Boletín UNAM-DGCS-307
Ciudad Universitaria
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boletín
EL 2.7 POR CIENTO
DE LAS MUJERES PODRÍA TENER HIJOS CON MALFORMACIONES
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Las causas más frecuentes son las
radiaciones, virus y factores químicos como la contaminación por pesticidas,
fármacos, nicotina, drogas y alcohol, explicaron las académicas María
·
La anencefalia, las deficiencias motoras y
las anomalías del corazón, aparato digestivo y sistema nervioso, así como las
agenesias y alteraciones espinales, son las más comunes
En México, 2.7 por ciento de la población femenina es susceptible de
padecer teratogénesis, es decir, a parir hijos con malformaciones. A esta
cifra, se suma un porcentaje similar de fetos con retraso del desarrollo
intrauterino, alteraciones conductuales, muerte intrauterina y otras
deficiencias funcionales.
Algunos factores que detonan estas anomalías son: radiaciones, virus y
factores químicos como pesticidas, fármacos, nicotina, drogas y alcohol,
explicaron María
Entre los principales trastornos del desarrollo, se encuentra la anencefalia, una patología congénita que afecta la configuración encefálica y de los huesos del cráneo. Este padecimiento provoca un desarrollo mínimo del encéfalo, que a menudo se traduce en una ausencia parcial o total del cerebro y en que la parte posterior de la cabeza no cierre. En la mayoría de los casos, provoca la muerte inmediata o a pocas horas del alumbramiento, explicó Delgado.
La académica e investigadora de la carrera de Médico Cirujano de
Al respecto, agregó que también se han llegado a observar deformidades de la médula espinal y otras aún más raras, y aclaró que aunque no todas provocan la muerte, la mayoría son de efectos irreversibles.
La palabra teratogénesis proviene de las voces griegas tératos (τέρᾰτος), que significa ‘monstruo’, y
génesis (γένεσις),
‘nacimiento’. Es el proceso por el cual se producen malformaciones; teratogénico
es lo que potencialmente es dañino para el embrión o feto.
En la teratogénesis el efecto toxicológico son las malformaciones
estructurales, anatómicas o cualquier otra alteración funcional que se produzca
en el periodo embrional o fetal, explicó.
Daños que se producen en el vientre materno
María
La universitaria explicó que son muchos los factores que generan estas
alteraciones y cada uno puede ser más o menos agresivo dependiendo de su dosis,
susceptibilidad y características del feto y su edad gestacional. Un teratógeno
es más nocivo en las primeras ocho semanas del desarrollo embrionario, es decir,
a menor edad, mayor probabilidad de daño.
La primera etapa es la más crítica porque es cuando se forman los
tejidos, las estructuras del cuerpo y se determinan sus funciones, abundó
Patricia Delgado. En este momento es cuando se presentan las malformaciones
congénitas, porque a partir de la novena semana, los órganos comienzan a crecer
y madurar.
Los trastornos del desarrollo, abundó, consisten en: desfiguraciones
estructurales; retraso del crecimiento o muerte embrionaria; falta de algún
órgano, y variaciones funcionales o fisiológicas. Algunas de esas deficiencias
se detectan después del nacimiento o, incluso, hasta los primeros años de vida.
Las causas de este fenómeno, apuntó la académica de
Las físicas, explicó Márquez, se refieren a procesos como la
hipertermia (aumento patológico de la temperatura del cuerpo de la madre) y a
todo tipo de radiaciones de longitud corta (como los rayos X y gamma, y las
partículas alfa y beta) y de longitud larga (como la radiación ultravioleta,
que puede inducir mutaciones en el ADN).
Amenazas químicas
En cuanto a los factores químicos,
“Se dice que no existen fármacos 100 por ciento seguros para una mujer
embarazada; desde un antihistamínico para la gripe, o un antibiótico, pueden
tener efectos colaterales o estar contraindicados en la paciente”.
