Boletín UNAM-DGCS-340
Ciudad
Universitaria
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INVESTIGAN EN
Alrededor del mundo, la rabia constituye uno de los 10 padecimientos
que ocasionan más pérdidas humanas y económicas, y en México es considerada una
enfermedad emergente. Tan sólo en 2008, en Yucatán, y poco antes en Guerrero y
Jalisco, se registró una alta mortandad de ganado vacuno por rabia paralítica
bovina.
Si bien ha sido casi controlada con la vacunación de perros (antes los
principales transmisores del virus rábico), hoy el mayor número de casos en
animales domésticos y, ocasionalmente, en seres humanos, es causado por
murciélagos que se alimentan de sangre (hematófagos).
Para entender los factores que determinan un brote en colonias de esos
mamíferos, un grupo de investigadores de
“El objetivo es modelar, predecir y prevenir brotes rábicos,
particularmente en las zonas del campo mexicano más golpeadas por la economía y
Los brotes rábicos, por varios factores
Debido a que los murciélagos hematófagos sólo habitan en zonas
tropicales, este proyecto se realiza en el norte de Puebla,
Hasta ahora, se han identificado 14 tipos de virus rábicos y cada uno
tiene su historia evolutiva, ruta de infección y portador.
Existen varias teorías sobre los brotes rábicos y una de ellas supone que
podrían relacionarse con la alteración del hábitat, porque la población de
ciertas especies originales se incrementa y, en consecuencia, surgen
enfermedades que se convierten en grandes problemas epizoóticos.
Por ello, los investigadores analizan si en ambientes conservados es
menos probable un brote; esta parte del proyecto está a cargo de Gerardo Suzan,
de
Esos mamíferos son los
principales portadores del virus en zonas rurales-ganaderas, por lo que se
detectan y tipifican variantes virales en colonias de Desmodus rotundus (la principal de las tres especies de murciélagos
hematófagos que existen), así como en comunidades de varias especies de quirópteros insectívoros y frugívoros. También se
pretende saber qué porcentaje de una colonia está infectado y con qué variantes
del virus rábico, señaló Medellín Legorreta.
Otra hipótesis sugiere que los brotes podrían estar relacionados con el
estrés, porque baja las defensas inmunológicas de los murciélagos hematófagos
y, por consiguiente, los predispone a la infección.
Debido a que una sequía podría desencadenar tensión, los investigadores
analizan series de tiempo para identificar brotes. “De ser cierto, se tendría
un primer elemento para predecir cuándo se presentarán”, comentó.
La escasez de comida podría ser otro factor desencadenante de estrés,
aseguró; el cambio de uso de suelo ocasiona la falta de alimento y, en
consecuencia, una baja resistencia inmunológica.
Como parte del proyecto, y en colaboración de Elizabeth Loza del
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias, los universitarios
estudian la patogenia de la rabia.
“Al entender cómo avanza la infección dentro del murciélago y cuánto
tiempo tarda éste en convertirse en rabioso y transmisor del virus, se podrán hacer
proyecciones. Si hubo un brote en febrero de 2008, seremos capaces de saber en
qué mes ocurrió la inoculación de la colonia y determinar qué factores
ecológicos y meteorológicos influyeron”, apuntó Medellín Legorreta.
Con la ayuda de la genética molecular se analiza el excremento de los
murciélagos hematófagos para saber qué porcentaje de la dieta de una colonia es
de sangre de vaca, venado, cerdo, cabra o humana, “aunque es raro que muerdan a
personas”, aclaró.
Con datos recabados a lo largo de dos años, los investigadores esperan
identificar los factores que determinan un brote rábico y después, junto con
los institutos de Biología de
Si se comprueba que la incidencia es menor en zonas forestadas, entonces
los gobiernos estatales y federal, ONG, universidades y ganaderos deberán dedicarse
a restaurar las selvas, concluyó Medellín Legorreta.
Los murciélagos hematófagos
Una colonia de murciélagos hematófagos se integra por no más de 60
individuos, aunque se han encontrado grupos de hasta 500; pesan alrededor de
Sus caninos e incisivos son grandes, utilizan los primeros como tijeras
para cortar el pelo y dejar la piel al desnudo, y los segundos para hacer una
mordida del tamaño y forma de medio confeti.
Ingieren un máximo de dos cucharadas soperas de sangre por noche, y pueden
alimentarse de ella porque disponen de unos riñones especializados, de corteza
ancha, que filtran y desechan altas concentraciones de hierro.
La saliva, benéfica
En la década de los 80, un estudio realizado por Medellín Legorreta y
Alejandro Alagón Cano, del Instituto de Biotecnología, demostró que la saliva
de los murciélagos hematófagos puede disolver un coágulo sin causar hemorragias
internas.
Con la saliva, se elabora un medicamento para combatir trombos en el
torrente sanguíneo; el desarrollo está en sus últimas etapas de prueba en seres
humanos, y en un par de años podría salir al mercado.
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