12:30 hrs. 14 de Febrero de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-092

Ciudad Universitaria

 

 

 

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POR CADA 20 MEXICANAS CON BULIMIA O ANOREXIA, UN HOMBRE PRESENTA ALGUNO DE ESTOS TRASTORNOS

 

·        No obstante, la proporción de varones con estos padecimientos crece, dijo la integrante del departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental de la FM, Elsa del Carmen Ruvinskis

·        Se ha visto que la depresión se manifiesta con más frecuencia en las personas con inapetencia crítica, refirió

·        Aunque generalmente inicia en la adolescencia o pubertad, hay niñas que desde los 10 años empiezan a tener ideas obsesivas en la alimentación, sostuvo

 

En México, por cada 20 mujeres que padecen bulimia o anorexia, un hombre presenta alguno de estos trastornos, afirmó la integrante del departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM), Elsa del Carmen Ruvinskis Pérez.

 

Al dictar la conferencia Trastornos de la conducta alimentaria, la especialista destacó que, no obstante, la proporción de varones con estos padecimientos se incrementa y que en ambos sexos, en más de 90 por ciento de los casos, las alteraciones van acompañadas de ansiedad y decaimiento anímico.

 

La depresión se presenta más en las anoréxicas, quienes se agobian no por su condición, sino porque quieren estar más delgadas, y como tienen una imagen distorsionada de sí mismas, creen que no logran su propósito, refirió en el auditorio Samuel Ramírez de la Dirección General de Servicios Médicos de la UNAM.

 

Mencionó que estos padecimientos afectan no sólo el aspecto fisiológico, sino también su entorno familiar, escolar y social. El problema es tan severo, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llegado a clasificar estos desequilibrios como trastornos mentales y de comportamiento particularmente peligrosos, pues 15 por ciento de los pacientes muere tras prolongados periodos de privación de alimento.

 

Si bien se conoce que hay casos de bulimia y anorexia en el sexo masculino, está comprobado que se presentan en mayor proporción en el femenino; de hecho, aunque afirma que la edad de inicio es en la adolescencia y la pubertad, hay niñas que desde los 10 años empiezan a tener ideas obsesivas en cuanto a su masa corporal, indicó la responsable del Programa de Trastornos Alimentarios de la Facultad de Medicina.

 

Si la situación es grave cuando se trata de adultos, cuando se observa en infantes alcanza niveles críticos, pues –advierte de nueva cuenta la OMS– si el trastorno se presenta antes de la pubertad, entonces cesa el crecimiento en ambos sexos; además, en casos extremos, las mujeres no desarrollan senos y presentan una menarquia tardía, mientras que los varones conservan sus genitales de niño.

 

Desde hace varios años, recordó, los medios de comunicación y la publicidad pusieron de moda entre los jóvenes que parte de la identidad de su generación era ser excesivamente delgado y hacer mucho ejercicio.

 

La anorexia, explicó, se caracteriza, entre otros aspectos, por una pérdida progresiva de kilogramos que pueden representar hasta 25 por ciento del peso del enfermo, reducción en la ingesta, caída de cabello, uñas quebradizas, piel seca y arrugada, fatiga, frío y amenorrea o ausencia de menstruación.

 

En el aspecto psicológico, dijo, el anoréxico tiene un miedo aterrador a engordar y distorsión de la imagen corporal; exhibe una enorme necesidad de ser aceptado socialmente, padece conducta compulsiva y trastornos emocionales como ansiedad y depresión.

 

Ruvinskis Pérez señaló que el tratamiento debe ser multidisciplinario, e hizo especial énfasis en dar información a la familia, buscar alianza con el paciente y dar psicoterapia familiar e individual.

 

A su vez, acotó, quien padece bulimia presenta restricción alimentaria que por lo regular va seguida de un atracón, vómito provocado y uso excesivo de laxantes y diuréticos; además, hay erosión de los dientes, irritación de la tráquea, inflamación del esófago y lesiones en los labios.

 

En cuanto al ámbito mental, agregó, hay poca tolerancia a la frustración, alivian la ansiedad con llenado y purga, y existe menos control de los impulsos.

 

A diferencia de los anoréxicos, los bulímicos son quienes más solicitan ayuda y, por lo regular, su tratamiento consiste en mejorar el funcionamiento orgánico, lograr un equilibrio nutricional y, psicológicamente, se busca desarrollar la capacidad de aceptar el cuerpo como lo tienen y evitar que vomiten o se purguen, concluyó.

 

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Foto 01.

 

Elsa del Carmen Ruvinskis advirtió que el trastorno alimentario, además de consecuencias físicas, tiene secuelas psicológicas que de no ser tratadas serán un impedimento para que el paciente se integre de forma adecuada a la sociedad.