12:30  hrs. 2 de agosto de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-457

Ciudad Universitaria

 

Pie de foto al final del boletín

 

DETERMINAN LAS EMOCIONES EL ÉXITO LABORAL

 

 

El 85 por ciento de las decisiones que adoptan los seres humanos dependen de los sentimientos y sólo 15 por ciento de la parte racional. Por ello, la inteligencia emocional es trascendente en el ámbito laboral y en la calidad de vida de una persona, aseguró la consultora Elena Quijano Ferrer.

 

Usarla conscientemente ayuda a construir relaciones sociales que favorecen una vida exitosa e influye en los negocios porque genera confianza.

 

Según el psicólogo Hendrie Weisinger, el uso inteligente de las emociones ayuda a guiar el comportamiento y el pensamiento para obtener mejores resultados.

 

Quijano Ferrer explicó que la emoción y los sentimientos están ligados a los seres humanos y les permiten decidir lo que quieren hacer consigo mismos; generalmente buscan cosas definidas como seguridad, felicidad, tranquilidad y aceptación.

En mayor o menor medida los individuos poseen ocho inteligencias: corporal-cinética, rítmico-musical, lógica-matemática, visual-espacial, verbal-lingüística, interpersonal, emocional e intrapersonal.

 

Con la conjunción de la intra e inter personales se obtiene la inteligencia emocional, Por ello, destacó la relevancia de comprender cada uno de sus elementos. La primera, dijo, refiere las actitudes que determinan el dominio o control de la propia persona y se divide en tres áreas.

 

El autoconocimiento, que implica la capacidad de los sujetos de entender cómo se sienten para saber qué prefieren y lograr una autoevaluación objetiva. “Se refleja de forma inmediata en la autoestima”, añadió.

 

La segunda, se conforma por la autorregulación, relacionada con la capacidad de manejar los impulsos y estados internos porque se vincula al autocontrol y confiabilidad; también incluye la escrupulosidad que ayuda a aceptar la responsabilidad de los propios actos, explicó.

 

El tercer apartado es la motivación, el motor que impulsa a realizar acciones a partir de intereses, lo que demuestra compromiso consigo mismo y con los demás.

 

La inteligencia interpersonal, por su parte, implica conocer a otras personas y se define en dos grupos, refirió la especialista: el primero, es la empatía o capacidad de captar los sentimientos, necesidades e intereses ajenos, “sino entiendes qué le interesa al otro, no lo puedes ayudar y, por tanto, no le puedes vender”.

 

La segunda es la más importante a nivel de liderazgo, porque supone inducir a los demás y obtener de ellos una respuesta deseable; para lograrlo se necesita autoridad moral.

 

Elena Quijano concluyó que para desarrollar la inteligencia emocional se debe evitar que la persona se sienta juzgada o se emitan juicios como “estás mal” o “no me entiendes”, porque se debe evitar que el lenguaje verbal y corporal sea negativo.

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Foto 01.

 

La emoción y los sentimientos están ligados a los seres humanos y les permiten decidir lo que quieren hacer consigo mismos, dijo Elena Quijano.