Boletín UNAM-DGCS-416
Pie de foto al final del boletín
PERMITEN LOS
FITOLITOS CONOCER PARTE DE
Los restos botánicos son una fuente de información que puede revelar
distintos aspectos de la vida de poblaciones antiguas. Las plantas no sólo son
utilizadas como alimento, sino como elementos sociales y ceremoniales y al
recuperarlas en contextos arqueológicos, como un piso olmeca o un basurero de
Teotihuacán, constituyen grandes aportaciones para estudios en la materia.
Por ello, el análisis de fitolitos –cristales de sílice que se forman
en la epidermis de las plantas–, es una de las técnicas arqueobotánicas usadas
para identificar restos vegetales.
La responsable del Laboratorio de Fitolitos del Instituto de
Investigaciones Antropológicas (IIA) de
Los fitolitos son restos de células vegetales que se han mineralizado y
que presentan una estructura cristalina similar a la del ópalo, por lo que se
las ha denominado ópalo biogenético. Se forman por la precipitación del sílice
disuelto en agua, que las plantas absorben del suelo y se acumula en los
espacios intercelulares del tejido epidérmico de hojas, tallos y raíces,
explicó.
Al depositarse, continuó, toman la forma de las células que recubren y
encapsulan formas distintivas, que se conservan en el suelo cuando la materia
desaparece.
Cuando los fitolitos son recuperados de contextos arqueológicos
permiten identificar la flora existente en el pasado. Su análisis provee
información para determinar patrones de subsistencia, dieta, desarrollo de
técnicas agrícolas, uso botánico y reconstrucción de antiguas vegetaciones,
apuntó.
Esas muestras, dijo, pasan por un proceso de análisis: Primero, se
limpia la tierra para eliminar materia orgánica y carbonatos que puedan
contaminarla con ácido clorhídrico y peróxido; posteriormente, se rompen los
cúmulos de la misma y se seca la muestra.
Después, acotó, se coloca en la centrífuga con bromoformo y acetona;
finalmente, cuando éstos son recuperados se examinan en un microscopio para
identificar las plantas que utilizaban entonces.
El tipo de contexto arqueológico al que se asocian los restos
botánicos, la fecha, cerámica e instrumentos permiten interpretar la forma en
que las plantas eran usadas: como alimento, combustible o materiales de
construcción, según los lugares estudiados, que pueden ser centros
ceremoniales, casas-habitación o fogones, comentó.
Un ejemplo es el sitio olmeca de San Lorenzo, en Veracruz, donde se
revisaron muestras del interior de fogones y se concluyó que eran especialmente
construidos para ahumar pescado, y usaban la palma como combustible.
También, explicó que se pueden recuperar fitolitos de vasijas o
metates, instrumentos empleados en diversas tareas como cocinar, almacenar y
formular medicinas, entre otras.
Zurita Noguera informó que la aplicación del análisis de los fitolitos
en arqueología es prácticamente reciente de apenas 25 años, aunque en otro tipo
de disciplinas, como la edafología, se ha usado por largo tiempo. En la época
de Darwin, recordó, iniciaron los estudios relacionados, pero la recolección de
muestras en zonas arqueológicas es relativamente nueva.
Al principio no se creía que fuera funcional, pero los resultados
positivos han ganado terreno; este tipo de indagación tiene bondades para la
arqueología, porque cada vez se busca adquirir mayor evidencia y elementos
interpretativos. “Se pueden obtener datos de restos materiales y encontrar las
voces de quienes ahí vivían”.
Al evocar lo realizado en el Laboratorio, señaló que se han analizado
más de 400 especies de plantas para la colección de referencia; sin embargo,
aclaró, no todas tienen fitolitos. Han participado en el estudio de cientos de
muestras en sitios como Teotihuacán y San Lorenzo; colaboran en investigaciones
etnobotánicas y examinan las actividades humanas relacionadas con plantas.
Actualmente, laboran en cuatro proyectos de distintas áreas. Cada
arqueólogo tiene necesidades diferentes, según los objetivos de su
investigación; algunos pretenden saber cuál era el medio ambiente de la zona
que analizan y otros, la alimentación o el estilo de vida, todo ello
relacionado de manera directa con el estudio del pasado, concluyó.
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Foto 01.
Los fitolitos son
cristales de sílice que se forman en la epidermis de las plantas.
Foto 02
Con el estudio de
los fitolitos se pueden obtener datos de restos materiales y encontrar las
voces de quienes vivían en poblaciones antiguas, señaló Judith Zurita Noguera,
del IIA de