14:00 hrs. 29 de Abril de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-254

Ciudad Universitaria

 

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EL SOL, CON SU ACTIVIDAD MÁS BAJA EN DÉCADAS

 

  • El doctor Alejandro Lara, del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, explicó que en los últimos tres años se ha registrado una baja anómala en la expresión del astro
  • El responsable del Radiointerferómetro Solar del IGf impartió en la Facultad de Ciencias una conferencia sobre las tormentas geomagnéticas

 

La actividad del Sol presenta su nivel más bajo de las últimas décadas y desde hace tres años mantiene una quietud anómala, explicó el doctor Alejandro Lara, investigador del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

 

En la conferencia Tormentas en la atmósfera solar, ofrecida en el ciclo organizado por la Sociedad Astronómica Nibiru de la Facultad de Ciencias (FC), Lara señaló que esta estrella exhibe una actividad cíclica de 11 años, y su máxima expresión se registró en 2003.

 

“Ese año hubo tormentas solares o geomagnéticas que causaron preocupación por su capacidad para dañar las telecomunicaciones y las misiones espaciales”, recordó el experto en física espacial ante estudiantes reunidos en el anfiteatro Alfredo Barrera de la FC.

 

“En los lapsos de baja actividad del presente ciclo, la quietud de la estrella ha sido más acentuada que en otros periodos y se ignora cuáles son las razones de este fenómeno”, añadió el científico, quien calcula que hacia 2014 repuntarán esos índices.

 

Tormentas energéticas

 

Lara explicó que la actividad solar produce perturbaciones interplanetarias que pueden interaccionar con el campo magnético de la Tierra (llamado magnetosfera) e inducir severas variaciones, denominadas tormentas geomagnéticas.

 

Son generadas por explosiones energéticas y se desarrollan en las manchas de este cuerpo celeste, regiones con un alto campo magnético. Los estallidos envían al espacio una lluvia de partículas cargadas eléctricamente que viajan a alta velocidad e interactúan con la magnetosfera.

 

“Sabemos que los astronautas y muchas naves espaciales, sistemas de telecomunicaciones, transformadores, líneas de alta tensión, gasoductos, satélites y hasta teléfonos celulares pueden ser afectados por estas ráfagas”, enfatizó.

 

El Observatorio Virtual Sol-Tierra

 

Alejandro Lara es el responsable del Radiointerferómetro Solar (RIS), uno de los cuatro instrumentos que constituyen el Observatorio Virtual Sol-Tierra (VESO, por sus siglas en inglés) del IGf, un esfuerzo por estudiar las perturbaciones solares que viajan hasta el planeta.

 

El RIS es un telescopio que observa el astro en longitudes de onda de cuatro centímetros y detecta su emisión en microondas durante ocho horas al día. Esta radiación se mantiene más o menos constante, excepto cuando se presenta una ráfaga o fulguración (un evento eruptivo en la parte exterior de la cromosfera), que es el primer indicio de que hay actividad solar y puede estar seguida de eyecciones de masa coronal (ambos fenómenos determinan el clima espacial).

 

Otro equipo del VESO es el Observatorio de Centelleo Interplanetario de Coeneo (MEXART, por sus siglas en inglés), un radiotelescopio que rastrea las perturbaciones transitorias de gran escala que transitan del Sol a la Tierra y detecta señales de radio cósmicas afectadas por este fenómeno. Este trabajo se realiza mediante un arreglo de cuatro mil 96 antenas con una longitud de 140 metros.

 

El tercer instrumento es el Observatorio de Rayos Cósmicos, un monitor de neutrones que capta las “lluvias” que traen desde diversas partes del Universo partículas energéticas que se mueven por el espacio, hasta llegar al planeta.

 

El cuarto aparato es el Observatorio Geomagnético, que con varios equipos registra variaciones, internas y externas, del campo geomagnético. Es útil para localizar ráfagas solares que inciden sobre la superficie terrestre en forma de tormentas, después de recorrer el medio interplanetario.

 

En conjunto, el VESO registra la actividad explosiva solar, las eyecciones de masa coronal, el flujo de rayos cósmicos y las perturbaciones del campo magnético de la Tierra.

 

Aunque aún no se pueden predecir con precisión, la comprensión de esos eventos y su afectación en el entorno son una forma de acercarse a la detección temprana, concluyó Lara.

 

 

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Foto 01

 

Alejandro Lara explicó que aunque actualmente el Sol exhibe una quietud inusual, en el año 2014 se mostrará sumamente activo.

 

Foto 02.

 

Las alteraciones solares pueden dañar los sistemas de telecomunicaciones terrestres y las misiones espaciales.