Boletín UNAM-DGCS-808
Ciudad Universitaria
EL USO DE NUEVAS TECNOLOGÍAS, PROVOCA ESTRÉS EN TRABAJADORES
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El tecnoestrés produce incapacidad física
y aislamiento en los empleados, señaló la académica de la FP de la UNAM, María
Teresa Gutiérrez Alanís
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Se presenta cuando la persona siente
angustia, tensión, nerviosismo y sofocación por no saber manejar los nuevos
equipos electrónicos y de comunicación, dijo
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De acuerdo con el IMSS, en México
25 por ciento de la población de entre 25 y 55 años de edad sufren ese
padecimiento
Aunque la tecnología es una herramienta que facilita los procesos de
trabajo, y hace las labores más fluidas, también puede provocar estrés en el
empleado, al grado de incapacitarlo física y/o psicológicamente, afirmó la
profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, María Teresa Gutiérrez
Alanís.
Cifras del Instituto
Mexicano del Seguro Social estiman que en México 25 por ciento de la población
de entre 25 y 55 años de edad, padece tecnoestrés, que se manifiesta con
inquietud, cambios repentinos de carácter, irritabilidad, angustia y
aislamiento, lo que deriva en una vida disfuncional.
Se presenta cuando la persona siente angustia, tensión,
nerviosismo, sofocación y apabullamiento por no saber manejar los nuevos
equipos electrónicos y de comunicación.
El estrés, explicó la psicóloga, es un padecimiento que puede ser causa
de otros y, al mismo tiempo, es una respuesta que responde a las exigencias del
entorno. En el ámbito laboral, está en función de una demanda que excede la
capacidad del trabajador para enfrentar sus tareas.
La respuesta a la tensión es personal, y tiene que ver con la
valoración de cada individuo respecto a lo que se le pide, y los recursos que
tiene para responder, subrayó.
Por lo regular, acotó, cuando se enfrenta a una situación que le
provoca cierta inquietud, afronta dos salidas: actuar y resolver el problema, o
no hacerlo y entrar en conflicto.
La ansiedad ocasionada por la inclusión de tecnologías en el quehacer,
tiene que ver con la sensación de cambio, y exigirá desde nuevos aprendizajes y
rutinas, hasta otras formas de relacionarse con el entorno laboral, pues esas
herramientas facilitan la vida, pero también exigen ciertas habilidades para
poder utilizarlas.
Suelen impactar porque los empleados cometen más errores y, por lo
tanto, son más propensos a sufrir accidentes. Además de los padecimientos
derivados del estrés, el trabajador puede aislarse, o no incorporarse al uso de
los nuevos procesos.
El tecnoestrés no tiene que ver con la interacción con un aparato, a
menos que el fin de éste sea desplazar al individuo; aquí, precisó Gutiérrez
Alanís, la verdadera fuente de malestar es el proceso de adaptación.
La reacción que se tenga, abundó, dependerá de la familiaridad que se
tenga con las herramientas; las generaciones de jóvenes y niños ya están
incorporadas, pero la gente mayor suele no concebir la mejoría y simplificación
de un proceso.
Por ello, se debe desarrollar una labor eficiente de capacitación y
convencimiento; los empleados deben entender que la tecnología no es lo más
importante, sino un instrumento que enriquecerá, mejorará y, en muchas
ocasiones, facilitará su labor, concluyó.
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Foto 01.
Para lograr la inserción del
empleado en el uso de nuevas tecnologías, se debe hacer una labor de
capacitación y convencimiento, indicó