12:30  hrs. 21 de Febrero de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-108

Ciudad Universitaria

 

 Javier Lozano Pardiñas

Pie de foto al final del boletín

PROCESO NATURAL, LA OSTEOPOROSIS

 

·        Después de los 40 años, “todos padeceremos” descalcificación en los huesos, coincidieron especialistas de la UNAM

 

Los humanos tienen una profunda proclividad a padecer osteoporosis. Después de los 40 años, el cuerpo experimenta descalcificación en los huesos; sin embargo, hay que evitar que el deterioro afecte la calidad de vida; en casos extremos, la osamenta podría ser tan débil que un simple abrazo provocaría fracturas múltiples, aseguraron especialistas de la UNAM.

 

Este padecimiento consiste en la pérdida de masa ósea y de su micro estructura, desgaste que ocasiona que, progresivamente, se debilite, explicó el especialista de la Facultad de Medicina, Javier Lozano Pardiñas.

 

Se trata de un proceso natural que inicia en la madurez, pero recibe el nombre de osteoporosis cuando alcanza un grado de desmineralización importante.

 

Además, el académico detalló que esta deficiencia se puede clasificar en primaria y secundaria.

 

La primera, expuso, se debe a factores nutricionales y hormonales; es más frecuente entre las mujeres porque “en la menopausia, pierden estrógenos que ayudan a que el calcio se fije adecuadamente”. La segunda, aún no se descifra pero podría estar asociada a problemas gastrointestinales.

 

La enfermedad afecta a uno de cada ocho hombres y a una de cada tres mujeres (después de los 50 años); además, de estas últimas, ocho de cada 10 ignora que la padece, según datos del Sector Salud.

 

Actualmente, hay varias formas para evaluar el grado de la desmineralización, como la densitometría. Con ella, se miden los valores de acuerdo al sexo y edad: si los niveles bajan de uno a 2.4, se define que hay osteopenia, pero si van de 2.5 para arriba se considera que es osteoporosis, explicó Lozano Pardiñas.  

 

En México, se ha detectado que 5.4 millones de mujeres presentan esta deficiencia, según la Secretaría de Salud y el INEGI; sin embargo, el número puede ser mayor, pues está subdiagnosticado en el mundo y se estima que en el próximo lustro, se incrementará por lo menos a más de un millón 200 mil nuevos casos.

 

El académico de la FM, informó que se puede prevenir desde la infancia, pues está demostrado que las personas que no recibieron nutrientes de calcio y alimentos balanceados en la niñez, desarrollarán osteoporosis a más temprana edad que aquellos que tuvieron una ingesta equilibrada.

 

Además, subrayó, se deben estimular factores que ayuden a que el esqueleto sea más resistente, como hacer ejercicio, alimentarse bien y asolearse, principalmente en los primeros años de vida. “Los pequeños tienen bajo la piel esteroles, que hacen que se fije la vitamina D en los huesos”, abundó.

 

Asimismo, aunque existen medicamentos para mejorar la calidad ósea y aminorar la osteoporosis, el problema radica en el desgaste natural, pues cuando se es joven, los osteoblastos forman hueso, pero pasados los 40 años se presentan los osteoplastos, que cada determinado periodo eliminan parte de la osamenta.

 

En este sentido, Lozano Pardiñas expuso que se debe tener cuidado con los productos “reparadores” que se promocionan comercialmente, pues es indispensable entender que “nada cura todo”.

 

Lo más importante es una detección oportuna, pues así es más sencillo el tratamiento. Hay paliativos, pero nada revierte un proceso natural. Además, hasta los analgésicos tomados en forma crónica producen un alto grado de descalcificación, apuntó.

 

A su vez, el especialista de la Dirección de Medicina del Deporte de la UNAM, Antonio Maldonado Tapia, aclaró que esta afectación siempre ha existido, “sólo que ahora es más visible” por la tecnología y avances que, en medicina, ha tenido el país.

 

A mediados del siglo XX, el promedio de vida rondaba los 50 años, pero hoy es mayor a los 77; entonces, conforme el individuo viva más, se presentarán enfermedades y síntomas poco conocidos, pero que siempre han existido, acotó.

 

Por otra parte, alertó que los estudios que se realizan de forma gratuita en la calle “no sirven”, pues no miden el daño óseo de manera adecuada; por ello, propuso promover una cultura de la prevención, tanto a nivel personal como gubernamental.

 

En su momento, el académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, Jorge Berriel y Kalvi, habló de las consecuencias que el padecimiento puede causar.

 

Al respecto, indicó que aunque no todos los huesos sufren el mismo daño, hay algunos que, por su estructura, son más propensos al desgaste, en especial los llamados trabeculares y los cuerpos vertebrales. 

 

Sin embargo, el problema principal radica en fracturas de cadera, columna vertebral y radio. Además, advirtió, las fisuras pueden conducir a embolias grasosas generadoras de alteraciones pulmonares o cerebrales. “El asunto es complejo, pues hasta por recibir un abrazo se puede ocasionar la ruptura de una costilla”.

 

Finalmente, añadió que la enfermedad “multifactorial” no es silenciosa, “como se piensa”, y recomendó que al primer síntoma de dolor óseo, se acuda con un especialista para saber qué tratamiento seguir, en especial los hombres, pues éstos siempre han sido “un poco descuidados”, pues desde siempre han creído que este padecimiento es exclusivo de las mujeres. 

 

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Foto 01.

 

Antonio Maldonado Tapia advirtió que los estudios que se realizan gratuitamente en la calle no miden el daño óseo de manera adecuada, por lo que recomienda solicitar análisis con especialistas.

 

Foto 02

 

En casos severos, la osteoporosis conduce a fracturas de cadera, columna vertebral o radio, lesiones de lenta recuperación y que comprometen la movilidad del paciente de por vida.

 

Foto 03

 

El académico Jorge Berriel y Kalvi señaló que los hombres son los más reticentes a buscar ayuda médica, pues consideran que la descalcificación ósea es “exclusiva de mujeres”.