Se debe a que hay personas con mayor sensibilidad a ciertas sustancias
que otras. La tolerancia al medicamento varía de acuerdo a cada individuo.
Una mujer gestante puede consumir más de 11 productos para la salud en
su embarazo. Se calcula que entre 35 y hasta 80 por ciento de ellas reciben
prescripciones facultativas o se automedican, según datos del Boletín
Informativo de Farmacovigilancia, de España.
Márquez Orozco explicó que hasta las vitaminas deben administrarse en
cantidades adecuadas, porque en exceso provocan efectos. Tal es el caso de
Las deficiencias también son perjudiciales, como en el caso del yodo,
que en bajas cantidades produce abortos o bocio; o el ácido fólico, necesario
para un desarrollo normal del sistema nervioso, y cuya insuficiencia evita el
cierre del tubo neural, expuso.
La contaminación y las drogas alteran el embarazo
Otro factor teratogénico de cuidado son los ambientes laborales
contaminados, principalmente por plomo y pesticidas. Estos entornos saturados
de partículas nocivas son comunes en zonas industriales como las del norte del
territorio nacional, donde se registra un gran número de casos de anencefalia,
abundó Delgado Jacobo.
El plomo, empleado en ciertas tintas o gasolina, no sólo puede causar
un mal desarrollo del cerebro y la columna, sino alteraciones en brazos y
piernas de los bebés, precisó Cristina Márquez. En tanto, los pesticidas
provocan abortos y padecimientos en los huesos y sistema reproductor de las
madres, así como leucemia y problemas esqueléticos en los pequeños.
El cigarro representa otro factor de riesgo porque contiene más de
cuatro mil tóxicos, algunos de ellos cancerígenos. La nicotina eleva el número
de embarazos malogrados y hace que los recién nacidos tengan problemas del
corazón, insuficiencia respiratoria y bajo peso.
Márquez añadió que una mujer encinta debe tomar media taza de café al
día como máximo, porque la cafeína provoca un mal desarrollo del sistema
reproductor.
Con una sola vez que se beba en exceso durante el embarazo o con el
equivalente a una cuba diaria (60 mililitros), se puede provocar síndrome
alcohólico fetal. Cuando el problema es grave, los pequeños nacen sin tener
bien marcado el labio superior, con la cabeza y mandíbula pequeñas, aberturas
de los párpados cortas, orejas anormales e, incluso, retraso mental.
En cuanto a las drogas, Márquez Orozco expuso que la mariguana altera
el sistema nervioso; la cocaína, el circulatorio; el LSD, el cerebro y el
tíner, el aparato reproductor del bebé.
Cuando una mujer no se percata de que está embarazada y continúa
tomando anticonceptivos hormonales puede alterar el desarrollo genital
infantil, añadió la especialista.
Prevenir, la mejor estrategia
A pesar de que los factores teratogénicos son múltiples y variados, hay
maneras de prevenir malformaciones y fallas en la función de órganos de los recién nacidos. Lo deseable,
enfatizó
Al respecto, dijo que la edad fértil femenina tiene un límite, porque
se considera que hasta los 35 años se está en óptimas condiciones hormonales,
aunque eso no significa que no pueda haber gravidez a más edad, pero hay mayor riesgo
de fallas en el embrión o en el proceso de su implantación y crecimiento en el
útero.
También es ideal tener una alimentación sana, balanceada, sin aditivos
ni colorantes, y consumir ácido fólico con anticipación. En el caso de
embarazos no planeados, al ser detectados hay que darles seguimiento médico, aconsejó
María Cristina Márquez.
De igual modo, añadió Delgado, se debe usar equipo especial en zonas y
ambientes tóxicos, sitios industriales o cultivos con presencia de sustancias
que contaminan el agua, la tierra y los alimentos, y que se impregnan
directamente en el organismo.
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Foto 01.
María
Foto 02
Cualquier
medicamento es una amenaza potencial para la madre y su producto, por lo que se
recomienda evitarlos en la medida de lo posible, aclaró