Boletín UNAM-DGCS-086
Ciudad
Universitaria
En conflictos como
El académico de
En
Este tipo de
acondicionamiento es útil para el sector en el poder y consiste en formar conciencia,
establecer valores y maneras de reaccionar para que sea suficiente decir que la
patria está en peligro para iniciar un conflicto.
La educación
patriótica, la vinculación positiva con las fuerzas armadas y el respeto
institucional a los gobiernos son mecanismos que sólo precisan de una buena
campaña, basada en las condiciones, usos e ideas particulares de cada sociedad,
para que cuando llegue el momento de apoyar una conflagración o atacar, la
gente dé su aval, refirió el experto.
La propaganda es el
conjunto de métodos y medios para impulsar a individuos y grupos a asumir
actitudes prefiguradas y comportamientos determinados. La realidad efectiva
muestra cómo ella, ya sea ideológica o comercial, permea
la actividad de nuestro tiempo, de manera implícita o explícita.
El académico consideró
que, en la medida en que se disponga de suficiente dinero, se puede convencer a
“casi cualquier grupo social de casi cualquier cosa”, sobre la base de un
consenso previo.
Es un hecho sabido que
cuando los gobiernos desean operar militarmente en conflictos periféricos
siempre enfrentan la oposición de la opinión pública,
que es pacifista.
De ese modo, nos
seguirán “vendiendo” distintas guerra o ejercicios de violencia, tanto de tipo
periférico —donde interviene EU y sus aliados— como locales.
Pizarroso Quintero
mencionó que cualquier país bajo amenaza de Estados Unidos no sabe en qué día
se producirá el ataque, pero sí la hora: a las seis de la tarde de Nueva York, “para
entrar directo en el telediario”.
Así ocurrió con el
desembarco en Somalia, en Mogadiscio (1993), o con el ataque a Irak, pues ambos
sucesos fueron pensados para salir en los informativos de la televisión.
Bush padre preparó el
ataque a Somalia, al que definió como una “intervención humanitaria”, y calculó
que con eso iba a ganar la reelección en noviembre de 1992; no obstante, por
razones militares se retrasó la invasión, que tuvo lugar cuando ya había
perdido la presidencia de EU frente a Bill Clinton.
Cuando George W. Bush
accedió a la presidencia de
Así, se decidió el orden
de los ataques, primero Afganistán y luego Irak, aunque para justificar la
invasión a este último país se tuvieron que falsificar historias: la existencia
de armas de destrucción masiva. “Esos recursos funcionan todavía hoy. Incluso después
de que el mismo Bush declaró ante el Congreso que no había tal armamento, 60
por ciento de los estadounidenses sospecha que sí lo hubo. Los efectos de la
propaganda fueron muy certeros”.
Por último, Alejandro
Pizarroso Quintero aclaró que se emplea erróneamente el término “desinformación”
como sinónimo de estar mal informado, cuando en realidad se refiere a la difusión
de información deliberadamente falsa, lo que resulta eficaz.
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Foto 01.
El catedrático español Alejandro Pizarroso Quintero
opina que, con las estrategias y recursos adecuados, es posible persuadir a
todo un pueblo de prácticamente cualquier cosa.