06:00  hrs. 4 de Septiembre de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-525

Ciudad Universitaria


Rafael Salín-Pascual

Andrés Ríos

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EN AUMENTO, LOS TRASTORNOS MENTALES

 

  • En los próximos años, podrían constituir el segundo motivo de consulta entre los mexicanos, y para 2020, la depresión será la primera causa de incapacidad a nivel mundial
  • Los pacientes reciben atención hasta que están en muy malas condiciones, aunque se puede hacer un diagnóstico temprano y de prevención: Rafael Salín-Pascual, de la FM
  • Por su carga despectiva, el término “locura” ya no se menciona en el vocabulario clínico de psiquiatras, psicólogos o neurólogos, dijo Andrés Ríos, del IIH

 

En un país como México, con graves problemas de salud como epidemias o padecimientos infecciosos, la atención psiquiátrica está muy descuidada.

 

Los trastornos mentales aún no reciben la importancia que merecen, aunque se calcula que para el 2020 la depresión será la primera causa de incapacidad en el mundo, y que en los próximos años las enfermedades mentales podrían ser el segundo motivo de consulta entre los mexicanos.

 

Dice un refrán que “de músico, poeta y loco, todos tenemos un poco”, y hoy parece adquirir una nueva dimensión: los trastornos mentales pueden afectar a cualquier persona, sin importar edad, género, raza o clase social.

 

Ello, sin contar que cada día todos los seres humanos tienen un pequeño episodio de “locura” cuando duermen y están en la etapa de sueño de movimientos oculares rápidos (MOR).

 

Entonces, se transgreden las leyes de la lógica y, por ejemplo, hay vuelos, caídas y nada pasa, y hasta se habla con gente que ha muerto. “Tenemos la facilidad de alucinar; en la locura esas capacidades se amplifican y se presentan fuera de los horarios convencionales”, explicó Rafael Salín-Pascual, del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

 

Según la organización civil Voz Pro Salud Mental, alrededor del 15 por ciento de la población mexicana padece algún trastorno de ese tipo, pero sólo 2.5 por ciento de los pacientes se encuentran bajo supervisión de algún especialista.

 

Además, añadió el universitario, en el país reciben atención hasta que están en muy malas condiciones, aunque se puede hacer un diagnóstico temprano y, en muchos casos, preventivo.

 

Para brindar atención, en el territorio nacional existen alrededor de mil 200 psiquiatras, la mayoría concentrados en el DF; hay entidades que ni siquiera cuentan con ese servicio en sus hospitales generales, abundó.

 

Según la mencionada red de organismos no gubernamentales, México destina 0.85 por ciento de su presupuesto nacional en salud para esos padecimientos, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la cifra sea de 10 por ciento.

 

El también miembro de la Academia Nacional de Medicina, mencionó que el concepto “locura” es muy popular. “Está loco, no le hagas caso”, decimos de alguien que pareciera estar desposeído de la razón. Estas y otras frases refieren una conducta “rara”, un comportamiento que sale de la norma establecida en un medio social o cultural, abundó.

 

A su vez, Andrés Ríos Molina, del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH), comentó que por su carga despectiva, hoy el término “locura” no se menciona en el vocabulario clínico de psiquiatras, psicólogos o neurólogos, pero fue usado hasta finales del siglo XIX y bien entrado el XX.

De San Hipólito a La Castañeda

 

Entre la población mexicana, el siete por ciento de las personas padece depresión, y el mismo porcentaje trastorno de angustia y pánico; 1.6 trastorno bipolar; uno por ciento esquizofrenia, y más de uno por ciento trastorno obsesivo-compulsivo, según cifras del Instituto Nacional de Psiquiatría, citadas por Voz Pro Salud Mental.

 

No siempre fue así, acotó Ríos Molina. En el pasado se diagnosticaron “otros” males como paranoia, histeria, melancolía, gran mal epiléptico (quien convulsionaba) o carácter epiléptico, es decir, una persona sin principios morales, que no distinguía entre el bien y el mal, perversa, propensa al delito y al crimen.

 

Como la definición de “locura” fue cambiando, también lo hicieron las instituciones psiquiátricas. México, se presume, contó con el primer nosocomio especializado en América: el Hospital San Hipólito para hombres dementes, fundado en tiempos de la Colonia y ubicado en una esquina de la Alameda Central, recordó el historiador.

