Boletín UNAM-DGCS-426
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ERRÓNEO HABER
OBEDECIDO EN MATERIA AGROALIMENTARIA A CORPORACIONES
La crisis agroalimentaria en México comenzó a gestarse desde los 80,
con la crisis de los granos básicos, fenómeno que evidenció el error de seguir
los dictados de las grandes corporaciones de comestibles, principalmente
estadounidenses, indicó la especialista del Instituto de Investigaciones
Económicas (IIEc) de
Esa situación propició la sustitución de los cultivos de los granos básicos
por oleaginosos en el marco de la apropiación y control de las principales
cadenas agroalimentarias del país, que “fue favorecido por la instrumentación
de políticas públicas que lo hicieron funcional”.
Al participar en la mesa Crisis Económica Mundial y su Impacto en el
Sector Agropecuario, organizada por
el IIEc, subrayó que este fenómeno apareció a principios de 2006 con el
incremento del precio de la tortilla. “A este aumento siguieron los de la
leche, carne, aceites comestibles, trigo, frijol y arroz”.
La también catedrática de
Al respecto, la especialista del Instituto de Investigaciones Sociales
(IIS), Blanca Rubio Vega, comentó que la solución a esta problemática sólo se
alcanzará con políticas públicas integrales “reales”, porque desde mayo de
2008, se planteó un programa ante la crisis que consistió en abrir el mercado
de importación a cualquier país que vendiera sin arancel; crear una reserva estratégica
de alimentos; incrementar el financiamiento de la importación de maquinaria, y
aumentar en 120 pesos (durante siete meses) la asignación a los beneficiarios
del programa social Oportunidades.
Sin embargo, esto no disminuyó el impacto negativo en la sociedad en
general; incluso aquella reserva propuesta y prometida por el gobierno federal
nunca tuvo cabida en los proyectos. Además, dijo, a la crisis alimentaria se
sumó la económica, que afecta a todos los sectores productivos, porque grandes empresas
trasnacionales de automóviles, electrónicos y demás, están en proceso de
quiebra.
No obstante, las empresas agroalimentarias se están fortaleciendo y “se
vieron beneficiadas con la alteración de su sector, porque en la crisis
alimentaria incrementaron los precios a su antojo”.
Al respecto, el integrante del Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Antonio Turrent Fernández, explicó que
la producción de granos del campo mexicano se desarrolla más lenta que su
consumo “aparente”. Por ello, la dependencia alimentaria del mercado mundial
crece y se teme que alcance el 50 por ciento hacia el año 2025.
Con la investigadora del IIEc, Lilia Enríquez Valencia, quien moderó la
mesa, señaló que esta situación depende en gran medida de la dependencia
desmesurada del tipo de agricultura empresarial y de la trasnacionalización de
los servicios para producción, acopio y abasto.
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PIE DE FOTO:
Foto 01.
Argelia Salinas
Ontiveros (al centro) explicó que la crisis de comestibles ha impactado
negativamente en el bolsillo de los más necesitados desde hace dos décadas.
Foto 02
Blanca Rubio expuso
que la crisis alimentaria se sumó a la recesión económica, lo que crea
condiciones cada vez más adversas para la mayoría de los mexicanos.