13:00  hrs. 8 de Octubre de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-635

Ciudad Universitaria

 

Pie de foto al final del boletín

 

 

PRODUCE LA UNAM BIOCOMBUSTIBLES SUSTENTABLES Y AMIGABLES CON EL ENTORNO

 

  • A partir de desechos orgánicos y plantas no comestibles, investigadores del CIE, dirigidos por Sebastian Pathiyamattom, fabrican biodiésel, bioetanol y biogás
  • Con su uso, se evitaría la contaminación del agua y se reduciría, en un 20 por ciento, la emisión de gases de efecto invernadero, aseguró el experto

 

Ante el agotamiento del petróleo en México y en el mundo, investigadores del Centro de Investigación en Energía (CIE) de la UNAM, campus Morelos, proyectan optimizar el proceso de producción de biocombustibles (se derivan de la biomasa, integrada por organismos vivos o por desechos metabólicos) sustentables, amigables con el medio ambiente.

 

Así, el equipo de científicos, dirigido por Sebastian Pathiyamattom Joseph, ha logrado producir biodiésel, utilizando como materia prima aceite vegetal, hecho a base de soya, algodón, girasol y maíz, principalmente.

 

También podría obtenerse de las grasas de cocina que desechan restaurantes, o de plantas como el piñón de tempate –Jatropha curcas, no comestible, no requiere de gran cantidad de agua y abunda al sur de México–, la higuerilla, y la palma africana.

 

 

De igual manera, se produce bioetanol a partir del bagazo (subproducto o desecho del azúcar), y biogás (metano e hidrógeno) con los desechos de la fabricación del primero. “La idea es usar productos que no estén destinados al consumo humano”, señaló Pathiyamattom.

 

Materias primas

Para optimizar la elaboración de biocombustibles, se estudian las materias primas idóneas. “Deben ser productos o subproductos orgánicos no comestibles, que pueden obtenerse en la misma región donde se va a fabricar el biodiésel, bioetanol, metano e hidrógeno; además, los desechos deben ser reciclables”, puntualizó el investigador.

 

A la par, se estudian los procesos sustentables. A nivel bioquímico se analizan las enzimas necesarias, los catalizadores efectivos, y se ve la manera de optimizar el proceso de lavado, como parte de la síntesis de los combustibles biológicos.

 

“Los biocombustibles son caracterizados físico-químicamente, para determinar si cumplen con los estándares internacionales; se ha observado que su rendimiento es semejante al de los combustibles convencionales, y su ignición es más limpia”, sostuvo.

 

Esas pruebas se han realizado sólo en laboratorio; la siguiente fase, que comenzaría en un año, consiste en elaborar entre 400 y 500 litros a nivel de planta piloto y, después, con el apoyo de alguna empresa, producirlo a gran escala para su comercialización.

 

El proceso para la obtención de biogás a partir de los desechos del bioetanol es más sencillo; se desarrolló un biodigestor que aprovecha la parte energéticamente útil de los residuos. “Ahora se optimiza el proceso para escalar el sistema y producir metano e hidrógeno”, acotó.

 

Reducción de gases contaminantes

El biodiésel se puede usar como aditivo, o sustituto en camiones con motor diesel. En su estado puro es completamente biodegradable y no tóxico; además está libre de azufre y de compuestos químicos aromáticos.

En su producción, se usan catalizadores (mezcla de metanol con una solución de hidróxido de sodio) para romper las moléculas (ésteres) de los aceites que sirven como materia prima. La aleación se deja reposar una hora a 60 grados centígrados, luego se lleva a cabo el proceso de separación y lavado para obtener biodiésel y glicerina.

 

El bioetanol, por su parte, es apto para mezclarse con gasolina, o sustituirla para su uso en automóviles. Para su proceso se debe fermentar el bagazo de la caña de azúcar y después destilarlo.

 

Si se generalizara la producción industrial y la comercialización de estos biocombustibles, no sólo se evitaría la contaminación del agua, también se reduciría, en un 20 por ciento, la emisión de gases de efecto invernadero, aseguró el experto.

 

“Habrá que esperar a que lleguen al mercado mexicano los flex-fuel, vehículos que utilizan mayor proporción de combustibles biológicos, en relación con el consumo de gasolina convencional”, concluyó.

 

En México se han montado, a nivel industrial, plantas de biodiésel y bioetanol en Chiapas y Nuevo León, y otra de bioetanol está por concluirse en Sinaloa.

 

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Foto 1 .

Científicos de la UNAM han logrado producir combustibles biológicos, utilizando como materia prima aceite vegetal, hecho a base de soya, algodón, girasol y maíz, principalmente.

 

Foto 2

El Centro de Investigación en Energía de la UNAM cuenta con una planta de biodiésel; a nivel industrial, se han instalado otras en Chiapas y Nuevo León.