12:30  hrs. 27 de junio de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-384bis

Ciudad Universitaria

 

María Teresa Sánchez Salazar

Pie de foto al final del boletín

 

GENERA LA BÚSQUEDA DE MINERALES SEVERO IMPACTO AMBIENTAL

 

  • La abertura del suelo a cielo abierto provoca alteraciones ecológicas por la movilización de vegetación y el cambio de las topografías locales, indicó María Teresa Sánchez Salazar
  • La investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM, señaló que cuando se excava para extraer oro y cobre, se usan métodos que dañan el entorno, como la cianuración
  • En épocas de crisis la extracción de metales preciosos se ve limitada, apuntó Gian Carlo Delgado, del CEIICH

 

Las aberturas de suelo a cielo abierto (tajo) que realiza la industria minera, generan un grave impacto ambiental por la movilización de vegetación y el cambio de topografía, afirmó la investigadora del Instituto de Geografía (IG) de la UNAM, María Teresa Sánchez Salazar.

 

Esta situación se agrava, explicó, porque al excavar para extraer sustancias como el oro y el cobre, se utilizan métodos que dañan de manera importante el entorno, como la cianuración y la lixiviación.

 

Al participar en el simposio Ecología política de la minería en México, que presidió la directora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de esta casa de estudios, Norma Blazquez Graf, Sánchez Salazar mencionó que algunas rocas como la calcita y el yeso se procesan en plantas altamente contaminantes para el aire, que agravan la degradación ecológica.

 

En la actualidad, la minería participa modestamente en el Producto Interno Bruto; sin embargo, su importancia a nivel local es grande, pues en ocasiones estos veneros se ubican en zonas donde difícilmente podría realizarse otra actividad económica.

 

Rezagada tecnológicamente por años, esta industria se ha beneficiado de la globalización y su innovación en maquinaria; además de la automatización de procesos, también ha habido progresos en los procedimientos de minado.

 

Por su parte, el integrante del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), Gian Carlo Delgado Ramos, refirió que México es un importador neto de biomasa y productos metálicos finales y un exportador de petróleo crudo.

 

En el auditorio del CEIICH, manifestó que en temporadas de crisis, esta actividad se altera notablemente; por un lado, hay una limitación para extraer metales preciosos, y por otro, el precio del oro se eleva considerablemente.

 

Además, las necesidades actuales han provocado una evolución en sus prácticas y sustancias que antes no eran explotadas, hoy tienen gran demanda como el estaño, aluminio y berilio, usados en la manufactura de teléfonos celulares, y el manganeso y el niobio, dos “minerales estratégicos” empleados por la industria militar, principalmente de Estados Unidos.

 

A su vez, el académico del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) de esta casa de estudios, Claudio Garibay Orozco, señaló que en su afán de apropiarse de yacimientos en tierras campesinas, las corporaciones mineras globales se valen de políticas irregulares para despojar a las comunidades rurales de sus derechos, concluyó.

 

 

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FOTO 01.

 

María Teresa Sánchez Salazar, Gian Carlo Delgado Ramos, Norma Blazquez Graf y Claudio Garibay Orozco analizaron el pasado y presente de la industria minera en México.