Boletín UNAM-DGCS-754
Ciudad Universitaria
Pie
de fotos al final del boletín
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Pintura, escultura y grabado, han cambiado al experimentar con nuevos
materiales y procesos, explican investigadoras de
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En Latinoamérica, el Taller de Esmaltes es precursor en el manejo de
diferentes materias vítreas
En los últimos 30
años, el diálogo de los artistas con los químicos se ha vuelto fundamental, pues
en la actualidad el material con el que se hace una obra, no es un elemento
externo, sino la obra misma, explicaron investigadoras de
Palabras como
oxidación, reducción, fundición, iones y enlaces covalentes, que normalmente se
utilizan en los laboratorios, han emigrado a los talleres de pintura, escultura
y grabado, señalaron las también docentes Leticia Arroyo,
Un ejemplo notable del
trabajo interdisciplinario entre ciencia y arte es el Taller de Esmaltes de
Las investigadoras
coincidieron en que las posibilidades de expresión de los artistas mexicanos se
han multiplicado, por la experimentación con materiales y procesos. El espectro
va desde el uso de pigmentos naturales extraídos de cochinilla o de la planta de
añil, hasta las posibilidades que ofrece el esmalte industrial.
En México, existe una
larga tradición en el estudio de los recursos plásticos. En el Códice
Florentino, que describe el comercio de los pueblos precolombinos, aparecen
pigmentos obtenidos de vegetales y animales. Posteriormente, se ha documentado
la elaboración de diferentes tipos de papel con fibras naturales, como el árbol
de amate.
En tiempos recientes,
el manejo de ácidos, alcalinos y cambios de temperatura, fueron usados para
entintar obras de arte, al igual que productos de consumo masivo, como la
mezclilla, cuyo color azul fue aportado, durante décadas, por la planta de
añil.
El trabajo de
experimentación química para el arte ha sido intenso desde mediados del siglo
20, pero se hizo robusto en las últimas tres décadas.
“David Alfaro Siqueiros
es una muestra de la importancia que tiene un material para un significado,
como la piroxilina. Él comenzó a trabajarla de manera experimental, y sus
trabajos aún se pueden ver en el museo Carrillo
Gil”, indicó Elia Morales.
La incorporación de
acrílicos, metales y vidrios, cada vez más frecuente entre los creadores, ha
obligado a que se acerquen a los químicos para conocer las posibilidades de
manipulación.
Al referirse a las
obras con fibras y pigmentos de origen vegetal, Leticia Arroyo habló del uso, hace
miles de años, de colorantes extraídos de la cochinilla (color rojo), la planta
de añil (azul), la flor de Dalia (anaranjado), y el Palo Brasil (guinda y
negro).
Ese conocimiento
empírico se ha perfeccionado con la investigación de universitarios, que no
sólo han mejorado las técnicas de obtención, sino además optimizaron el trabajo
de pigmentación en telas y papel por medio de mordentes, sustancias que ayudan
a la fijación de tintas naturales.
“La química siempre ha
ayudado y por eso los artistas plásticos deben entenderla” concluyó la
profesora.
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Foto 01
Palabras como oxidación, reducción, y fundición, han
emigrado a los talleres de pintura, escultura y grabado, dijo Leticia Arroyo,
de
Foto 02.
Desde hace miles de años, se extraen colorantes de
fibras vegetales; así, del Palo de Brasil, se obtiene el tono guinda y negro.
Foto 03
Un aporte del trabajo interdisciplinario entre ciencia
y arte es
Foto 04
La incorporación de acrílico, metal y vidrio en el
arte, ha obligado a los creadores a acercarse a los químicos, para conocer las
posibilidades de manipulación, señaló