13:00  hrs. 1 de julio de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-393

Ciudad Universitaria

 

AUMENTA EN ADOLESCENTES DEL DF LA PROBABILIDAD DE PADECER ALGUNA ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR

 

·         Los jóvenes hipertensos, comparados con los que tienen presión normal, presentan una elevada prevalencia de sobrepeso, obesidad y alteraciones del metabolismo de los lípidos

·         La tasa de hipertensión en adolescentes es mayor en la ciudad de México que en otros países de America Latina e incluso de Europa, refirió la académica universitaria, Liria Yamamoto Kimura

·         Presentó los resultados de la investigación intitulada Presión arterial y factores de riesgo cardiovascular en adolescentes de la ciudad de México

 

De acuerdo con un estudio de la UNAM y el Instituto Nacional de Cardiología, la prevalencia de hipertensión y de pre-hipertensión en adolescentes que viven en la capital del país es de 10.6 y 10 por ciento, respectivamente, que podría desembocar en un problema de salud pública muy delicado.

 

En la investigación intitulada Presión arterial y factores de riesgo cardiovascular en adolescentes de la ciudad de México, se señala que los adolescentes que hoy presentan valores altos en la cifras de presión arterial, tienen una mayor probabilidad de padecer mañana alguna enfermedad cardiovascular, aseguró la académica de la Facultad de Medicina de la UNAM, Liria Yamamoto Kimura.

 

 

La especialista en salud pública y coautora de dicho estudio, indicó que los adolescentes hipertensos, comparados con los normotensos (con una presión normal), presentan también elevada prevalencia de sobrepeso, obesidad y dislipidemias (alteraciones del metabolismo de los lípidos).

 

Asimismo, destacó, los resultados del estudio corroboran que ciertos factores de riesgo cardiovascular (como cintura, edad, género e índice de masa corporal) contribuyen con 26 y 15.9 por ciento de la variación en la presión arterial sistólica y en la presión arterial diastólica, respectivamente.

 

En ese sentido, la tasa de hipertensión en adolescentes es mayor en la ciudad de México que en otros países de America Latina e incluso de Europa: en Chile es de 9.5 por ciento; en Colombia, de 3 por ciento y en España, de 7 por ciento.

 

En 12 secundarias

 

En este estudio –realizado en 10 secundarias del DF: dos privadas y ocho públicas, ubicadas en la delegación política de Coyoacán, así como en dos rurales públicas del municipio de El Oro, en el Estado de México– se buscó determinar las medidas somatométricas (el índice de masa corporal, la estatura, el perímetro de la cintura y el pliegue tricipital, entre otras), la presión arterial y los niveles de lípidos y lipoproteínas en escolares adolescentes (la muestra constó de 3 mil 240 jóvenes de ambos sexos, de 12 a 16 años).

 

La estatura y el peso nos permiten estimar el índice de masa corporal y evaluar el grado de sobrepeso y obesidad: a mayor peso por unidad de estatura, más alto índice de masa corporal y, por ende, más riesgo de desarrollar obesidad a edades más tempranas, explicó Yamamoto Kimura.

 

A su vez, la obesidad incrementa el desarrollo de dislipidemias, es decir, alteraciones en el colesterol total, en las lipoproteínas de alta y baja densidad, y en los triglicéridos, acotó.

 

Estas variables son factores de riesgo cardiovascular, pues influyen en las cifras de tensión arterial sistólica y diastólica, e incrementan la incidencia de hipertensión arterial.

 

Dislipidemias

 

De acuerdo con el estudio, los adolescentes varones de secundarias privadas son 11 y 8 centímetros más altos que los muchachos de secundarias públicas rurales y urbanas, respectivamente. Con las mujeres sucede lo mismo, pero las diferencias no son tan marcadas.

 

Los hombres de escuelas privadas tienen el índice de masa corporal más alto; luego vienen los de escuelas públicas del DF y, al final, los de escuelas rurales. Por el contrario, las mujeres de escuelas públicas tienen el índice de masa corporal más alto; luego vienen las de escuelas privadas y, mucho más abajo, la de escuelas rurales.

 

De ahí que la prevalencia de obesidad sea mayor en hombres de escuelas privadas (21.5%) y en mujeres de escuelas públicas urbanas (18%).

 

También se encontró que las dislipidemias son diferentes en adolescentes del medio urbano y rural, porque los primeros consumen mayor cantidad de grasas, mientras que los segundos ingieren más hidratos de carbono.

 

De este modo, los estudiantes de escuelas particulares son los que presentaron valores más altos de colesterol total (10%) contra cinco por ciento de los de escuelas públicas. En cambio, los adolescentes de secundarias rurales son los que tuvieron valores más altos de triglicéridos, y de entre ellos, aún más las mujeres (13%).

 

Por edad, género y estatura

 

La académica de la UNAM apuntó que la medición de la presión arterial fue ajustada por edad, género y estatura. “En ella tomamos en cuenta la hipertensión arterial sistólica y diastólica (componentes tradicionales), así como la presión arterial media y la presión de pulso, las cuales hoy se consideran también indicadoras de riesgo de enfermedades cardiovasculares”.

 

Se formaron dos grupos: el de los que rebasan el porcentil 90 de presión arterial: pre-hipertensos (más de 90 pero menos de 95) e hipertensos (más de 95); y el de los normotensos o controles, que están por debajo de la presión arterial media, es decir 90, explicó.

 

Los valores promedio de hipertensión arterial por género-escuela fueron: en hombres de secundarias privadas, 11.6 por ciento; de públicas, 9.8 por ciento; y de rurales, 4.9; y en mujeres, 7, 11 y 4.7, respectivamente.

 

La prevalencia de hipertensión arterial fue diferente según el tipo de escuela de que se trataba: en las secundarias particulares predominó la hipertensión sistólica y la hipertensión de pulso; en las públicas, la presión arterial media; y en las rurales, la hipertensión de pulso.

 

Otros datos

 

En el estudio llevado a cabo por Yamamoto Kimura, la obesidad y el sobrepeso fue significativamente más frecuente entre hipertensos (hombres, 38.2%; mujeres, 44.5%) que entre no hipertensos (hombres, 21.3%; mujeres, 28.12%).

 

También, este estudio consideró factores como el estilo de vida –consumo de tabaco, alcohol, sal y sedentarismo– y entorno familiar (escolaridad de padres, ocupación, consumo de tabaco, alcohol, sal).

 

La mayor prevalencia de tabaquismo, el cual propicia rigidez arterial, se dio en secundarias privadas (20.5%), luego en rurales (8.6%) y por último, en públicas urbanas (7%).

 

En cuanto al sedentarismo, su mayor frecuencia se dio en mujeres de secundarias públicas y la menor en hombres de secundarias rurales.

 

Resultados

 

Yamamoto Kimura aclaró que los resultados de este estudio no pueden extrapolarse a nivel nacional, porque el perfil de riesgo cardiovascular es diferente en cada ambiente y tipo de escuela.

 

En el área urbana, sugirió, se debe fomentar entre los jóvenes el ejercicio físico y una dieta baja en sal y grasas, mientras en el medio rural es necesario emprender acciones para que aumenten de estatura y combatan la obesidad.

 

 

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