06:00  hrs. 23 de Octubre de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-669

Ciudad Universitaria


Octavio Rivero Serrano

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LA MEDICINA NO ES UN NEGOCIO, SINO UNA PROFESIÓN HUMANÍSTICA

 

·        Se ha comercializado e industrializado porque algunas personas la consideran un comercio, destacó el coordinador del Seminario sobre Medicina y Salud, de la FM de la UNAM, Octavio Rivero Serrano

·        Hoy en día, a la población le da lo mismo ser o no derechohabiente, lo que busca es ahorrar dinero, dijo el investigador de la misma entidad, Andrés Aranda Cruzalta

·        La limitante de la medicina institucionalizada se da por la creciente demanda asistencial en los centros de salud, añadió Alfredo Estrada Avilés, coordinador del Programa de Salud Mental

 

La medicina se ha comercializado e industrializado porque existen personas que la han considerado un negocio, pero “están equivocados, pues esta profesión es absolutamente humanística”, aseguró el coordinador del Seminario sobre Medicina y Salud, de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Octavio Rivero Serrano.

 

En el Día del Médico, dijo que en la actualidad, el alto costo de la medicina se debe al crecimiento de los recursos destinados a la atención del enfermo, pues ha resultado atractivo para los inversionistas privados, que han construido grandes centros hospitalarios o compañías de seguros para obtener beneficios, añadió.

 

En el momento que exista una cobertura universal de salud gratuita, se acabaría con la idea de que este ejercicio profesional es una industria, consideró el ex rector de esta casa de estudios.

 

Se debe considerar que en México un sector de la población carece de recursos, que debe tener acceso a la atención pública sin costo, igualitaria y de calidad, destacó.

 

En ese sentido, se debe procurar el derecho a los servicios, de acuerdo con lo establecido en el artículo cuarto de la Constitución. “De nada sirve que exista la encomienda, si no es más que una declaración; el Estado debe brindar servicios de salud suficientes y extendidos para cualquier persona”, añadió.

 

Por ende, debe existir una cobertura universal que termine o, por lo menos, minimice el problema; la medicina privada seguirá existiendo, pero sólo será para quienes tengan recursos y quieran pagarla, abundó.

 

Los galenos no son responsables de la desvirtualización, pues la práctica médica actual no está sólo en manos de ellos, sino de gran cantidad de elementos que participan en su organización. “El profesionista no tiene la culpa del encarecimiento de los servicios médicos, ni de la tendencia hacia la industrialización”, expresó.

 

A su vez, comentó que la carrera de Medicina se ha vuelto cada vez más científica, pero planteó que no se debe perder el aspecto humanista. Los doctores mexicanos se caracterizan por tener esa condición y, por ello, deben contrarrestar esas tendencias, insistiendo en el aspecto solidario, apoyándose en los amplios recursos tecnológicos que permiten una mejor atención, sostuvo.

 

El origen del servicio médico en nuestro país

Por su parte, el investigador de la FM, Andrés Aranda Cruzalta, indicó la importancia de reflexionar sobre la relación médico-paciente, desde una perspectiva histórica, que enmarque no sólo este aspecto, sino también el de los pacientes. “Hoy en día, a la población le da lo mismo ser o no derechohabiente, lo que busca es ahorrar dinero”.

 

Después de la Revolución Mexicana, se empezó a trabajar en la aparición de un aparato de seguridad social que fuera más allá de la mera atención a la salud. Uno de los objetivos fue cambiar la concepción que se tuvo a lo largo del siglo XIX; quedó atrás la idea de que era un servicio de beneficencia o “regalo” del Estado. Ahora se ha convertido en una obligación, indicó el especialista en Historia y Filosofía de la Medicina.

 

Este hecho fue de suma importancia para la comunidad, porque se pugnó por el derecho a la salud; además, el concepto de seguridad social fue más profundo, pues incluye atributos culturales, de esparcimiento y derecho a vivienda, entre otros.

 

Otra particularidad es que durante años se ha realizado medicina de alto nivel en las instituciones a cargo de este aparato de seguridad social. La esencia de este modelo es de responsabilidad, lo que ha permitido el incremento de la cobertura, y una atención cada vez más justa, expuso.

 

Hoy, han aparecido nuevos modelos de atención como las grandes cadenas de farmacias que ofrecen consultas a precios económicos; laborar en esos lugares resulta un aliciente para los egresados, que muchas veces no cuentan con otras oportunidades, indicó.

 

Así, la falta de estímulos y la imposibilidad de un desarrollo profesional provocan que se desvirtúe el concepto de seguridad social.

 

La cobertura de medicina institucionalizada

En su oportunidad, el coordinador del Programa de Salud Mental del Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental de la Universidad, Alfredo Estrada Avilés, expresó que el problema radica en la pobre apertura de instituciones de esta naturaleza.

 

La limitante de la medicina institucionalizada se da porque cada vez aumenta más la demanda asistencial en los diferentes centros de salud; por ello, a últimas fechas, se ha presentado la medicina de prepago, vinculada con los seguros médicos, que también han invadido parte de esa relación médico-paciente.

 

Aunque se han hecho esfuerzos por extender la cobertura, no ha sido posible por el incremento de nuevas patologías entre la población mexicana; a lo anterior se aúna el desconocimiento de los lugares a donde se puede recurrir, lo que genera una inadecuada canalización, concluyó.

 

Datos de la OCDE

Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), señala que la oferta de hospitales en México es la más baja entre los países miembros, con sólo una cama para atender casos agudos por cada mil habitantes, y ocupa el segundo sitio más bajo entre las naciones integrantes, después de Turquía, en cuanto al número de médicos por la misma cantidad de pobladores.

 

El estudio añade que el personal de enfermería también es reducido con relación a otras regiones: 2.2 empleados por cada mil habitantes, en promedio, mientras que en el resto se reportan ocho.

 

En torno a los servicios hospitalarios, la OCDE describe que el Instituto Mexicano del Seguro Social, tiene el mayor número de instalaciones médicas, con casi 40 por ciento del total de camas del sector público.

 

El sector privado, por su parte, representa el 34 por ciento del total de camas de hospital en el país; de ese total, sólo 15 por ciento cuenta con más de 15 camas, y tres por ciento con más de 50; mientras que 27 por ciento son clínicas propiedad de médicos, con menos de cinco camas.

 

A su vez, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, indica que el nivel de gasto per cápita en la zona, que se destina al sector salud es de 438 dólares, inferior al promedio mundial de 640.

 

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Cuando exista una cobertura universal de atención a la salud gratuita, acabará la comercialización de la medicina, consideró Octavio Rivero, de la FM de la UNAM.

 

Foto 02

La falta de alicientes y la imposibilidad de un desarrollo profesional provocan que se desvirtúe el concepto de seguridad social, dijo Andrés Aranda, investigador de la FM.

 

Foto 03

Aunque se han hecho esfuerzos por una mayor cobertura, no ha sido posible por el incremento de nuevas patologías entre los mexicanos, señaló Alfredo Estrada, coordinador del Programa de Salud Mental.