Boletín UNAM-DGCS-792
Ciudad
Universitaria
ANALGÉSICOS
ENDÓGENOS, CONTRA DOLOR CRÓNICO
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Investigadores de
·
Esa hormona, producida por el hipotálamo, tiene efectos sedantes
·
La terapia sería aplicable en casos de malestar intratable, crónico y
rebelde a medicamentos, y podría mejorar la calidad de vida del afectado
Aliviar dolores
neuropáticos producidos por la
compresión de nervios o por patologías como el cáncer terminal sería un gran
logro para mejorar la calidad de vida de los pacientes; por ello, integrantes
del Instituto de Neurobiología (INB) de
Con ello se podría
eliminar en buena medida el dolor. La propuesta terapéutica sería aplicable,
sobre todo, en casos de malestar crónico y rebelde a medicamentos, lo que no
sólo aliviaría el sufrimiento del afectado, sino de la familia y de las
personas que le rodean, disminuyendo así el estrés entre el personal médico de
los hospitales, señaló Miguel Condés-Lara, investigador del INB.
Explicó el
especialista que cuando se recibe un estímulo punzante, se activa una región cerebral
que alerta al organismo, al mismo tiempo se accionan mecanismos endógenos que
modulan la sensación desagradable y tratan de suprimirla.
Se produce analgesia
como un dispositivo homeostático para normalizar una alteración funcional, y el
hipotálamo es una de las estructuras más ligadas a esa autorregulación.
El científico recordó
que el dolor es una sensación que se da en la esfera de la conciencia, como una
alarma que se activa ante una agresión del medio ambiente, de lo contrario se
sufriría una patología denominada ausencia
congénita de dolor.
Precisó que por
fortuna, esa patología es escasa entre
"Quienes la
padecen no tienen la capacidad de reconocer las sensaciones desagradables que
provocan el dolor, pues el sistema nervioso está alterado. Viven pocos años y
sufren innumerables mutilaciones", expuso el universitario.
El dolor neuropático
El dolor de origen
neuropático puede ser causado por enfermedades y lesiones, como la mutilación
de un brazo o una pierna; "después de la amputación, aparece una sensación
de dolor llamada miembro fantasma,
que suele ser aguda", indicó Condés-Lara.
Sin causa aparente, la
ausencia de una extremidad provoca malestar persistente que, en muchos casos,
lleva a segundas o terceras intervenciones quirúrgicas. El dolor, en esta
situación, es crónico, con alta incidencia –50 a 80 por ciento–, entre la
población que ha sufrido una separación.
Cuando se registra
dolor, en el cerebro humano ocurre el mismo proceso que cuando se mira, se
escucha o se piensa.
Desde que se aplica el
estímulo –en la piel o la retina–, se dan cambios bioeléctricos que se propagan
a lo largo de las fibras nerviosas y en las comunicaciones neuronales
(sinapsis); los fenómenos que ocurren son similares, pero la diferencia de las
vías y las estructuras nerviosas que participan hacen que finalmente se
distinga y perciba el dolor.
Las vías sensoriales
conducen los estímulos hasta el cerebro; la información llega al tálamo, una
estructura con diferentes núcleos, donde se distribuyen las señales
bioeléctricas para conducirse después a la corteza somatosensorial.
Probablemente,
prosiguió, es entre esa corteza y el tálamo donde ocurre el fenómeno de la
conciencia; en ésta última estructura se reconocen sitios donde se indica en
qué parte del cuerpo se origina el estímulo, qué tipo de sensación es y, donde
se integra la percepción del dolor. En la unificación, el reconocimiento y la
integración del mensaje sensorial, también participan estructuras del sistema
límbico y de otras áreas corticales.
La oxitocina, un
analgésico natural
Cuando se tiene un
estímulo negativo que alerta al organismo también se activan mecanismos
endógenos que modulan la sensación desagradable.
Así, el núcleo
paraventricular del hipotálamo produce la hormona oxitocina, de efecto
analgésico, que puede ser secretada en dos vías: una hacia la hipófisis y el
sistema porta hipofisiario que se libera en sangre durante las contracciones uterinas
del parto y la secreción láctea.
Otra, del hipotálamo a
la médula espinal. "Ante una sensación desagradable, se activan las
células del núcleo paraventricular, lo que inhibe la información que llega a la
médula espinal y produce un efecto anestésico", indicó el académico.
De ahí que el grupo
del doctor Condés haya establecido la posibilidad de suministrar la hormona o
la activación de las estructuras hipotalámicas encargadas de secretarla para
incrementar su cantidad y efecto.
Aún faltan retos por
enfrentar, como lograr que esa sustancia atraviese la barrera hematoencefálica
que protege al sistema nervioso central. Sin embargo, los universitarios no
cejan en su esfuerzo para encontrar nuevas herramientas que les permitan un
mayor alivio a los pacientes que sufren dolores crónicos.
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Foto 01
El dolor es una sensación que se da en la esfera de la
conciencia, es una alarma ante una agresión del medio ambiente, indicó Miguel
Condés-Lara, investigador del INB de
Foto 02.
El investigador universitario, Miguel Condés-Lara, explicó
que ante el dolor, se activan mecanismos endógenos que lo modulan; entonces el
hipotálamo produce la oxitocina, una hormona de efecto analgésico.