Boletín UNAM-DGCS-430
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LOS
ADULTOS MAYORES,
Por falta de apoyo
y sensibilidad de sus familiares, la población más abandonada en el área
terapéutica es la de los adultos mayores, señaló el académico de
La
situación provoca que los ancianos se depriman y presenten ansiedad y diversas
alteraciones emocionales, que se aúnan al deterioro orgánico progresivo. “El
problema es que no tienen manera de resolver sus dificultades porque en la
mayoría de los casos dependen de alguien más”.
Resulta
preocupante que ante este escenario, las personas de la tercera edad no reciban
atención psicológica a menos que sus parientes comiencen a observar conductas
“extrañas”. En estos casos, lo más recomendable es recurrir a la terapia
familiar, porque así los integrantes adquieren conciencia de las dificultades y
necesidades de la longevidad.
Patiño Ramírez explicó que un aspecto que presentan los adultos mayores
que asisten a consulta es el rechazo de sus seres cercanos, que rara vez toman
en cuenta sus necesidades y no ofrecen comprensión. Por el contrario, lo más
factible es que los familiares acusen al anciano de ser “difícil de tratar”.
“Las personas añosas se deprimen porque no pueden realizar las
actividades que solían efectuar. Por ello, se debe trabajar con los parientes para
que sepan cómo proporcionarles un espacio emocional y social que se traduzca en
calidad de vida”, sugirió.
Radiografía del consultorio
Al consultorio psicológico acuden pacientes de todas las edades,
condiciones y géneros, pero la mayoría es predominantemente femenina, aunque no
significa que tengan más problemas que los hombres, sino que no tienen reticencias
de aceptar sus debilidades ante un especialista.
La mayoría de las veces, las mujeres buscan apoyo por complicaciones en
sus relaciones (de pareja o familiares) y depresión, a diferencia de los
hombres, que soliciten más atención por trastornos de ansiedad, como estados
persistentes de angustia, miedo a morir y pavor a los accidentes o a la enfermedad,
así como por adicciones. Sin embargo, los prejuicios culturales hacen que los varones
desistan del tratamiento con facilidad.
Los niños también son pacientes recurrentes, sólo que a diferencia de
los casos expuestos no piden ayuda, sino que son canalizados por instituciones
escolares por presentar complicaciones de aprendizaje y conducta.
Una nueva alternativa ante la cotidianidad
La vida moderna impone ritmos que hacen que el individuo no tenga
tiempo para sí mismo y mucho menos para un tratamiento psicológico prolongado.
Ante esta circunstancia, la terapia breve es una opción recomendable,
porque en un intervalo de tres a 10 sesiones el especialista se ocupa del
problema.
Debido a que el tren de vida actual imposibilita que los pacientes
asistan regularmente a las sesiones tradicionales, Patiño recomendó el uso del chat y el teléfono como medios de apoyo
psicológico viables.
Sin embargo, Patiño señaló que la terapia breve es una alternativa
viable que no debe ser prejuzgada, porque se trata de un trabajo serio que se enfoca al análisis y solución de
diversos conflictos emocionales.
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