12:30 hrs. 3 de mayo de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-267

Ciudad Universitaria

 

María Luisa Machain Castillo

Pie de foto al final del boletín

 

 

 

PERMITEN MICROFÓSILES CONOCER LA EVOLUCIÓN DEL CLIMA EN EL PLANETA

 

 

Para conocer más a los microfósiles, grupo de organismos de diferente composición taxonómica, química, estructura y función que permite conocer, entre otros aspectos, la evolución del clima en el planeta, investigadores del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM, se han dado a la tarea de analizarlos.

 

Uno de los grupos que se ha utilizado con mayor frecuencia para determinar, tanto en el pasado como en el presente, las diferentes condiciones oceanográficas y climáticas, son los foraminíferos.

 

Estos microorganismos unicelulares tienen una alta especificidad por el ambiente donde viven y pueden ser usados como indicadores ecológicos. Cuentan con un caparazón duro que puede preservarse en el lecho marino después de su muerte. Así, el estudio de los sedimentos ayuda a reconstruir la historia del cambio climático y oceanográfico, explicó la investigadora de la entidad universitaria, María Luisa Machain Castillo.

 

Cambios de productividad biológica en el Golfo de Tehuantepec

El Golfo de Tehuantepec es un sitio interesante por los fuertes vientos que forman surgencias en el mar. “Se trata de una zona pesquera de alta productividad, de las más importantes en el territorio, donde se mezclan diferentes masas de agua”, señaló.

 

En los últimos tres años, Machain Castillo y sus colaboradores han realizado una colecta continua de foraminíferos planctónicos en esa zona con “trampas de sedimentos”, para conocer su relación con las variaciones climáticas y hacer inferencias paleoclimáticas más precisas.

 

En estudios concurrentes con esos microorganismos en columnas de sedimento del subsuelo marino de la región, que abarcan hasta los 24 mil años de antigüedad, se observó que en el Holoceno (actual período cálido) había surgencias que contribuyeron al aumento de la productividad biológica, mientras que en el Último Máxico Glacial (hace aproximadamente 18 mil años) no existieron esos fenómenos y decreció la reproducción.

 

En escalas más recientes, fenómenos como “El Niño” también inciden en esos factores. De ahí la importancia de conocer las reacciones de los foraminíferos ante los cambios climático-oceanográficos.

 

Con ese análisis, se pretende hacer inferencias paleoclimáticas, paleoceanográficas y paleoecológicas detalladas, obtener mayor información sobre variaciones atmosféricas pasadas y hacer predicciones a futuro, concluyó la experta.

 

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Foto 01.

 

Los foraminíferos han sido utilizados con mayor frecuencia para determinar las diferentes condiciones oceanográficas y climáticas, dijo María Luisa Machain Castillo, del ICMyL de la UNAM.