06:00  hrs. 5 de Enero de 2009

  

Boletín UNAM-DGCS-009

Ciudad Universitaria

 

 

Guillermo Horta-Puga

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EN MENOS DE 50 AÑOS PODRÍA DESAPARECER SISTEMA ARRECIFAL VERACRUZANO

 

·        El cambio climático, la contaminación, el turismo a gran escala y la sobrepesca, factores principales, advirtió el académico de la FES Iztacala, Guillermo Horta-Puga

 

El cambio climático, los elevados niveles de contaminación, el turismo a gran escala, la sobrepesca, y el mal manejo de la zona costera y de las cuencas hidrológicas, ponen en riesgo el sistema arrecifal veracruzano y podría desaparecer en menos de 50 años, advirtió el académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM, Guillermo Horta-Puga.

 

El especialista quien por más de 20 años  ha estudiado los arrecifes de coral para determinar el estado de salud de esos ecosistemas, determinó que el de Veracruz tiene concentraciones de metales pesados como el plomo, superiores a los límites permitidos por las normas oficiales mexicanas, y níquel, proveniente de la quema de carbón en plantas termoeléctricas.

 

Se trata de un proceso de contaminación que no es reciente, pues está documentado desde 1830. Desde entonces, los niveles del primer elemento han aumentado de manera considerable, sobre todo por el uso de gasolinas con plomo, puntualizó.

 

Asimismo, se detectaron niveles elevados de bario, asociados al cambio de uso de suelo en la planicie costera del estado, y al uso de barita, en las plataformas de extracción de petróleo del Golfo de México, dijo el integrante del Laboratorio de Biogeoquímica de la Unidad de Biología, Tecnología y Prototipos (UBIPRO) de la FES Iztacala.

 

Otro resultado importante de las investigaciones fue que, en promedio, en el Sistema Arrecifal Veracruzano, la cobertura de coral vivo es del 19 por ciento; menos de la cuarta parte del fondo disponible, cuando en teoría debería tener el 100, o una aproximación.

 

Se trata de un problema trascendente, pues según algunos estudios previos en la década de los 60, la cobertura era del 35 por ciento, lo que indica que en 40 años ha habido una reducción de casi 60 por ciento. “Es como si se exterminara, de una temporada a otra, a más de la mitad de los habitantes de un lugar”, subrayó.

 

Asimismo, acotó Horta-Puga, al igual que en los humanos, existen diversas afecciones que han dañado las poblaciones de coral; así, cerca del cuatro por ciento de los existentes en Veracruz, presentan síntomas de alguna enfermedad.

 

Sin embargo, es aún más preocupante el fenómeno conocido como “mortalidad parcial”; estos organismos pueden perder, por diversas causas, parte de su cuerpo, “es como si una persona se quedara sin un brazo o una pierna”, ejemplificó.

 

El 45 por ciento de los corales de esa entidad costera presentan esos síntomas, y quedan desprovistos del 25 por ciento de su estructura, pues el tejido se necrosa, se pierde, y difícilmente, es recuperado.

 

No obstante, el equipo universitario (en el que además colaboran José Luis Tello y Marisol Ávila, de la FES Iztacala; José Carriquiry y Julio Villaescusa, de la Universidad Autónoma de Baja California, y Juan Pablo Carricart y Aurora Beltrán, de El Colegio de la Frontera Sur), determinó que los bancos del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano registran una cobertura coralina mayor a la que presentan los del Caribe mexicano.

 

Por su ubicación frente al puerto, ese sistema se encuentra seriamente amenazado por la actividad humana, en especial por la que se desarrolla en el lugar, que implica el encallamiento, y vertido de combustibles y desechos de petróleo al agua, señaló Guillermo Horta-Puga.

 

A lo anterior, se aúna el desarrollo urbano de la ciudad, que conlleva a la producción de desechos domésticos y municipales, que también son arrojados al mar, de forma directa o parcialmente tratados, lo que deriva en problemas de eutrofización (enriquecimiento de nutrientes), que pueden llevar a la transformación de arrecifes de corales en uno de algas.

 

Si se suma que en la zona desemboca el caudaloso río Jamapa, es elevada la cantidad de sólidos en suspensión presente en el agua costera, pero en particular en donde se localiza el sistema arrecifal. Ello provoca que estas estructuras sean un ecosistema único, pues se desarrollan en condiciones sumamente turbias, consideró.

 

Además, recalcó, las corrientes oceánicas pueden trasladar contaminantes desde áreas costeras de Texas y Louisiana, en Estados Unidos; así como de la región de Campeche, sobre todo de las zonas de extracción petrolera.

 

“Todo confluye para que el Sistema Arrecifal Veracruzano sea considerado uno de los ambientes más contaminados en el Golfo de México”, abundó Horta-Puga, quien recibió apoyo de la UNAM, de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, para realizar sus investigaciones.

 

Mantener viva la biota de estos arrecifes coralinos es importante, pues representa el ecosistema marino más diverso del planeta; un metro cuadrado de superficie puede tener hasta cinco mil especies diferentes de seres vivos, sostuvo el universitario.

 

Asimismo, son eslabones en la cadena migratoria. Las especies pueden ir de un lado a otro a lo largo del Golfo de México (Campeche, Veracruz y Texas), y establecerse de manera temporal, por lo que si se acaba con ellos, se romperá ese ciclo, con un efecto negativo, pronosticó.

 

Ejemplares que cohabitan en un arrecife como peces, langostas y caracoles, pueden ser utilizados como alimento, o posibles fuentes para la elaboración de fármacos.

 

Además de su importancia estética, sirven de barrera natural contra el embate de huracanes. Por ello, son ecosistemas que deben ser protegidos y conservados, concluyó.

 

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Foto 01

 

El sistema arrecifal veracruzano es uno de los ambientes más contaminados en el Golfo de México, advirtió el académico de la FES Iztacala, Guillermo Horta Puga.

 

 

Foto 02.

 

Mantener los arrecifes es fundamental, pues conforman el ecosistema marino más diverso del planeta, y sirven de barrera natural contra huracanes, señaló Guillermo Horta, de la FES Iztacala de la UNAM.