06:00 hrs. 13 de agosto de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-479

Ciudad Universitaria


Mónica Núñez González

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EL 50% DE NIÑÓS EN MÉXICO SON OBESOS

 

  • Si esta enfermedad inicia entre los seis meses y los siete años de edad, el porcentaje de quienes seguirán padeciéndola en la etapa adulta es hasta de 40 por ciento; si empieza entre los 10 y 13 años, la probabilidad se incrementa a 70
  • Deriva en afecciones como presión arterial alta, problemas cardiovasculares, menstruales, cáncer de útero e insuficiencia respiratoria, entre otras

 

La obesidad, una enfermedad crónica, es el inicio de un sinfín de alteraciones como insuficiencia renal y respiratoria, presión arterial alta, problemas cardiovasculares, menstruales, y cáncer de útero, entre otras, advirtió Mónica Núñez González.

 

En la conferencia Desórdenes alimenticios, organizada por el Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la UNAM, la nutrióloga expuso que no es una condición o estado físico, sino un padecimiento pandémico y “hasta contagioso”.

 

En la relación familiar, la probabilidad que un varón herede la obesidad es de 27.5 por ciento, mientras que en una mujer es de 21.2; la predisposición se debe a un gen existente en el cromosoma 6, explicó en el auditorio del CCADET.

 

 

En personas afectadas, las reservas naturales de energía se almacenan en el tejido adiposo hasta provocar enfermedades degenerativas y aumentar la mortalidad. Cuando se habla de sobrepeso puede tratarse de hasta 10 kilogramos por arriba del índice saludable; la obesidad, de 20, y la obesidad mórbida de 30 kilogramos o más.

 

Además del índice de masa corporal (si el IMC es mayor a 25, equivale a sobrepeso), existen otros indicadores. La obesidad tipo androide, también llamada visceral o central, se identifica porque el cuerpo es parecido a una manzana, con grasa alrededor del ombligo; se relaciona a enfermedad cardiovascular. La otra es la ginecoide o periférica, que produce un cuerpo en forma de pera; la grasa se acumula en las caderas, abundó.

 

En el sector femenino, la grasa tiende a acumularse en el estómago, cadera y muslos; en los hombres en el vientre y la cintura. Según una encuesta de salud, señaló la especialista, en México, el problema es de dimensiones considerables; de cada 10 niños, cinco padecen obesidad, y de cada 10 adultos, siete.

 

Los menores o jóvenes son considerados obesos cuando su peso supera al ideal en un 20 por ciento. Es grave que esta afección inicie en la infancia: si se origina entre los seis meses y los siete años, el porcentaje de quienes seguirán con peso de más en la etapa adulta es hasta de 40 por ciento; si comenzó entre los 10 y los 13, la probabilidad se incrementa a 70.

 

Obesidad exógena y endógena

Núñez González expuso que la obesidad se clasifica en exógena, por alimentación excesiva, y endógena, por alteraciones metabólicas provocadas por disfunción de alguna glándula endócrina.

 

La más común, por supuesto, es la primera. Un kilogramo de peso equivale a siete mil calorías; es decir, “cuando pesamos un kilo más, es como si comiéramos 14 hamburguesas”.

 

A este problema contribuyen también factores hormonales, psicosociales y ambientales. Los padres sobrealimentan a los hijos que, a su vez, no realizan actividad física; además, se ha visto que las madres con peso de más sirven raciones mayores, expresó.

 

La obesidad y la hipoactividad surgen también por estrés o un duelo. “Nos podemos sentir tan tristes que nos decidimos a comer más de lo habitual”, concluyó.

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A la obesidad contribuyen factores hormonales, psicosociales y ambientales; este padecimiento y la hipoactividad surgen también por estrés o un duelo, advirtió la nutrióloga Mónica Núñez González.

 

Foto 02.

La obesidad se clasifica en exógena, por alimentación excesiva, y endógena, por alteraciones metabólicas, siendo la primera la más común.