Boletín UNAM-DGCS-722
Ciudad Universitaria
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Esos hábitats ocupan sólo 10 por ciento de la superficie
del planeta, pero almacenan, en plantas y suelos, una proporción considerable de
ese gas, dijo
Entre los cambios de los
ciclos globales que se presentan en la actualidad, uno de los más notorios es
el del carbono; desde el inicio de
Si se quiere realizar
esa tarea en ecosistemas terrestres, se debe hacerla en los más productivos
–como zonas tropicales–, pues son los que tienen la
capacidad de fijar mayor cantidad de ese elemento, señaló Julio Campo Alves,
investigador del Instituto de Ecología (IE) de
Los bosques tropicales, representan
sólo 10 por ciento de la superficie del planeta; no obstante, están vinculados
con más de un tercio de la productividad mundial y almacenan, en plantas y
suelos, una proporción aún mayor de ese químico, especificó en
El también integrante del Sistema Nacional de Investigadores, dijo que en el planeta se han producido transformaciones, incluso más notorias bajo la acción humana, como el caso del nitrógeno, cuya presencia casi se ha duplicado con la introducción de fertilizantes.
La transformación de diferentes componentes del sistema Tierra, ha llevado al cambio ambiental global, que ha generado modificaciones climáticas.
En el auditorio A de
La correlación entre el aumento de CO2 en la atmósfera y el calentamiento,
ha llevado a la modificación de otros componentes de
Los bosques tropicales estacionalmente secos
Julio Campo y su equipo se interesan en los bosques tropicales
estacionalmente secos, principal forma vegetal en el trópico, y un tipo de ecosistema
primordial en el país, sólo superado en superficie por los matorrales xerofitos.
Son los segundos de mayor extensión territorial en México, se
encuentran desde Baja California y Sonora, hasta Yucatán. El nombre se debe a
que son diferentes en la época de lluvias y en la de secas; en la primera, se
registra el crecimiento y la mayor captura de CO2.
Estos hábitats son menos
complejos que las selvas o bosques tropicales húmedos, pero al igual que éstos,
sufren deforestación. No sólo cambian los capitales de carbono, sino su
distribución, de ahí la importancia de entender cómo funciona su vegetación,
para maximizar la estrategia de captura de ese gas.
Desde hace más de una década, el investigador trabaja en los suelos ubicados
en la península yucateca, lo mismo que en pastizales y áreas henequeneras.
Ahí se realizan estudios de suelo, para conocer los factores que
podrían limitar la captura de dióxido de carbono, lo mismo que el efecto que
tendrá el cambio climático en las interacciones entre bioelementos y su tiempo
de residencia.
Si se desea desarrollar programas de captura de carbono en suelo, se
debe considerar que junto con un aumento de materia orgánica, hay un incremento
de emisiones de óxido nitroso, otro gas que contribuye al efecto invernadero,
concluyó.
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Foto 01.
El aumento de CO2
y el aumento de la temperatura, han modificado otros componentes de