Boletín UNAM-DGCS-819
FES Acatlán
EN MÉXICO NO SE
EDUCA A LAS MUJERES PARA OCUPAR ESPACIOS DE PODER
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Cuando los alcanzan, se duda de su capacidad, pues están minimizadas y
se auto descalifican, consideró la académica de la FES Acatlán,
Alma
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En las aulas aún se reproducen en el imaginario de los infantes,
clasificaciones que dan pie a la llamada violencia simbólica, que refuerza el
sexismo
En México urge crear
nuevas formas de socialización, pues la escuela es uno de los espacios institucionales
que aún sigue reforzando el sexismo.
Las mujeres no han
sido educadas para estar en espacios de poder, pues sienten temor y no saben
cómo actuar. Pueden ser oradoras brillantes o líderes, pero frente al público,
les gana el temor, consideró la académica de la licenciatura en Pedagogía de la
Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, Alma Rosa
Sánchez Olvera.
El principal problema
es que desde pequeñas no se les enseña a “coquetear con el poder”, hablando de
éste como un espacio de decisión. Por ello, cuando tienen oportunidad de
alcanzarlo, dudan de su capacidad, pues están minimizadas y se auto
descalifican, abundó.
En las aulas, muchos
profesores tienden a reproducir en el imaginario de los infantes la idea de “tú
eres talentosa para… y tú eres brillante para lo otro”; esa clasificación
propicia a la llamada violencia simbólica,
que desautoriza formas que dan cuenta de apreciaciones distintas a lo
reconocido, precisó.
Además, influye de
manera directa en el pensamiento de las mujeres, quienes aprenden que las
profesiones ideales para ellas son la enfermería, o la de educadora, pues
carreras como ingeniería, matemáticas o física, entre
otras, son para varones, subrayó la investigadora.
Entonces, es
indispensable incrementar la instrucción en áreas de derechos humanos y civismo
para apostar a las nuevas generaciones pues, actualmente, en el país se ha
incrementado la violación de las garantías individuales de las féminas.
Por otra parte, las
mujeres han ganado espacios en la construcción de la democracia, y un ejemplo
es el logro del derecho al voto. Con ello, puntualizó, se reconocieron sus
facultades políticas y ciudadanas, con la posibilidad de ser candidatas a
puestos de elección popular y de tener incidencia en la toma de decisiones.
Pero esa condición no
constituyó la incorporación masiva del sexo femenino al ámbito público,
concluyó.
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Foto 01.
Alma Rosa Sánchez
Olvera, de la FES Acatlán, consideró que a las
mujeres, desde pequeñas, no se les enseña a coquetear con el poder,
considerando a éste como un espacio de decisión.