Boletín UNAM-DGCS-038
Ciudad
Universitaria
Pie de foto al
final del boletín
LOS ÁRBOLES, POTENCIAL ARCHIVO PARA INFERIR CONDICIONES CLIMÁTICAS
PASADAS
Los anillos de crecimiento de los árboles son un archivo
potencial para deducir las condiciones climáticas del pasado; esto es relevante
porque están distribuidos en grandes zonas geográficas, y sus registros se
pueden extender hasta 12 mil años atrás, con una alta resolución anual, afirmó
Laura Beramendi Orosco, del Instituto de Geología de
Aunque se han logrado reconstrucciones climáticas sólidas a partir de esos anillos, es necesario continuar con investigaciones en más regiones y con más especies, para entender mejor la variabilidad climática del pasado, y generar modelos confiables para hacer predicciones para el futuro, dijo.
En específico, resaltó la capacidad que
En
Las células que se constituyen inicialmente forman la llamada madera de primavera o temprana, de rápido desarrollo y coloración clara. En contraste, las que se forman en el verano, que también se conocen como madera tardía, son de pared más gruesa y cavidad pequeña, y su crecimiento es más lento y de coloración oscura.
La dendrocronología es una disciplina cuyo nombre se deriva de las
palabras griegas dendros, árbol, y cronos, tiempo; es una ciencia
de datación por los anillos de crecimiento arbóreo, fechados al año exacto de
su formación; brindan datos sobre distintos patrones, tanto temporales como
espaciales, de procesos físicos y culturales.
Dentro de ella, la rama de la dendroclimatología estudia las relaciones entre los crecimientos anuales y el clima. El registro instrumental de las variables climáticas, aclaró Beramendi, proviene de mediados del siglo XIX y, para México, de hace apenas 70 años; en cambio, el que deriva de los anillos se puede extender hasta 12 mil o más en el pasado, insistió.
Además, existe la dendrocronología clásica, que analiza el ancho del anillo y la densidad de la madera, y la isotópica, que examina los isótopos que forman a cada uno de ellos.
La científica explicó que no todas las secuencias de crecimiento de un árbol son útiles para este tipo de estudios; deben cumplir condiciones como que sea un anillo por cada temporada o año, lo que no ocurre en todas las especies.
La otra es que sólo un factor limitante domine el crecimiento del árbol, ya sea precipitación o temperatura. La primera, suele prevalecer en zonas áridas y semiáridas, y la segunda, en las altas latitudes, como en el caso de las montañas. “Es condición que el crecimiento arbóreo sea sensible a los cambios de tal factor, y que éste sea uniforme en un área geográfica extensa”, añadió.
La manera de extender el registro hasta 12 mil años atrás es mediante las técnicas de fechamiento cruzado; este principio se basa en identificar patrones comunes de los árboles en una misma zona, pudiendo asignarle a cada anillo la fecha exacta de su formación; ello permite extender las cronologías hacia el pasado, empalmando la de un ejemplar vivo con el patrón de uno muerto e, incluso, con madera de especies en el registro fósil.
En el país, sostuvo la especialista, se tiene gran potencial para hacer estudios de dendroclimatología, y derivar reconstrucciones climáticas a partir de anillos datados por dendrocronología, por la gran diversidad climática y biológica, y extensión territorial.
Las especies utilizadas a la fecha son el abeto, el ahuehuete, el
oyamel y diversidad del genero pinus; son climáticamente sensibles, y
presentan anillos anuales bien definidos. Además, son longevos, pues existen
especímenes vivos con más de mil 100 años de antigüedad.
No obstante, los factores favorables para desarrollar este tipo de estudios en el territorio son pocos; de hecho, no hay ninguno relativo a las especies tropicales, pues existen dudas de que generen anillos anuales, pues donde crecen no hay una variación estacional marcada.
Hasta ahora se han generado varias reconstrucciones de precipitación para sitios en el noroeste del país, y se ha detectado que en áreas geográficas importantes han existido periodos de sequías en diferentes décadas. Pero es importante que se sigan haciendo más indagaciones para cubrir todas las regiones y entender cómo es la variabilidad de la lluvia, insistió.
De igual modo, es relevante el estudio de los isótopos en los anillos; ellos registran el carbono, oxígeno e hidrógeno que asimila el árbol. Así, se inscriben cambios en las condiciones ambientales en las que se formaron, información útil para hacer reconstrucciones climáticas. Se trata de un archivo de la presencia del CO2 atmosférico y del agua en el suelo, concluyó.
-o0o-
Foto
01.
La
dendrocronología es una ciencia de datación por los anillos de crecimiento
arbóreo, fechados al año exacto de su formación, explicó Laura Beramendi
Orosco, del Instituto de Geología de