 

Pero hubo otro, para mujeres, conocido como el Divino Salvador, localizado en la entonces calle de Canoa, hoy Donceles, frente al Teatro de la Ciudad.

 

En ambas instituciones, se concentró la atención a pacientes psiquiátricos bajo la lógica de la caridad cristiana de protección y cuidado, pero sin vínculo a la terapéutica, porque se sabía muy poco de las enfermedades mentales y el funcionamiento del cerebro. Tampoco había un gremio consolidado de médicos especialistas, aclaró el experto.

 

Ambos hospitales comenzaron a crecer en población a principios del siglo XX, y la élite gobernante consideró que eran insuficientes para atender la demanda. Entonces se propuso la creación de una nueva institución: el Manicomio General La Castañeda.

 

Con una capacidad para 800 pacientes, La Castañeda abrió sus puertas con poco más de 700. No obstante, relató Ríos Molina, entre 1910 y 1920, en plena Revolución, disminuyó la población.

 

Después de ese periodo comenzó a crecer hasta que en la siguiente década se habló de tres mil 500 enfermos. También se incrementó el número de médicos interesados en esos males y comenzó la profesionalización de la psiquiatría.

 

Fue hasta 1968 cuando el manicomio cerró para dar paso a granjas en diferentes partes del país, que permitieron la descentralización de la atención psiquiátrica.

 

Estudios de Ríos Molina demuestran que, por lo menos en La Castañeda, por distintas causas, siempre hubo más hombres que mujeres internados. “Hubo momentos en que ellos constituyeron el 70 por ciento, aunque por lo general la relación fue 60-40”.

 

Cerebro enfermo

 

El cerebro, como los riñones, los pulmones o el corazón, se enferma. Los padecimientos mentales también son del cuerpo. “No tienes bolas, ronchas, ni se hinchan como los pies, pero te sientes triste, ves cosas, estás irritable, angustiado, y eso adquiere relevancia, sobre todos si pensamos que el cerebro humano ha evolucionado para la convivencia social”, señaló Salín-Pascual.

 

Esos padecimientos consisten en un trastorno bioquímico cerebral y afectan la forma de pensar, los sentimientos, el humor, la habilidad de relacionarse con otros y el funcionamiento diario del individuo.

 

El común denominador de algunas de estas alteraciones, expuso el médico universitario, es un problema en la zona prefrontal del cerebro, por debajo del lóbulo frontal, que en condiciones normales permite tener el juicio de realidad.

 

Es la zona cerebral que se “cablea” más tardíamente. Ahí, las fibras de mielina terminan de formarse a los 18 años; por eso, los chicos en la edad de la “punzada” parecen no tener juicio. Se trata de la misma área que durante el sueño MOR está hipoactiva. Por eso, nos creemos lo que ocurre en nuestras “aventuras oníricas”, dijo el experto.

 

 

Hoy también se sabe que la neurona es la “princesa” del cuerpo, añadió Salín. Debe trabajar en condiciones adecuadas de oxígeno, temperatura, glucosa y pH (acidez sanguínea). Si cualquiera de éstas cambia, la función cerebral se afecta. Por ejemplo, un diabético al que le baja rápidamente la glucosa, delira.

 

Para enfrentar los trastornos de la mente, lo primero que debe hacerse es un buen diagnóstico, dijo el psiquiatra. Se cuenta con la neurofisiología y la resonancia magnética funcional, la electroencefalografía y las pruebas neuropsicológicas para precisar las alteraciones del cerebro, es decir, qué le falta o le sobra.

 

Luego, un tratamiento con medicamentos, psicoterapia o terapia cognitiva conductual, en ciertos casos y, en otros, estimulación cerebral profunda mediante electrodos en circuitos cerebrales “descompuestos”. Para todos los trastornos existe un procedimiento; algunos, como la esquizofrenia, no se curan, pero se controlan. Otros, como la depresión, se remedian al 100 por ciento, concluyó.

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Foto 01.

En México, existen alrededor de mil 200 psiquiatras, la mayoría concentrados en el DF, lo que significa que hay entidades que ni siquiera cuentan con ese servicio en sus hospitales generales, dijo Rafael Salín-Pascual de la FM de la UNAM.

 

 

Foto 032

México contó con el primer nosocomio especializado en América: el Hospital San Hipólito para hombres dementes, fundado en la Colonia y ubicado en una equina de la Alameda Central, recordó Andrés Ríos Molina, del IIH.