12:30  hrs. 7 de Diciembre de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-768

Ciudad Universitaria

 

 

 

Irma Romero

 

Pie de foto al final del boletín

 

DESCUBREN UNIVERSITARIOS, COMPUESTOS CONTRA BACTERIA CAUSANTE DE GASTRITIS

 

·        La corteza del cuachalalate contiene alquilfenoles con actividad bactericida contra Helicobacter pylori, dijo Irma Romero, del Departamento de Bioquímica de la FM de la UNAM

·        Detienen el crecimiento y matan al microorganismo; se planea extraer antibióticos, como alternativa para el tratamiento de la enfermedad

·        Ese padecimiento puede degenerar en úlcera péptica o duodenal y, en menor porcentaje, en cáncer gástrico

 

La corteza del cuachalalate (Amphypteringium adstringens) no sólo contiene compuestos antiulcerosos y antinflamatorios, como ya se había demostrado, sino también otros que actúan contra el microorganismo Helicobacter pylori, principal causante de la gastritis crónica.

 

Un equipo multidisciplinario de científicos universitarios, encabezado por Irma Romero Álvarez, del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina (FM), descubrieron que esa planta, tradicional de la herbolaria mexicana, contiene sustancias con efecto bacteriostático (detiene el crecimiento de la bacteria) y bactericida (la mata); se piensa aislar dichos compuestos para probar su posible función como antibióticos, alternativos en el tratamiento de ese padecimiento.

 

 

Ese microorganismo es uno de los principales causantes de la gastritis crónica, que puede degenerar en úlcera gástrica o duodenal y, en menor porcentaje, en cáncer gástrico. También, se asocia con el linfoma MALT (Tejido Linfoide Asociado a Mucosas).

 

Las terapias existentes fallan en un 20 por ciento de los casos, principalmente porque las bacterias generan resistencia a los fármacos y, de ahí, la importancia de encontrar nuevos elementos que ayuden a los pacientes a superar el mal, dijo Romero Álvarez.

 

La incidencia de la gastritis en México se desconoce, pero se encuentra entre las 10 primeras causas de atención en el sector salud; además, se calcula que la prevalencia de personas con Helicobacter es de alrededor del 60 por ciento.

 

Eso no significa que esas personas desarrollarán el padecimiento, ni presentarán los síntomas de la gastritis –acidez estomacal y ardor–, o de la úlcera –sangrado, que de no tratarse puede provocar la muerte–; algunas vivirán con la bacteria sin problemas, aclaró.

 

En países y regiones industrializadas, como EU o Europa, el porcentaje de población con ese bacilo es menor, pues la incidencia depende de factores socioeconómicos que tienen que ver directamente con las condiciones sanitarias de la población.

 

La académica recordó que antes de 1983 se pensaba que la gastritis era producida por algún efecto físico, como el uso de medicamentos, café, alimentos irritantes, o estrés; entonces, el tratamiento consistía en la ingesta de antiácidos. Pero ese año se descubrió la presencia de Helicobacter, y ahora se sabe que el tratamiento debe incluir antibióticos.

 

No obstante, alertó que de no haber una sintomatología definida, no es recomendable destruir a la bacteria. “Parece ser que la presencia de Helicobacter protege del desarrollo de algunas enfermedades del tracto digestivo superior; entonces, sólo cuando haya síntomas graves de gastritis crónica activa o úlceras, entre otros, debe eliminarse”.

 

La herbolaria, tradición mexicana

En México, el uso de plantas medicinales proviene de la época prehispánica y permanece vigente; la población utiliza algunas para curarse de la gastritis.

 

Por ello, desde su tesis de licenciatura Israel Castillo, hoy estudiante doctoral, se ha dedicado a investigar "si ese conocimiento tradicional realmente tiene un efecto sobre Helicobacter".

 

En la nación, se han reportado alrededor de tres mil plantas de uso médico y, de ellas, unas 100 son destinadas para la gastritis, úlcera y trastornos del estómago. Hasta el momento, el equipo universitario ha analizado la acción de extractos acuosos y metabólicos de al menos 55, como epazote, árnica, silveria, hierba del cáncer y cancerina, contra Helicobacter; en 77 por ciento de ellas se ha detectado alguna actividad bactericida que va desde moderada a fuerte.

 

En el caso del cuachalalate, se han obtenido e identificado compuestos como terpenos, esteroles y alquilfenoles; los últimos son los responsables de la actividad antibacterial de la planta.

 

“Se hicieron mediciones de las concentraciones que logran ese efecto; se determinó que con 16 microgramos por mililitro de los también llamados ácidos anacárdicos, se inhabilita en un 100 por ciento el crecimiento del bacilo, y con una concentración mayor, muere en dos horas".

 

Las células de las bacterias expuestas a esos ácidos –según los resultados publicados en el Journal of Ethnopharmacology–, presentaron un efecto directo: su citoplasma y membranas se dañaron. Así, con ayuda de la técnica de microarreglos –que permite identificar qué genes del microorganismo se expresan al entrar en contacto con algún compuesto–, se pretende determinar su acción sobre el bacilo.

 

También se ha medido su toxicidad en linfocitos humanos y los compuestos han resultado inocuos. "Los efectos son prometedores y podrían llegar a ser antibióticos funcionales", aseguró la doctora en investigación biomédica básica (bioquímica) por la UNAM, e integrante del Sistema Nacional de Investigadores.

Asimismo, se planean iniciar, en este semestre, los experimentos in vivo, con modelos animales. El plan consiste en infectar a roedores –gerbos–, con la bacteria para determinar si los extractos de la planta y/o los compuestos aislados previenen la colonización y desarrollo de los síntomas propios de la enfermedad (gastritis, úlcera e, incluso, cáncer)

 

Para alcanzar los objetivos, se cuenta con la participación de expertos de los institutos de Biología y Fisiología Celular, así como de la Facultad de Química y del Centro de Investigación y Estudios Avanzados, del Instituto Politécnico Nacional.

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Foto 01.

 

En México, existen aproximadamente tres mil plantas medicinales; de ellas, unas 100 son destinadas a la gastritis, úlcera y trastornos del estómago, dijo Irma Romero, de la FM de la UNAM.

 

 

Foto 02

 

Cuando la bacteria Helicobacter pylori, causante de la gastritis, es expuesta a los ácidos anarcárdicos del cuachalalate, el citoplasma y membrana de sus células se dañan, explicó Irma Romero.