y son los microbios la base del funcionamiento del planeta.

 

“Son los que inventaron la fijación del nitrógeno, la fotosíntesis y el sistema de transformación de la energía del Sol para aprovechar el agua y, a partir de ahí, sintetizar azúcares.

 

Nosotros, por ser organismos macroscópicos tenemos un cierto rasgo de arrogancia, pero explorando el universo de las bacterias podemos responder a preguntas como por qué hay tantas enfermedades o por qué un suelo de cultivo ha dejado de ser fértil”, advirtió.  

 

Marcadores moleculares

Para su estudio, Vinuesa y sus colaboradores muestrean bacterias y las llevan al laboratorio para estudiarlas a nivel molecular y genómico.

 

“Desarrollamos una aproximación a escala genómica para tratar de identificar marcadores moleculares, fragmentos de genes que contienen información muy valiosa para este tipo de estudios de diversidad, tanto a nivel de genética de poblaciones como de filogenias, para conocer nuevos linajes de bacterias que va recuperando el ambiente, pues queremos saber de qué microorganismos se trata”, señaló el académico.

 

La forma más eficiente de realizar ese estudio implica un análisis comparativo de secuencias de distintos genes.

 

“Tradicionalmente, se ha seleccionado un solo gene, el 16 S ribosomal, porque es el que tenemos todos los organismos conocidos y es fundamental para los ribosomas, que son las máquinas que hacen la síntesis de proteínas. Pero es mucho más poderosa la alternativa de utilizar múltiples genes, sobre todo si codifican para proteínas, y utilizarlos con métodos analíticos avanzados”, consideró.

 

Para avanzar en la caracterización de bacterias en ecosistemas tanto conservados como contaminados, Vinuesa desarrolló un marco conceptual y computacional.

 

“Se trata de una tubería de análisis que utiliza la información de los genomas para identificar segmentos de genes que sean particularmente informativos para develar las relaciones evolutivas entre ese grupo de organismos que queremos estudiar, aclaró. 

 

Estos análisis, que requieren de bioinformática para almacenar y analizar gran cantidad de datos, implican tomar muestras, analizar su ADN y elegir marcadores moleculares que revelen características de las bacterias en consideración de su entorno.

 

“Hay un proceso de obtención de materiales representativos con una aproximación computacional”, señaló.   

 

Rizobios y micobacterias

Las bacterias rizobios están asociadas simbióticamente con leguminosas, pero no dependen de esas plantas para su sobrevivencia.

 

En tanto, las micobacterias se relacionan con enfermedades como la tuberculosis y la lepra, pero las causantes de esas enfermedades son sólo dos variantes de una gran variedad de microorganismos, señaló el investigador.   

 

“Las rizobios se han estudiado básicamente por su asociación con leguminosas como el frijol, soya, alfalfa y garbanzo, pero son simbiontes obligados, pueden vivir en el suelo, en un plásmido (que es un anillo de ADN) o desarrollar una transferencia genética horizontal”, dijo Vinuesa.

 

“La diversidad bacteriana es inmensa, y con esta investigación podemos adentrarnos también en la ecología de bacterias en el suelo”, aclaró.

 

Tras extraer el ADN de bacterias, Vinuesa y su equipo generan librerías de fragmentos de las bacterias, útiles para conocer la diversidad mediante estudios analíticos y comparativos, necesarios para recrear el contexto ecológico de las bacterias.

 

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Foto 01.

 

La diversidad de bacterias es un universo aún por descubrir, afirmó el microbiólogo Pablo Vinuesa, investigador del Centro de Ciencias Genómicas (CCG) de la UNAM.

 

Foto 02

 

Para estudiar el ambiente natural de las bacterias en ecosistemas conservados y contaminados, Vinuesa desarrolla un proyecto con dos grupos de bacterias --rizobios y micobacterias--.