Boletín UNAM-DGCS-672
Ciudad Universitaria
Aunque la caída del precio del petróleo (la mezcla mexicana) es una
buena noticia para la inflación internacional, es desfavorable para las
finanzas públicas nacionales, consideraron especialistas del Centro de
Modelística y Pronósticos Económicos (CEMPE), de
De acuerdo con el documento México 2008-2010. Ajuste de pronósticos
económicos macroeconómicos, del CEMPE, coordinado por el académico de esa
entidad, Eduardo Loría Díaz de Guzmán, prácticamente ha desaparecido el
excedente reciente derivado de los precios elevados del crudo, lo que
presionará de manera importante al presupuesto de los próximos años.
Por ello, se visualiza un escenario macroeconómico nacional negativo
para ese periodo que dependerá, en buena medida, de la evolución inmediata del
entorno económico. El Producto Interno Bruto (PIB), se mantendrá por debajo de
su tasa de crecimiento potencial, lo que afectará ingresos fiscales, desempleo
y salarios.
Así, se estima que para el presente año, México apenas alcanzará un
PIB de 1.62 por ciento, mientras que para 2009 y 2010 se reducirá a 0.55 y
0.83, respectivamente. Además, este 2008 sólo se generarán 404 mil 600 empleos,
por 320 mil 800 y 304 mil 600 en cada uno de los años siguientes.
La tasa de desempleo abierto será de 4.12 por ciento en el año en
curso, de cuatro en 2009, y 3.5 en 2010; el índice nacional de precios al
consumidor crecerá 5.52, 4.04 y 4.03 por ciento en estos tres años; en tanto
que la inversión extranjera directa ascenderá a 20 mil 770 millones de dólares,
18 mil 800, y 19 mil 700 millones de dólares, respectivamente.
El análisis del CEMPE, establece que los efectos negativos en empleo,
comercio, remesas e inversión ya se han comenzado a resentir. Asimismo, las
últimas semanas han sido turbulentas en prácticamente todo el mundo, pues los
movimientos erráticos, irracionales, especulativos y fenómenos de estampida,
han sido la característica.
Nunca como ahora, de acuerdo con el análisis, los gobiernos de los
países han reaccionado tan rápido y con políticas keynesianas ortodoxas, es
decir, con medidas monetarias y fiscales expansivas. Hasta ahora las visiones
neoclásica y monetarista no han permeado a los definidores de las políticas en
la materia.
Los regímenes y los bancos centrales han actuado de esa manera para
evitar lo ocurrido en la depresión de los años veinte (1929). De cualquier
modo, las fluctuaciones y salidas de capitales entre países e instituciones bancarias
han afectado saldos, operaciones con divisas, y reservas de prácticamente todos
los países.
En ese sentido, en la medida que la volatilidad disminuya –lo que
ocurrirá hacia los primeros meses de 2009, una vez que se tenga el resultado
electoral de EU, y que las naciones desarrolladas junto con los principales
tenedores de títulos de deuda estadounidense (países del Asia del Este),
definan una nueva estructura financiera internacional y queden claros los
términos de los rescates bancarios mundiales–, será posible tener mayor
claridad en cuanto a la evolución, a corto plazo, de las principales variables
macroeconómicas.
El documento sostiene que si bien se ha dicho que será crucial el resultado
electoral en el país vecino del norte, lo es aún más la estrategia del nuevo
gobierno, no sólo en materia económica y financiera, sino también diplomática
especialmente con China.
Además, para México serán determinantes ciertos factores: la evolución
de las remesas, el regreso de connacionales, el efecto del comercio que se
derive de las depreciaciones cambiarias y de la inseguridad sobre las variables
macroeconómicas, como turismo e inversión.
También, serán fundamentales los efectos de los ajustes fiscales de
Petróleos Mexicanos, en cuanto al manejo y régimen de los pidiregas, y la
soltura de la inversión pública, la evolución del precio del petróleo y de la
plataforma de exportación y, más aún, los resultados de las votaciones
intermedias del año entrante, consideró el estudio de los economistas.
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