12:30  hrs. 30 de Noviembre de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-754

Ciudad Universitaria

 

 

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LA QUÍMICA RENUEVA A LAS ARTES PLÁSTICAS

 

·        Pintura, escultura y grabado, han cambiado al experimentar con nuevos materiales y procesos, explican investigadoras de la ENAP de la UNAM

·        En Latinoamérica, el Taller de Esmaltes es precursor en el manejo de diferentes materias vítreas

 

En los últimos 30 años, el diálogo de los artistas con los químicos se ha vuelto fundamental, pues en la actualidad el material con el que se hace una obra, no es un elemento externo, sino la obra misma, explicaron investigadoras de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) de la UNAM, en la Facultad de Química (FQ).

 

Palabras como oxidación, reducción, fundición, iones y enlaces covalentes, que normalmente se utilizan en los laboratorios, han emigrado a los talleres de pintura, escultura y grabado, señalaron las también docentes Leticia Arroyo, Aurora Zepeda Guerrero y Elia Morales, quienes impartieron la conferencia Acercamiento Visual a los Procesos Plásticos Influenciados por la Química, en el marco del ciclo La ciencia más allá del aula.

 

Un ejemplo notable del trabajo interdisciplinario entre ciencia y arte es el Taller de Esmaltes de la ENAP, donde se practican 13 diferentes técnicas para manipular materias vítreas, coloreadas con óxidos metálicos. Este espacio, en el que se forma a alumnos de posgrado, es único en Latinoamérica, dijeron las especialistas.

 

Zepeda Guerrero, directora del Taller, detalló que una de las aportaciones ha sido la creación de la Esmaltografía, que permite hacer una estampa con una resina epóxica. Otras áreas de experimentación son los esmaltes industriales –a mil 200 grados centígrados–, y a baja temperatura –a 240 grados centígrados–.

 

Las investigadoras coincidieron en que las posibilidades de expresión de los artistas mexicanos se han multiplicado, por la experimentación con materiales y procesos. El espectro va desde el uso de pigmentos naturales extraídos de cochinilla o de la planta de añil, hasta las posibilidades que ofrece el esmalte industrial.

 

En México, existe una larga tradición en el estudio de los recursos plásticos. En el Códice Florentino, que describe el comercio de los pueblos precolombinos, aparecen pigmentos obtenidos de vegetales y animales. Posteriormente, se ha documentado la elaboración de diferentes tipos de papel con fibras naturales, como el árbol de amate.

 

En tiempos recientes, el manejo de ácidos, alcalinos y cambios de temperatura, fueron usados para entintar obras de arte, al igual que productos de consumo masivo, como la mezclilla, cuyo color azul fue aportado, durante décadas, por la planta de añil.

 

El trabajo de experimentación química para el arte ha sido intenso desde mediados del siglo 20, pero se hizo robusto en las últimas tres décadas.

 

“David Alfaro Siqueiros es una muestra de la importancia que tiene un material para un significado, como la piroxilina. Él comenzó a trabajarla de manera experimental, y sus trabajos aún se pueden ver en el museo Carrillo Gil”, indicó Elia Morales.

 

La incorporación de acrílicos, metales y vidrios, cada vez más frecuente entre los creadores, ha obligado a que se acerquen a los químicos para conocer las posibilidades de manipulación.

 

Al referirse a las obras con fibras y pigmentos de origen vegetal, Leticia Arroyo habló del uso, hace miles de años, de colorantes extraídos de la cochinilla (color rojo), la planta de añil (azul), la flor de Dalia (anaranjado), y el Palo Brasil (guinda y negro).

 

Ese conocimiento empírico se ha perfeccionado con la investigación de universitarios, que no sólo han mejorado las técnicas de obtención, sino además optimizaron el trabajo de pigmentación en telas y papel por medio de mordentes, sustancias que ayudan a la fijación de tintas naturales.

 

“La química siempre ha ayudado y por eso los artistas plásticos deben entenderla” concluyó la profesora.

 

 

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Palabras como oxidación, reducción, y fundición, han emigrado a los talleres de pintura, escultura y grabado, dijo Leticia Arroyo, de la ENAP, en la conferencia Acercamiento Visual a los Procesos Plásticos Influenciados por la Química.

 

Foto 02.

 

Desde hace miles de años, se extraen colorantes de fibras vegetales; así, del Palo de Brasil, se obtiene el tono guinda y negro.

 

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Un aporte del trabajo interdisciplinario entre ciencia y arte es la Esmaltografía, que permite elaborar estampas con resinas epóxicas, comentó Aurora Zepeda, directora del Taller de Esmaltes de la ENAP.

 

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La incorporación de acrílico, metal y vidrio en el arte, ha obligado a los creadores a acercarse a los químicos, para conocer las posibilidades de manipulación, señaló Elia Morales, de la ENAP.