13:30  hrs. 24 de junio de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-376

Ciudad Universitaria


Hania Zlotnik

Pie de foto al final del boletín

 

LA MAYORÍA DE LOS MIGRANTES RADICA EN PAÍSES RICOS

 

  • Son 214 millones de individuos los que dejaron su patria para establecerse en el extranjero, lo que representa tres por ciento del total de personas en el orbe, dijo la directora de la División de Población de la ONU, Hania Zlotnik
  • De este número, 104 millones optaron por mudarse a países de alto ingreso y 17 millones a naciones en proceso de desarrollo, indicó en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM

 

Alrededor del globo hay 214 millones de migrantes, es decir, el tres por ciento de la población mundial ha abandonado su patria para hacer del extranjero su hogar, expuso la directora de la División de Población de la ONU, Hania Zlotnik, al impartir una conferencia en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

 

De este total, se calcula que 104 millones de individuos decidieron radicar en países de alto ingreso, mientras que 17 millones se fueron a naciones que aunque obtienen grandes ganancias, aún están en proceso de desarrollo, como algunos estados del Golfo Pérsico. Los 90 millones restantes se distribuyen en territorios con ingresos mediano-alto, mediano-bajo y bajo, explicó la demógrafa.

 

Según las cifras, 56.4 por ciento de los migrantes radica en regiones con ingresos altos.

 

La mayoría de quienes prueban suerte en un territorio ajeno opta por uno económicamente sólido y no por aquellos que están en vías de desarrollo; este fenómeno, que ya se había observado con anterioridad, se hizo particularmente evidente en los años 90 y en la primera década del nuevo milenio. Según el Banco Mundial, la mayor concentración de inmigrantes se localiza en estados con alto ingreso.

 

En 1990, el número de expatriados en las naciones poderosas era de 57 millones y para 2010 será de 104 millones; mientras, para los países con ingreso alto pero en fase de desarrollo, la cifra era de 10 millones y para el próximo año será de 17 millones. Para los gobiernos de ingreso mediano alto se pasará de 15 a 20 millones, y en los de desarrollo mediano-bajo el índice irá de 39 a 42 millones. En aquellos lugares donde el crecimiento es mínimo, el número descenderá de 34 a 31 millones, según datos de la ONU.

 

La cantidad de extranjeros ha comenzado a abultarse, principalmente en las zonas septentrionales de cada continente, fenómeno conocido como “migración norte” y que responde a la desigual distribución de la riqueza de las regiones meridionales, refirió Zlotnik.

 

Un aspecto a considerar es que la población de las naciones poderosas comienza a envejecer, lo que implica que en un futuro dispondrá de una fuerza de trabajo mucho menor, “por esta razón algunos gobiernos están abriendo las puertas a personas de otras nacionalidades”.

 

Mientras, en Italia y otros estados nórdicos la edad promedio de los ciudadanos es de más de 40 años, los canadienses, rusos y estadounidenses registran una media que oscila entre los 30 y 40 años. Esta situación contrasta con los censos levantados en África, donde la mayoría de los habitantes son muy jóvenes.

 

Los expertos aseguran que para que los países ricos puedan mantener a la población de nativos que comprende desde quinceañeros hasta sexagenarios, deben aceptar la entrada anual de un gran volumen de extranjeros. Se calcula que esta cifra asciende a 600 mil personas para Japón, 450 mil para Alemania, 350 mil para Italia, 300 mil para Estados Unidos y 100 mil para Gran Bretaña.

 

La situación en México

Para Estados Unidos, nuestros compatriotas son fundamentales. En 2005, de todos los migrantes que se trasladaron de un país en vías de desarrollo a otro poderoso, uno de cada cinco fue mexicano, comentó la funcionaria de la ONU.

 

A esto se debe que los mexicanos que residen en la Unión Americana representen el 32 por ciento de todos los inmigrantes que hay en ese lugar y el 10 por ciento de la población nacional, porque según los últimos censos, casi una décima parte de nuestros paisanos vive al norte de la frontera.

 

Las estadísticas indican que la mayoría de los connacionales en suelo estadounidense son jóvenes (entre 18 y 29 años), con escolaridad baja y aptos para desempeñarse en las ramas de construcción, minería, agricultura, manufactura, transporte, producción, y rara vez con las credenciales suficientes para optar por una plaza administrativa o profesional.

 

Generalmente tienen trabajos mal pagados y los que se dedican a la construcción son quienes más padecen la crisis económica. Además, cuando los centros laborales aplican políticas de recorte de personal, los indocumentados son los primeros en perder sus puestos, concluyó Zlotnik.

 

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Foto 01.

Hania Zlotnik explicó que en los países desarrollados la población ha comenzado a envejecer, por lo que necesitarán abrir sus puertas a los inmigrantes si quieren mantener activa su maquinaria económica.