Boletín UNAM-DGCS-075
Morelia,
Michoacán
Pie
de foto al final del boletín
ADVIERTEN
ACADÉMICOS DE
Ante
la situación crítica que se vive en la cuenca baja del Río Balsas por el acceso
al agua, tanto en cantidad como en calidad, académicos del Centro de
Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) del campus Morelia de
En
conferencia, presidida por el coordinador de
El proyecto Manejo comunitario del agua en el trópico
seco michoacano, se aplica en 12 comunidades o ejidos de
Por sus alcances,
podría beneficiar a 17 municipios de la entidad, todos de alta y muy alta
marginación. Se trata de ayuntamientos extensos y focos de expulsión de
personas hacia Estados Unidos.
El impacto
económico de este proyecto es importante, pues el agua no sólo estructura los
procesos ecológicos, los ritmos de animales y plantas, además las actividades
humanas y la ganadería dependen del abasto del líquido, dijo la académica de
Hasta el momento,
detalló, se cuenta con una inversión de alrededor de siete millones de pesos;
en el proyecto participan
El tema del manejo
del agua es de suma importancia en el país; además, se trata del principal
problema que viven las comunidades de esa región, comentó.
Por su parte, el
director del CIGA, Gerardo Bocco Verdinelli, coincidió que en las
colectividades aledañas a la cuenca del Balsas se vive una situación crítica
por el líquido; además, aún no se sabe cómo afectará a la región el escenario
de cambio climático.
El
objetivo del proyecto es identificar, resolver y prevenir conflictos vinculados
al recurso, consolidar las bases organizativas de las comunidades, el manejo de
conocimiento, la adquisición de habilidades y el desarrollo de relaciones
interinstitucionales.
La
solución a esos problemas requiere la conjunción de estrategias de
investigación, que sobrepasan las formas tradicionales de hacer ciencia, pues
se debe involucrar a actores locales, instituciones de gobierno y otros grupos
sociales, opinó.
Entre
las estrategias planteadas destacan: realizar un inventario de pozos y
manantiales en la región, perforar pozos profundos en localidades con agua
escasa, e implementar sistemas de riego complementarios en la época húmeda,
para garantizar al menos una cosecha agrícola.
Por su parte, el
coordinador Carlos Arámburo, explicó que la creación de este campus, como otros en varias entidades,
responde a la vocación de descentralización de la actividad científica y
académica que desarrolla
Este campus, relató, inició funciones a
finales de 1996, con la instalación de un departamento del Instituto de
Ecología. Posteriormente, se incorporó un número importante de académicos y, en
la actualidad, alberga, además del CIGA, a los centros de Investigaciones en
Ecosistemas (CIEco) y de Radioastronomía y Astrofísica, así como una unidad del
Instituto de Matemáticas.
Cuenta con
alrededor de 130 académicos y está asentado en unas
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Foto 01.
Gerardo Bocco, Carlos Arámburo de