12:30 hrs. 18 de Enero de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-036

Ciudad Universitaria

 

Carlos Gay 

Pie de foto al final del boletín

 

NECESARIO EL AVANCE TECNOLÓGICO EN ENERGÍAS ALTERNAS PARA ENFRENTAR EL CAMBIO CLIMÁTICO

 

 

Para hacerle frente al calentamiento global, México debe desarrollar tecnologías para aprovechar las energías alternas y los recursos del país, afirmó el director del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, Carlos Gay García.

 

El problema es que resulta difícil explicarle a quienes diseñan las políticas públicas y toman decisiones que el apoyo a la investigación sobre el cambio climático es crucial. Para ello es necesario contextualizar el fenómeno con hechos reales que evidencien la gravedad de la situación, aseveró.

 

En el marco de la Feria de la Tierra del Palacio de Minería, precisó que las temperaturas terrestres tienen ciclos que van de 20 mil a 100 mil años, y lapsos diurnos y semidiurnos donde el clima en un solo día puede ser muy variable y abarcar las cuatro estaciones.

 

 

También apuntó que hace 100 milenios las temperaturas eran, en promedio, cinco grados más bajas que hoy; de hecho, hace 18 mil años se registró la última glaciación y, a partir de entonces, el ambiente se hizo progresivamente más cálido.

 

Al dictar la conferencia Cambio climático en México, Gay García comentó que para el año 2100 las temperaturas podrían aumentar entre 1.4 y 6 grados centígrados. “Los investigadores coinciden en que el planeta se ha calentado y que la causa es la emisión de gases de efecto invernadero generada por el hombre. No es un ciclo natural”.

 

En el auditorio Bernardo Quintana del Palacio de Minería, expuso que los niveles que se registran hoy son los más altos de los últimos dos mil años y que esta tendencia va a la alza.

 

Según el cuarto reporte de evaluación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), los ecosistemas, el agua, las costas, la comida y la salud se verán severamente afectados conforme se intensifique este fenómeno.

 

El especialista señaló que habrá serios problemas con la disponibilidad de agua y que las latitudes semiáridas estarán expuestas a más sequías. Además, cientos de millones de personas padecerán un aumento en el estrés hídrico (fenómeno donde la demanda es superior a la cantidad disponible durante un periodo determinado o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad).

 

El daño a la atmósfera ya está hecho y podría agravarse, pues si el ambiente global se calienta un grado se registrarán cambios potenciales en los ecosistemas y descenderán los rendimientos rurales en las latitudes bajas; si se elevara entre uno y dos grados habría una pérdida de cerca de una cuarta parte de las especies actuales, y aunque la producción agrícola potencial aumentará, en muchas zonas las cosechas serían pobres.

 

El peor de los escenarios se daría si se rebasara el límite de los tres grados, finalizó el universitario, pues la capacidad del suelo para producir comestibles decaería en todo el planeta, millones de humanos estarían en riesgo de hambre y un tercio de la población padecería por falta de agua potable.

 

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Carlos Gay García indicó que, de seguir el incremento global de temperatura, para finales del siglo XXI una cuarta parte de las especies podría desaparecer, la disponibilidad de agua mermaría y millones de personas se verían afectadas por la escasez de alimentos.