Boletín UNAM-DGCS-662
Ciudad Universitaria
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CIENTÍFICOS DE LA
UNAM, PROYECTAN DETENER EL DESARROLLO DE LA EPILEPSIA
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Es
una anomalía en la actividad eléctrica cerebral, que va desde pequeñas
alteraciones en el comportamiento, hasta crisis convulsivas, explicó Miguel Condés-Lara, del INb
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El transporte axonal,
podría ser uno de los mecanismos responsables de la propagación de la afección,
añadió
El llamado transporte axonal
en el cerebro, podría ser uno de los mecanismos responsables de la propagación
de la epilepsia, y, por ello, investigadores del Instituto de Neurobiología (INb) de la UNAM, con sede en Juriquilla,
Querétaro, buscan estrategias para reducirlo.
El transporte referido
se incrementa y acelera el desarrollo de los episodios epilépticos, "eso
es lo que se pretende bloquear parcialmente, pues inhibirlo de manera total
impediría la función nerviosa", señaló Miguel Condés-Lara,
coordinador del equipo.
El padecimiento,
explicó, es una anomalía en la actividad eléctrica cerebral, que puede ir desde
pequeñas alteraciones en el comportamiento, como ausencia o pérdida momentánea
de la conciencia, hasta crisis convulsivas.
En la mayoría de los
casos no se puede precisar en qué región cerebral se produce. Es tan complejo
que, incluso, se debe hablar de las epilepsias con base en sus manifestaciones
y origen: estímulos luminosos, auditivos o emocionales intensos.
La incidencia del
padecimiento en el orbe es del tres por ciento, y en México las estadísticas,
realizadas por el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, arrojan
resultados semejantes, dijo.
En el Laboratorio de
Dolor y Epilepsia, dirigido por el doctor Condés-Lara,
se trabaja para conocer los mecanismos cerebrales que permiten la propagación
de la actividad epiléptica.
Para ello, se
estimulan áreas como la amígdala del lóbulo temporal, en animales
experimentales; “la idea es estudiar al organismo en su integridad, así se
posibilita analizar el comportamiento y se obtiene información sobre la
estructura y función del sistema nervioso”, añadió.
La incitación, que
dura un segundo, se repite diariamente. A los primeros estímulos no hay
respuesta conductual clara, pero después de cinco días de estimulación (un
segundo al día), el animal empieza a gesticular; al décimo sacude las patas y,
finalmente, al décimo quinto puede tener una crisis convulsiva generalizada,
como la que ocurre en los humanos. La valoración del transporte axonal, en las condiciones de la epilepsia está alterado.
“Con ello, se ha descubierto la importancia del transporte axonal
en la afección”, explicó.
Las células nerviosas
tienen un cuerpo o soma y dos tipos de prolongaciones. Una, por la que reciben
información: las arborizaciones dendríticas, y otra por la que la transmiten:
los axones. En el soma se generan sustancias indispensables para la
comunicación entre neurona y neurona (sinapsis); éstas se transportan por el
axón hasta la terminal sináptica, abundó el universitario.
En condiciones
normales, ese proceso interviene cuando se avisa al cuerpo celular que se
detenga, o que requiere mayor suministro de cierto precursor para
Para regular la
actividad se tendría que actuar sobre los microtúbulos –acarreadores,
sustancias que llevan los precursores para la transmisión neuroquímica–,
mediante los supresores; así, el transporte se daría en los límites de la
normalidad, destacó el neurocientífico.
Los avances de la
investigación, en la que colaboran el INb y el
Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, se han dado a conocer en
revistas internacionales como Neuroscience Letters y Brain Research.
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Foto 01
Los avances de la
investigación universitaria, entre ellos la gráfica de identificación de
neuronas de proyección con microscopia confocal, se
han publicado en revistas como Brain Research.
Foto 02.
En el Laboratorio
de Dolor y Epilepsia de la UNAM, se trabaja para conocer los mecanismos
cerebrales que se alteran y permiten la propagación de la epilepsia, dijo su
director, Miguel Condés-Lara.