Boletín UNAM-DGCS-338
Ciudad Universitaria
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REBASAMOS
UMBRALES AMBIENTALES IRREVERSIBLES
“Los
humanos nos creemos los seres más importantes y hemos abusado del planeta, como
si fuésemos capaces de reparar todo el daño que hemos causado; sin embargo, el
calentamiento global y la extinción de especies nos demuestran lo contrario”,
aseguró Mireya Imaz Gispert, coordinadora del Programa Universitario del Medio
Ambiente (PUMA) de
Como civilización, modificamos ecosistemas para
construir zonas agrícolas y urbanas, es decir, cubrimos las necesidades poblacionales
de manera irracional, y no nos hemos planteado seriamente incógnitas que día
con día se vuelven más urgentes, como, “¿por qué y cómo llegamos a este punto
de deterioro global?” y “¿hasta dónde resistirá el planeta?, expuso.
Por ello, el Día Mundial del Medio Ambiente nos invita
a reflexionar sobre estos asuntos, y dependerá de cada quien qué tan profunda
sea esta toma de conciencia, porque quien se limita a festejar y sembrar
árboles en esa fecha, no se percata de que se requieren acciones de mucha mayor
trascendencia.
“Al considerar cuál es el estado real del medio
ambiente nacional, parece que hay muy poco que celebrar este 5 de junio.
Nuestro país y el mundo en general, padecen una crisis ambiental global de
grandes proporciones”, aseveró.
La especialista señaló que la humanidad está a
un paso de adentrarse en umbrales que, al ser traspasados, no le permitirán
recuperar el equilibrio perdido, sobre todo porque ignora la magnitud de las
repercusiones. Ejemplo de esto es la pérdida de la biodiversidad, que evidencia
que el hombre ha alterado su entorno a tal grado que ya rebasó cualquier punto
de retorno.
“Lo que aún no sabemos es qué pasará cuando
empiecen a registrarse extinciones generalizadas ni el modo en que se
comportarán los ecosistemas, cómo cambiará el ambiente ni si otras especies
ocuparán los nichos que dejaron aquellas variedades que desaparecieron”.
En la lucha contra estos problemas ambientales,
la educación es esencial, y mientras mejor formación se tenga será más fácil
proponer soluciones y enmendar el complicado panorama creado por el hombre,
argumentó. “Debemos rescatar la sabiduría ancestral de nuestros antepasados,
quienes sabían que había formas más amigables de relacionarse con el medio
ambiente”, comentó.
“Ni discursos ni acciones acotadas bastan, es
preciso reinventarnos a través de la educación, porque ésta es el motor más
importante y nos da la certeza de que sí se puede pensar en otro mundo”.
Imaz Gispert opinó que pocas veces, como ahora, la
humanidad había pensado en sí y en su papel a futuro; cada generación veía sólo
por ella misma, pero hoy ha comenzado a plantearse escenarios a 50 y 60
años.
Por ello,
Para concluir, la coordinadora del PUMA resaltó
que el pendiente más grave que enfrenta México es la pérdida de los suelos a
nivel nacional, “tenemos un gran deterioro en estas áreas”.
Éste es un proceso difícil de revertir, pero aún
se puede hacer algo al respecto. Este tipo de rescates resultan costosos y como
nación deberíamos invertir en este aspecto, planificar nuestra forma de
expandirnos y evitar los ordenamientos urbanos, concluyó.
Mientras, la especialista del Instituto de Biología (IB), Yolanda
Hortelano Moncada, indicó que para promover la conservación se debe conocer lo
que se posee y en qué cantidades, principalmente cuando se trata de especies
animales. También es importante saber cómo se relacionan estas variedades con
otras y entre sí, y ubicar las características del hábitat en que se
desarrollan.
“Lo ideal sería estar al tanto de toda la
diversidad del país y a todos los niveles; en la medida en que tengamos un
inventario más amplio, podremos contribuir a la conservación”, apuntó.
En esta tarea, el IB juega un papel importante, porque alberga las
colecciones más grandes de animales y plantas de México (“son una suerte de
bibliotecas de la vida”, dijo). En estos muestrarios se conservan especies disecadas
y vivas, estas últimas en el Jardín Botánico.
Estos compendios sirven para realizar investigaciones y cruzar datos
entre instituciones, porque lo que se busca es difundir la gran variedad de
especies que se posee (o poseía) México a nivel mundial.
Cada vez es más común que nuestra fauna endémica esté bajo amenaza o
extinta. Hoy en día, tenemos 66 variedades en riesgo y muchas más en la
categoría de “especies extirpadas”, es decir, próximas a su desaparición, como
el búfalo, la nutria marina y de río, el tapir, el borrego cimarrón, la foca monje
del caribe y el manatí, por mencionar algunas.
Por todo esto, para que la conservación funcione hay tres elementos que
deben ser atendidos: se deben tener zonas protegidas, resguardar las especies
en riesgo y aprovechar todo recurso natural de manera sustentable.
Finalmente, indicó que el Día Mundial del Medio Ambiente debe promover la protección de
especies en peligro de extinción. “Es necesario que todos contribuyamos con
nuestro granito de arena para conservar las especies nativas de México”.
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Foto 01.
Gran parte de la
fauna endémica de México está en peligro de extinción.