12:30 hrs. 15 de agosto de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-484

Ciudad Universitaria

 

 

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DESCUBREN COMPUERTAS CELULARES QUE ACTIVAN DOLOR, CALOR Y PICOR

 

 

Una región de las proteínas que en la membrana de las células funciona como compuerta que abre o cierra el paso de iones –partículas con carga eléctrica— y participa en la generación de dolor, inflamación, calor y picor, fué localizada y descrita por primera vez para los canales TRP (siglas en inglés de Potencial Transitorio del Receptor) por un grupo de investigadores de la UNAM.

 

Esta “compuerta de activación” forma parte de la estructura de los canales TRP que son proteínas modulares y en los cuales, igual que en todas las proteínas, ciertas regiones estructurales se relacionan con su función dentro de las membranas celulares.

 

Como una cámara fotográfica que abre y cierra su diafragma para permitir o detener el paso de la luz, la compuerta de activación regula el paso de iones que le dan a la célula la capacidad de responder ante un estímulo.

 

Los canales TRP son fundamentales para producir sensaciones respondiendo a diversos estímulos ambientales, y se encuentran en organismos unicelulares, invertebrados y vertebrados que incluyen a los humanos.  

 

La ubicación y descripción del funcionamiento de la compuerta del canal iónico TRPV1 es un trabajo pionero a nivel mundial, realizado en la UNAM, que se publicó y destacó en julio pasado como “artículo del mes” en la revista Nature Structural and Molecular Biology.

 

El estudio estuvo encabezado por Tamara Rosenbaum Emir, del Instituto de Fisiología Celular (IFC), y contó con la colaboración de León Islas Suárez, de la Facultad de Medicina (FM); y Manuel Soriano García, del Instituto de Química (IQ). En el equipo también participaron la técnica académica Itzel Llorente y los estudiantes Héctor Salazar, Andrés Jara, Enrique Hernández e Imilla Arias-Olguín, todos de la UNAM.

 

El origen de las sensaciones

Los canales iónicos son proteínas que controlan el paso de iones a través de las membranas celulares, de las que regulan sus propiedades eléctricas y bioquímicas.

 

Los investigadores de la UNAM trabajaron con canales iónicos TRP, una familia de unos 30 canales de la que eligieron al canal TPRV1, el primero de seis del grupo de los receptores de compuestos de tipo vaniloide.

 

“La belleza de los TRP es que son la entidad molecular relacionada con cómo sentimos el medio ambiente. Varios son canales sensoriales y responden a cambios en la temperatura, mecánicos u osmóticos, entre otros”, explicó Rosenbaum.

 

El canal TRPV1 responde a temperaturas altas nocivas, al pH ácido (la acidez del ambiente), a la capsaicina y a la alicina, que son los compuestos activos del chile y el ajo. Cada región del canal TRPV1 está encargada de que el canal funcione ante esos estímulos. 

 

“Nuestro hallazgo fue localizar la región en donde está la compuerta de activación dentro de la proteína y describir su funcionamiento. De todos los canales TRP, es el primero en el qué se sabe dónde está y cómo funciona”, resumió.  De hecho, son pocos los canales iónicos para los cuales se ha descrito la compuerta de activación.

 

Tras dedicar cuatro años de investigación a este trabajo, Rosenbaum y sus colaboradores lograron describir el mecanismo por el cual el canal TRPV1 se abre y responde, al menos, a dos estímulos: la capsaicina y la temperatura mayor a 42 grados Celsius.

 

Para su estudio, los investigadores hicieron varios canales TRPV1 mutantes, a partir de ADN de rata que fue clonado por otro grupo de científicos.

 

“Con técnicas de biología molecular usamos ese ADN para hacer varias mutaciones. Usamos técnicas bioquímicas que incluyen la modificación de cisteínas, y técnicas electrofisiológicas para registrar la actividad del canal y poder determinar dónde estaba esta compuerta de activación”, describió.

 

Este canal TRPV1 interesa a los científicos porque está ligado a procesos de dolor y e inflamación. “Tiene que ver con cardiopatías, con procesos de inflamación gastroentéricos, con los dolores reumatoides, etc., es muy interesante y eventualmente un blanco de una posible terapia para el dolor”, destacó Rosenbaum.   

 

Midiendo electricidad celular

El doctor León Islas participó con la Dra. Rosenbaum en la medición y análisis de la electricidad generada por el canal TRPV1.

 

“Para modular la bioelectricidad, los canales dejan pasar iones que tienen carga eléctrica y ésta modifica el campo eléctrico que hay al interior de la célula. En el caso de los TRPV1 dejan pasar iones cargados positivamente, que cambian el potencial de la célula”, explicó.

 

Si es una neurona, al cambiar el potencial y hacerse más positivo por la apertura de los canales, se alcanza el umbral de la célula y ésta produce una señal eléctrica con la que las células se comunican entre sí.

 

“Estos canales llevan a las células a su umbral, hacen que disparen y comuniquen que están activadas”, resumió.

 

Para medir la entrada de iones, los universitarios utilizaron una técnica muy sensible y rápida llamada “Fijación de voltaje en microáreas de membrana”, que consiste en evitar, con un circuito especial, el cambio de voltaje que ocurre dentro de la membrana celular cuando pasan los iones, para que permanezca constante.

 

“Podemos medir el flujo de iones en un solo canal, pero estadísticamente necesitábamos más datos, así que medimos la actividad bioeléctrica de varios miles de canales al mismo tiempo”, señaló.    

 

Islas aclaró que su estudio es básico y está lejos de la medición de estos canales dentro de un organismo completo.

 

“Estudiamos pedacitos pequeños de la membrana celular en donde hay muchos de estos canales, nos interesa estudiar la proteína aislada. En función de esas mediciones funcionales se hacen inferencias sobre qué pasaría en el organismo completo”, aclaró.

 

Canales iónicos en 3D

Tras la etapa experimental, el doctor Manuel Soriano García colaboró en la visualización del canal iónico a nivel molecular.

 

“A partir de la composición de aminoácidos del canal TRPV1 y apoyándonos en los datos del laboratorio de la Dra. Rosenbaum, así como en estructuras ya descritas, construimos un modelo tridimensional de la proteína en estudio”, comentó.

 

Al definir la estructura tridimensional de ciertas moléculas biológicas, como proteínas, ácidos nucleicos y carbohidratos, es posible crear una guía para explorar las interacciones biológicas y químicas de las moléculas, detalló Soriano, quien construyó un modelo que permite visualizar una imagen concreta del canal iónico TRPV1.

 

“Esos listones o estructuras con flechitas que logramos en un modelo en 3D permiten ver las interacciones de las proteínas e inferir la actividad de los aminoácidos, que son los componentes de las proteínas”, explicó.

 

El doctor Soriano dijo que determinar la posición exacta de cada uno de los átomos en una proteína proporciona información relevante para entender su función biológica.

 

“Los estudios en la disciplina de la biología estructural nos conducen a descubrir, conocer y entender cómo los sistemas biológicos están constituidos y cómo se nutren, sobreviven y crecen, así como de qué forma son dañados y mueren”, finalizó.

 

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Foto 01.

 

Tamara Rosenbaum Emir, del Instituto de Fisiología Celular (IFC), y otros investigadores de la UNAM, que participaron en el estudio sobre los canales iónicos llamados TRP.