06:00 hrs. 5 de mayo de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-271

Ciudad Universitaria

 

 

Jorge Álvarez Martínez

 

BRINDA LA UNAM ASESORÍA TELEFÓNICA EN CASO DE CRISIS PSICOLÓGICA POR LA EPIDEMIA

 

 

Para personas afectadas emocionalmente por la epidemia de influenza A H1N1, y que tengan una angustia fuera de control o problemas familiares por la larga estancia en casa, la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM ofrece asesoría telefónica las 24 horas del día, en el número gratuito 01 800 123 1010.

 

Así lo informó Jorge Álvarez Martínez, jefe del Programa de Intervención en Crisis de esa entidad académica, quien encabeza el grupo de universitarios que brindan este servicio social en coordinación con organizaciones gubernamentales y civiles.

 

“Quien requiera ayuda puede llamar al 01 800 123 1010, que funciona como una central telefónica coordinada por la Secretaría de Salud, en la que participan la Facultad de Psicología de la UNAM, el Consejo Nacional contra las Adicciones, la organización Vive sin Violencia, Aeropuertos y Servicios Auxiliares, Acercatel, IMSS, ISSSTE y la Secretaría de Seguridad Pública Federal”, señaló.

 

Por este medio, expertos del Programa de Intervención en Crisis de la FP, asisten a individuos cuya tolerancia esté rebasada por la situación que se vive con la epidemia.

 

“Se asesora a quienes pasan por una circunstancia inusual que no se puede explicar desde lo conductual. Hay personas angustiadas porque tienen un familiar grave por el virus, otras han perdido a un ser querido, o se sienten rebasadas por las restricciones sanitarias. Además, en muchas familias se incrementan los problemas personales por estar largo tiempo en casa”, relató.

 

Consejos para estar en casa

Para no tener fricciones con los seres queridos en estos días que se debe permanecer en casa, Jorge Álvarez recomendó comentar, de forma serena, lo que nos afecta.

 

“Sin ser agresivos ni groseros, hay que hacerle saber a los demás lo que no nos gusta. Así se evitarán problemas con cosas simples como la elección para ver la televisión, porque alguien preferirá un programa deportivo y alguien más una telenovela. Es importante hacer acuerdos”, sugirió.

 

Las restricciones sanitarias que sugieren la reclusión favorecen la modificación de hábitos. A veces se está saturado por la televisión y eso ayuda a la convivencia, porque se podrían compartir juegos de mesa o platicar, algo útil para mejorar las relaciones interpersonales, sugirió.

 

Somatización por la crisis

Álvarez Martínez dijo que, como sociedad, actualmente se vive una primera fase de choque o crisis que inició con la contingencia. La gente somatiza, empieza a sentir que es portadora del virus y percibe los síntomas, aunque no tenga fundamento fisiológico.

 

En otros, la angustia se centra en enfermedades que sí tienen, pero con las que conviven de forma cotidiana y ahora toman otra dimensión por el cambio en el referente social.

 

“Hay quienes conviven con dolores de cabeza de forma regular, incluso tienen el hábito de tomar analgésicos. Pero ahora ese dolor se vuelve preocupante. De todo esto se puede hablar en las consultas telefónicas”, comentó.

 

El especialista previó que a mediados de esta semana la comunidad entre en una segunda etapa de adaptación. “Entonces, es importante mantener la serenidad y continuar respetando las medidas de higiene que han ayudado hasta ahora”, concluyó.

 

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