06:00  hrs. 27 de Febrero de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-120

Palacio de Minería

 

 Tania Esmeralda Rocha Sánchez

Pie de fotos al final del boletín

EN LOS PRIMEROS AÑOS DE UNA RELACIÓN  NO SE DETECTA LA VIOLENCIA

En los primeros años del noviazgo o matrimonio, la violencia se manifiesta con frecuencia, aunque no con golpes, sino de manera silenciosa, destacó la investigadora de la Facultad de Psicología (FP), Tania Esmeralda Rocha Sánchez.

En la conferencia Amores que matan: mitos y realidades de la violencia en la pareja, que se impartió en el marco de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, la especialista expuso que, aunque muchas personas viven a diario una rutina agresiva, no son conscientes de esa condición.

La académica explicó que cuando se inicia una vida en común, los individuos pueden padecer o cometer atropellos sin siquiera percatarse, pues olvidan que los aspectos psicológicos, sexuales o materiales son otra forma de infligir daño.

“La violencia es la manera que tiene cada persona de imponer normas, puntos de vista, valores y expectativas sobre cómo debería funcionar la otra persona”, definió la académica.

Además –apuntó– la crueldad contra un ser cercano puede ser cosa de una vez o algo repetitivo; en ninguno de los casos se justifica la propensión a denigrar.

El abuso puede ser emocional, verbal o físico, pero también se manifiesta en conductas controladoras, como cuando arbitrariamente se aísla a la pareja de su familia o amigos.

Más allá de los golpes, hay variantes obvias de este tipo de excesos, como romper objetos de valor emocional del compañero o forzar a actos sexuales sin consentimiento. Aunque, subrayó Rocha Sánchez, también hay formas veladas de la coacción, como detentar el manejo de los bienes o de los recursos económicos.

La frase “¿qué tanto es tantito?” es una de las más perjudiciales, explicó la especialista, pues lleva a los involucrados a incurrir, inadvertidamente, en conductas deplorables y fuera de proporción, añadió.

En la última encuesta del INEGI (de 2006), se reveló que en el Distrito Federal, el 80 por ciento de las parejas reportó haber sido violentada, que siete por ciento de los hombres han sido maltratados y que 40 por ciento de las mujeres, se han sentido ultrajadas emocionalmente.

Este índice resulta alarmante si se considera que, en el país, la violencia es la tercera causa de disminución del número de años saludables femeninos, apenas por debajo de la diabetes y los problemas de parto.

Rocha Sánchez comentó que éste es un fenómeno complejo y recordó que, dependiendo del contexto y momento histórico, varía el significado cultural y social de las acciones. Además, explicó que un sujeto tiene mayor probabilidad de incurrir en actitudes virulentas si ha experimentado maltrato infantil, si ha experimentado episodios fúricos de niño y si al interior de su familia aprendió que la agresión era una forma de resolver conflictos.

También, las circunstancias determinan la conducta; por ejemplo, el “empoderamiento” de la mujer ocasionalmente genera conflictos, pues altera la visión tradicional del matrimonio y con frecuencia genera sentimientos adversos por parte del hombre.

Tania Esmeralda Rocha mencionó que hay mitos que justifican la agresión, como aquello de que esta conducta es innata en los humanos, principalmente en los hombres, a causa de la testosterona. Así, muchos ven como algo normal que el marido golpee a su esposa. Otra idea falsa es aquella de que a las mujeres les gusta que las maltraten.

Generalmente, la violencia es un asunto privado y el hogar es el lugar donde se repite con mayor frecuencia. Por ello, si se presenta una discusión, se recomienda tomar una caminata para aclarar la mente y pensar con serenidad; no refugiarse en el alcohol o drogas; hablar con alguien de confianza, y no culpar a la pareja de lo sucedido.

Lo más importante es establecer comunicación, pues “si no se expresa lo que se siente, el silencio se convierte en la peor amenaza”, concluyó la especialista. 

Reeducación masculina para evitar la violencia

Si se responde a la violencia con violencia se provoca “más” daño del que se piensa. Si al ser agredidos se contesta de la misma manera, se corre el riesgo de que la irascibilidad aumente y ésta, después, genere consecuencias irreparables, aseguró la Jefa del Programa de Sexualidad Humana de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Ofelia Reyes Nicolat.

En el marco de las Jornadas Juveniles de la XXX Feria Internacional de Libro del Palacio de Minería, al dictar la ponencia Reeducación para hombres generadores de violencia, la especialista señaló que las consecuencias de seguir esos patrones podrían conducir a la muerte. 

Algunos sujetos, explicó, al sentirse atacados, sólo piensan en desquitarse en el mismo tenor o en uno peor. Por ello, resulta indispensable impulsar la educación por la paz y promover la igualdad y equidad entre todos, pues éstas son condiciones necesarias para resolver diferencias.

En el Auditorio Cuatro del Palacio de Minería, la especialista detalló que las experiencias obtenidas a partir de cursos-talleres para hombres violentos han dado buenos resultados, lo que pone de manifiesto la utilidad de la reeducación emocional. 

Muchos varones que participaron en ese proyecto llegaron después de que la esposa o compañera los denunciara, y la mayoría lo hizo voluntariamente. “Los individuos que llegan a estados extremos buscan ayuda cuando son conscientes de sus actos”, explicó Reyes.

La especialista precisó que las personas que asisten a estos grupos aprenden a controlar sus impulsos, principalmente de ira, pues ésta, al avivarse, se materializa en actos violentos. Estos progresos se deben, aseveró, a la reconceptualización de significados a través de los niveles cognitivos, emocionales y conductuales.

Los resultados arrojados por este tipo de iniciativas son favorables, pues “al reeducarse, los hombres dejan de incidir en conductas violentas”, concluyó. 

 

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Foto 01.

 

Tania Esmeralda Rocha Sánchez señaló que la comunicación es una de las mejores formas de evitar la violencia, pues el silencio puede conducir a actos de agresión y conductas nocivas.

 

Foto 02

 

La especialista Ofelia Reyes Nicolat expuso que, bajo la guía adecuada, es posible reeducar emocionalmente a los hombres y enseñarles a controlar sus impulsos iracundos.