13:00  hrs. 31 de julio de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-453

Ciudad Universitaria

 

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SE INCREMENTAN CASOS DE ALERGIAS RESPIRATORIAS

 

·        Se han convertido en un problema de salud pública mundial; del 15 al 30 por ciento de la población es susceptible de padecerlas, dijo el profesor de la FM de la UNAM, Luis Manuel Terán Juárez

·        Es la reacción excesiva del sistema inmune ante ciertas sustancias que considera peligrosas, explicó el también jefe de Investigación de Inmunogenética y Alergia del INER

·        Los aeroalérgenos más comunes son los granos de polen, las proteínas de ácaros y cucarachas, las partículas de plumas de aves y de piel de gatos, perros y caballos

 

Las enfermedades respiratorias de origen alérgico se han convertido en un problema de salud pública mundial y se considera que de 15 a 30 por ciento de la población es susceptible de padecerlas. En México se han incrementado y el asma es una de las principales causas de hospitalización de urgencia en niños y adolescentes.

 

Por los árboles y plantas, el ambiente de la Ciudad de México es abundante en polen, principal alérgeno causante asma y rinitis (los más frecuentes), señaló el profesor de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM y jefe de Investigación de Inmunogenética y Alergia del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), Luis Manuel Terán Juárez.

 

“Los pacientes con una afección de este tipo son, en su mayoría, atópicos, es decir, tienen una tendencia hereditaria a desarrollar reacciones (asma, dermatitis atópica o rinitis) porque en su organismo se produce un anticuerpo específico, la inmunoglobolina E, contra alérgenos comunes”, explicó.

 

La aparición del asma está condicionada a la predisposición hereditaria (atopia), y a otros factores desencadenantes que se encuentran en el medio ambiente, como alérgenos y contaminación, abundó.

 

Terán Juárez y su equipo trabajan en dos proyectos de investigación. El primero se relaciona con el asma bronquial de origen alérgico, que se desencadena por alérgenos intramuros o extramuros (dentro o fuera de casa), y el segundo, con virus respiratorios, que constituyen un factor importante en la aparición y agudización de las enfermedades respiratorias alérgicas.

 

“Se han establecido métodos precisos para diagnosticar los virus asociados”, apuntó.

 

Amenaza al sistema inmune

Los seres humanos están expuestos, todos los días y en cualquier lugar, a toxinas, contaminantes, virus, bacterias, hongos y diminutos artrópodos conocidos como ácaros.

 

Para protegerse de posibles peligros el cuerpo humano cuenta con un sistema inmune, que a veces reacciona de manera excesiva contra ciertas sustancias denominadas alérgenos, por considerarlas una amenaza, indicó el universitario.

 

El contacto constante de un individuo atópico con alérgenos provoca que estos últimos se depositen en la superficie respiratoria, donde interaccionan con la inmunoglobulina E; este vínculo desencadena síntomas como estornudos, comezón, lagrimeo y escurrimiento nasal. A la reacción excesiva del sistema inmune se le conoce como alergia.

 

Los antígenos causantes de las enfermedades respiratorias alérgicas reciben el nombre de aeroalérgenos porque están suspendidos en el aire. Los más comunes, prosiguió, son los granos de polen, las proteínas de ácaros y cucarachas, las partículas de plumas de aves y de piel de gatos, perros y caballos, y las esporas de hongos.

 

Los virus como el sincicial, de la influenza y el rinovirus son un factor importante en la aparición y agudización de las enfermedades respiratorias alérgicas porque desencadenan una respuesta excesiva del sistema inmune e inflaman las vías aéreas.

 

“En algunos pacientes el sistema inmune no responde adecuadamente, por lo que se retarda la eliminación de esos organismos y, en consecuencia, provocan una crisis asmática más severa”, apuntó.

 

Pólenes

Desde la década de los 40, se han realizado estudios sobre pólenes en la atmósfera de la Ciudad de México y de otras urbes del país, y todos coinciden que en temporada seca (de noviembre a abril) el aire contiene gran cantidad de esos granos debido a la polinización de plantas y condiciones ambientales (lluvias escasas, poca humedad y alta velocidad del viento).

 

“La alergenicidad de los pólenes no sólo se relaciona con su concentración en el aire, también con el hecho de que en las grandes ciudades interaccionan con contaminantes que incrementan la exposición de sus grupos antigénicos específicos. La respuesta de cada persona depende del estado de su sistema inmune, de la ruta de penetración del alérgeno en el organismo y de la frecuencia del contacto”, comentó Terán Juárez.

 

Algunos países desarrollados disponen de redes para detectar pólenes, similares a las que se utilizan para medir la contaminación. “Cuentan con equipo especializado y personal entrenado que se encarga de informar del tipo de granos en el ambiente. En México se debería crear una red similar”, opinó.

 

Contaminación ambiental y cambio climático

Además de potenciar la alergenicidad de los pólenes, la contaminación ambiental daña directamente las vías respiratorias de los pacientes, lo que facilita la penetración de alérgenos y, en consecuencia, deriva en una inflamación severa de las mismas.

 

“Las partículas de ozono, los óxidos de nitrógeno y el dióxido de azufre lesionan la mucosa nasal y el mecanismo de limpieza mucociliar, lo que explica la entrada de alérgenos en las vías respiratorias y la aparición de otros padecimientos relacionados en pacientes asmáticos”, afirmó.

 

El calentamiento global también ha favorecido el desarrollo de esas afecciones a nivel global, porque los periodos de polinización son más prolongados y la cantidad y alergenicidad ha crecido.

 

Problema de salud pública

Aunque la enfermedad respiratoria alérgica por pólenes es considerada en México un problema de salud pública, no se han realizado estudios aerobiológicos sistemáticos para obtener información precisa de la concentración de esos granos en la atmósfera e identificar los periodos de polinización.

 

“Con esa información se podrían tomar previsiones para proteger de los alérgenos a las personas susceptibles y a los asmáticos, e iniciar un tratamiento en el momento oportuno. También se podrían elaborar mapas de pólenes como una herramienta útil para hacer mejores diagnósticos”, concluyó Terán Juárez.

 

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Los productos que con más frecuencia causan alergia son los pólenes, esporas de hongos e inhalantes como ácaros, polvo doméstico, caspa de perros, gatos y aves, algodón en telas, olores fuertes y alimentos, entre otros, explicaron los especialistas de la UNAM.