Boletín UNAM-DGCS-140
Ciudad Universitaria
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EL 95 POR CIENTO
DE
Alrededor del 95 por
ciento de los casos de depresión se origina en la infancia; en esa etapa se
gestan y desarrollan factores que repercutirán en la adolescencia o en la adultez,
señaló el académico de
Mientras, el otro
cinco por ciento se explica por cuestiones metabólicas o aspectos como
traumatismos, problemas de hipertiroidismo, hormonales o cardiovasculares,
entre otros, añadió.
En
La depresión, explicó,
es la incapacidad de identificar, percibir y expresar sentimientos; por tanto,
desde la niñez se gestan factores que desencadenarán el padecimiento.
En los sistemas
capitalistas, se crea la necesidad de poseer bienes materiales y se dejan de
lado los asuntos relacionados con la naturaleza del hombre. Entonces, se genera
un proceso de deshumanización y lo único que importa a los padres es que el pequeño
sea bien portado, obtenga buenas calificaciones, sea obediente y cubra las
expectativas de sus progenitores, la sociedad o la escuela.
El psicólogo Erich
Fromm aseguraba que los individuos, desde que nacen, necesitan un vínculo con
alguien, porque de lo contrario no podrán desarrollar sus capacidades, mencionó.
Por ello, es
importante que un bebé establezca lazos con una figura constante, una relación
significativa basada en el afecto, que le permitirán adquirir confianza básica y
desarrollar sus potencialidades. El afecto es importante para relaciones futuras
y para no ser una persona desconfiada y aislada, apuntó.
A partir de la
relación con los demás, los seres humanos se conocen a sí mismos en una función
de espejo: si el infante ve a la madre sonreír, se sentirá querido, reconocido y
adquirirá confianza y será capaz de identificar lo que siente, comentó.
En caso contrario, si la
progenitora está molesta o deprimida, el niño construirá una imagen de sí mismo
donde sólo cubrirá las expectativas que se le impongan, ajenas a los
sentimientos, pensamientos y deseos propios.
Otros factores que
contribuyen son violencia intrafamiliar, abuso sexual, estrés, ausencia de la
madre, pérdidas familiares o personas cercanas. En esta etapa, se empiezan a
gestar los factores que más adelante desencadenarán en depresión o en distimia
(tristeza moderada pero continua que por momentos se agudiza pero se sobrelleva),
destacó.
Los principales
síntomas de la depresión son: alteraciones en el sueño (dormir mucho o poco);
sensación de pesadez, agobio o molestia al despertar; la minusvalía (autorreproches
por sentirse incapaces o víctimas); alteraciones en la alimentación (se deja de
comer o se tienen arranques compulsivos), incluso sentimientos de desprecio por
la vida.
Además, irritabilidad,
desmotivación, apatía, agresividad, dolores de espalda, cabeza y problemas
gastrointestinales. A diferencia de la tristeza, en la que se sabe qué la
ocasionó y se es consciente que durará cierto tiempo, la depresión es una
incertidumbre.
Para prevenirla es
necesario conocer más sobre uno mismo, realizar actividades físicas, artísticas
y sociales y, en casos severos, la medicación, a la par de psicoterapia,
concluyó.
Suicidio en jóvenes
Por otra parte, en
Tras comentar que la depresión es una de las causas más
frecuentes de suicidio, dijo que pocas personas logran identificar las etapas
de este trastorno emocional. El problema es que se piensa que sólo es tristeza,
pero los cuadros depresivos requieren de una intervención multidisciplinaria
donde participe la familia.
Las principales causas
por las que los jóvenes se privan de la vida son: los disgustos familiares
(violencia o violaciones sexuales), los problemas afectivos (soledad,
infidelidad), las enfermedades graves o incurables (VIH-SIDA), las dificultades
económicas o, en algunos casos, los padecimientos mentales.
No obstante, explicó,
en la mayoría de los casos se desconocen los orígenes y sólo se llegan a saber
a través de recados póstumos, cartas o el análisis de dibujos que realizan los
suicidas.
Por ello, abundó, son
necesarios programas de intervención, que permitan identificar a quiénes están en
riesgo y, además, brindar apoyo tanatológico a las personas que han perdido a un
familiar.
Según
En México, este fenómeno se ha incrementado; en el 2003 se registraron dos
mil 736 suicidios y en el 2008, la cifra aumentó a cuatro mil 394. De ese
total, aproximadamente el 80 por ciento lo cometen los varones, indicó.
De acuerdo con datos del INEGI, apuntó, las entidades con mayores índices
son el Estado de México, Guanajuato, Jalisco, el Distrito Federal y Veracruz.
Asimismo, las formas más recurrentes para realizarlo son:
el ahorcamiento, el estrangulamiento y la sofocación.
Le siguen el uso de
armas de fuego, el envenenamiento por gases, el alcohol, los vapores, los objetos
punzo cortantes, saltar de un lugar elevado y arrojarse frente a un objeto en
movimiento, entre otros.
El suicidio es la
segunda causa de muerte entre jóvenes, sólo después de los accidentes
automovilísticos; el rango de edad con mayor riesgo es entre los 15 y 29 años,
pero varía de acuerdo al género. Los hombres tienden a hacerlo entre los 20 y
24 años y las mujeres de los
Finalmente, señaló que
el futuro de los jóvenes es oscuro, pues muchos no saben en qué se emplearán,
cómo sobrellevar las crisis económicas o si contarán con oportunidades
educativas y el suicidio representa una forma de escapar de los problemas que
no saben cómo resolver.
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Foto 01.
Las principales
causas de suicidio entre los jóvenes son: los disgustos familiares, los
problemas afectivos y las enfermedades incurables, entre otras, dijo