14:30  hrs. 3 de Septiembre de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-524

Ciudad Universitaria

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SINTETIZAN EN LA UNAM ANTIANDRÓGENOS CONTRA CÁNCER DE PRÓSTATA

 

 

En México, el cáncer de próstata afecta anualmente a 20 mil hombres, y de ellos, fallecen tres mil. Antes, esta neoplasia afectaba a la población de 50 años de edad en adelante y ahora aqueja incluso a individuos de 40 años.

 

Después del cáncer de pulmón, ésta es la enfermedad más común en la población masculina. Por ello, un grupo de investigación de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, coordinado por Eugene Bratoeff Titeff, sintetizó antiandrógenos o esteroides antiandrogénicos, con mayor actividad biológica que los comerciales.

 

Éstos nuevos antiandrógenos podrían ser útiles para el tratamiento del cáncer de próstata, de la hiperplasia prostática benigna, del síndrome poliquístico, del acné, alopecia (pérdida patológica de pelo) e hirsutismo (crecimiento anormal de vello en zonas de la piel donde normalmente no hay), entre otros padecimientos.

 

“Hasta ahora, nuestros antiandrógenos han tenido una magnifica respuesta en pruebas de laboratorio in vitro, en diferentes líneas celulares, así como en organismos pequeños como hámsteres, ratas y conejos; se han mostrado más activos que los antiandrógenos comerciales”, dijo Elena Guadalupe Ramírez López, encargada del diseño y síntesis de nuevas moléculas esteroidales.

 

Las pruebas en líneas celulares son realizadas por María Teresa Ramírez Apan, del Instituto de Química de la UNAM, y la evaluación biológica está a cargo de Marisa Cabeza Salinas, de la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Xochimilco.

 

En bioensayos con tejido prostático de hámsteres, por ejemplo, algunos de los antiandrógenos desarrollados por los investigadores universitarios han causado, respecto al efecto que producen los principios activos de los antiandrógenos comerciales, un evidente decremento del tamaño de la próstata, lo que indica que inhiben la acción biológica de los andrógenos en dicho tejido.

 

Con estos resultados preliminares se puede establecer una comparación terapéutica entre un método quirúrgico, como la orquiectomía bilateral (extirpación de los testículos), y la terapia hormonal, que utiliza antiandrógenos.

 

No obstante, “aún faltan muchas pruebas in vivo, ex vivo e in vitro con otros modelos biológicos para tener una molécula definitiva, un prototipo que pueda comercializarse en el mercado farmacéutico”, explicó Ramírez López.

 

Sobreproducción

 

Los andrógenos (la testosterona, su metabolito, la dihidrotestosterona, y la androsterona) son producidos principalmente por el hombre (testículos) y, en menor medida, por la mujer (ovarios); es decir, todos los tenemos, aunque en diferente proporción, indicó la integrante del Departamento de Farmacia de la FQ y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

 

 

Estas hormonas esteroides, cuyo precursor es el colesterol endógeno, estimulan el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios masculinos, y participan en la producción del estradiol, principal hormona sexual femenina, explicó.

 

Una sobreproducción de dihidrotestosterona, originada por desórdenes hormonales y alteraciones metabólicas produce efectos nocivos para el organismo, que se reconocen como cáncer de próstata, hiperplasia prostática benigna, síndrome poliquístico, acné, alopecia e hirsutismo, señaló la especialista.

 

Por lo que se refiere a los antiandrógenos, pueden estar constituidos por moléculas con una estructura esteroidal, como los que han sido desarrollados por los investigadores universitarios, o ser de tipo no esteroidal.

 

“Su función consiste en suprimir la acción biológica de los andrógenos, sea bloqueando los receptores androgénicos o impidiendo la función de ciertas enzimas conocidas como isoformas, que actúan en diferentes tejidos”, apuntó.

 

Una de estas enzimas es la 5-alfa-reductasa, que se localiza en la piel (isoforma 1) y en el tejido genital (isoforma 2). Por ello, se puede tratar tanto la calvicie como el cáncer de próstata con un mismo antiandrógeno, dijo la especialista, que en 2003 obtuvo el Premio Jaime Woolrich, por su trabajo Antiandrógenos en hiperplasia y cáncer prostático.

 

Debido a que el cáncer de próstata, la hiperplasia prostática benigna, el síndrome poliquístico, el acné, la alopecia y el hirsutismo se asocian a altas concentraciones de dihidrotestosterona en el organismo, Bratoeff Titeff y su equipo pretenden sintetizar antiandrógenos que la disminuyan, sin afectar al precursor de dicho andrógeno: la testosterona endógena.

 

Sin efectos secundarios

 

Los antiandrógenos comerciales ocasionan alteraciones hormonales, fallas cardiacas, retención de líquidos, efectos nocivos en las células del hígado (hepatotóxicos), disminución del deseo sexual, vómito y diarrea, entre otros síntomas; además, un tratamiento varía entre 400 y 800 pesos al mes.

 

De ahí que los investigadores universitarios busquen anular lo más posible esas reacciones adversas en los antiandrógenos que han sintetizado, y, además, diseñar un proceso de síntesis rentable, con altos rendimientos y bajos costos.

 

“Otro objetivo es poner en práctica lo que se conoce como ‘química verde’ en la síntesis de moléculas con una estructura esteroidal”, señaló.

 

Para que la reacción sea más “limpia” y el gasto de energía y agua menor, se pretende no emplear catalizadores que utilicen metales pesados, reactivos poco degradables, ni disolventes agresivos para el entorno.

 

“Queremos sintetizar, basados en un proceso de producción amigable con el medio ambiente, nuevos antiandrógenos más activos y menos costosos que los existentes en el mercado. Aunque el trabajo es arduo, vale la pena y vamos por buen camino”, concluyó la doctora en Ciencias Químicas por la UNAM.

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En México, el cáncer de próstata afecta anualmente a 20 mil hombres, y de ellos, fallecen tres mil. Antes, esta neoplasia afectaba a la población de 50 años de edad en adelante y ahora aqueja incluso a individuos de 40 años.