Boletín UNAM-DGCS-045
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A 50 años, conserva sus conquistas sociales y
económicas, y su sistema de justicia social, afirmó en
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Ese movimiento fue y sigue siendo autóctono,
porque no fue impuesto desde afuera, y sus raíces están en la propia historia
de la isla, dijo
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Es una rebelión inconclusa que necesita avanzar
con mayor profundidad a una transformación general, añadió
Esa rebelión, dijo ante
el director del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC),
Adalberto Santana, fue un cataclismo político, social, económico, originario y
necesario, que ocurrió en una isla vecina a la mayor potencia mundial de la
historia moderna.
Al participar en el ciclo de mesas redondas 50 Años de
En el auditorio Leopoldo Zea del CIALC, indicó que ese movimiento logró
nacionalizar las empresas extranjeras, predominantemente estadounidenses;
promulgó, además, una reforma agraria que eliminó los latifundios y repartió la
tierra a los campesinos.
A raíz de la revolución, acotó, se construyeron decenas de escuelas y
hospitales; se estableció un sistema de salud y educación universal, gratuito y
de excelente nivel; se desarrolló la cultura mediante la enseñanza, y la
creación de numerosas instalaciones e instituciones.
Sin embargo, Cuba está lejos de ser el paraíso. Se tienen dificultades,
deficiencias, se han cometido errores, pero se está lejos de ser un infierno
represivo, carente de libertades, hundido en la miseria que propagan las
campañas de desinformación, puntualizó.
No obstante, el movimiento ha dado a los cubanos independencia,
soberanía, libertad, dignidad plena y justicia social. La voluntad del pueblo,
aseguró, es seguir adelante con el socialismo, único sistema que garantiza la
preservación de sus derechos.
Finalmente, el académico de
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Foto 01.