Boletín UNAM-DGCS-201
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Universitaria
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de foto al final del boletín
SE INCREMENTA EL MASOQUISMO
EN EL PAÍS
El masoquismo ha
aumentado en el país, principalmente en
Quienes presentan esta
patología son individuos que fueron rechazados en la infancia por las figuras
paternas, con antecedentes de maltrato físico o mental. Al llegar a la
adolescencia reproducen el patrón de manera activa.
También, tuvieron una
detención en su desarrollo, es decir, se produjo un cruce con el proceso
psicológico y el medio ambiente, lo que provocó tensión. Usualmente, en esta circunstancia
la conducta se subordina a lo que es normal, porque el ser humano pasa por esa
situación. En alguna etapa de la infancia, los padres regañaron o hicieron
sentir dolor al pequeño, de forma deliberada o no, dijo.
Desde la niñez, pueden
presentar síntomas que indican que desarrollarán esta patología como lacerar
animales o plantas, romper o lanzar objetos, y tienden a ser golpeados en la
escuela o a sufrir accidentes.
Los masoquistas se
quedan fijos en su mundo interno y regresan a etapas anteriores. “Es como un
niño en un estuche de adolescente, adulto o anciano; es una sexualidad
infantil”, explicó.
Las perversiones detienen
el desarrollo y son fijaciones, regresiones o insubordinaciones de la evolución
de la libido en las etapas oral, anal, fálica y genital; a la par del instinto
o los impulsos parciales, que son la erotización normal de otros órganos y sentidos.
La influencia y
expresión de estos impulsos parciales se viven en toda la existencia, pero se desenvuelven
subordinados a las zonas erógenas predominantes (oral, anal, fálica, genital).
Si no se sujetan a ellas, pasan a ser un fin en sí mismo y sustituyen al
orgasmo, y se convierten en parafilias.
El masoquismo es un
trastorno que ha adoptado distintos nombres. Primero, se denominó perversión,
pero se consideró un término agresivo y peyorativo, y ahora se le denomina variante
sexual o parafilia. Se caracteriza porque cuando se realiza una actividad carnal
se tiene la necesidad imperiosa de sentir dolor y sufrimiento físico o
psicológico.
El reto de quienes lo
padecen es satisfacer la necesidad de amar y ser amado; el fin es sufrir para ser
queridos mediante el dolor y la humillación a través de latigazos, palabras
soeces, pellizcos, golpes, nalgadas, piquetes e insultos, entre otros. Si no
existe un acto masoquista en la relación no hay orgasmo, explicó.
También se caracteriza
por conductas perentorias, porque no se miden los riesgos. Aparentemente sienten
placer, pero no logran la saciedad y envidian a los neuróticos o “normales”, pues
suponen que ellos sí tienen deleite.
Logran un goce, pero
es doloroso. “Los neuróticos suponen que el perverso se deleita, pero no es así;
es un niño en un estuche de adulto y padece esa conducta porque lo daña física
y emocionalmente”, aseguró.
Para que una conducta
pueda ser considerada masoquista, se necesita a otra persona para que genere
dolor denominado sádico; el sadismo es una anormalidad sexual que consiste en dañar
a alguien más para obtener placer; caracterizada por el egoísmo o el narcisismo.
También se significa
por haber padecido maltrato en la infancia, pero en lugar de sometimiento, le
gusta el control, como si fuera un acto de venganza por las desavenencias de la
infancia.
El masoquismo es más
frecuente entre mujeres y se caracteriza por el sometimiento emocional. En
cambio, los hombres suelen ser sádicos, pero en un aspecto físico. No obstante,
en casi todas las relaciones se establece cierto grado de sadomasoquismo, porque
una parte sufre más que la otra por los desacuerdos, dijo.
El académico de
“El problema radica en
que no se cree en las relaciones afectivas duraderas y los niños no conviven
con sus progenitores, lo que obstruye el desarrollo, concluyó.
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Foto 01.
El reto de quienes padecen masoquismo es satisfacer la
necesidad de amar y ser amado; el fin es sufrir para ser queridos con dolor y
humillación, señaló
Foto 02
Una de las fórmulas para contrarrestar el masoquismo
es que, desde la infancia, el individuo se vincule emocionalmente para no
procrear aislamiento, narcisismo y egoísmo.