Boletín UNAM-DGCS-627
Centro Cultural Universitario Tlatelolco
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final del boletín
EL 68, UN
MOVIMIENTO DE MASAS EN PRO DE LOS DERECHOS HUMANOS
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Fue una búsqueda organizativa de la sociedad civil, aseguró en el CCUT
de
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No fue un levantamiento unificado, pues sólo encontró consenso en
marchas, en el duelo por el dos de octubre y en las protestas, dijo el escritor
mexicano
El del 68 fue un movimiento de masas contra el autoritarismo, en favor
de los derechos humanos, y una búsqueda organizativa de lo que después se
llamaría sociedad civil, aseguró en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco
(CCUT) de
En el marco de la conmemoración de los 40
años del Movimiento Estudiantil del 68, el escritor mexicano señaló que al examinar el levantamiento, desde la
perspectiva actual, se identifica que fue en pro de la
justicia de cada persona. Más que un enfrentamiento político, fue de
reivindicación de las garantías individuales.
Al dictar la ponencia 1968, la herencia en busca de herederos, agregó que la exigencia del cumplimiento
de esos derechos fue un legado del Movimiento. “Si se lee con claridad el
pliego petitorio del Consejo Nacional de Huelga, se observa a simple vista la demanda
de respeto”, reiteró.
Sin embargo, detalló, el 68 es todo menos un movimiento unificado; sólo
encontró consenso en marchas, en la resistencia al autoritarismo, en el duelo
por el dos de octubre; las variaciones que se han dado son extraordinarias.
“Las marchas, que se empiezan a ver con mayor claridad en 1978, son rituales y,
con el tiempo, va disminuyendo la información específica del acontecimiento”,
apuntó.
Frente a estudiantes, académicos y público en general, el autor de Días de guardar y Amor perdido, expuso que una de las proezas posteriores a 1968, fue
apartar esa fecha de la noción del sacrificio-ritual, y colocarla en el centro
de la demanda de los derechos humanos. “Extraerlo de la maraña simbólica y
colocarlo como un agravio brutal y desmedido, es una de las victorias que se ha
concretado en estos años”.
En el aula Magna del CCUT, Monsiváis recordó
que los estudiantes de esa época no se consideraban representantes de la
exigencia del diálogo, sino de la resistencia al autoritarismo; por ello,
demandaron al presidente en turno el reconocimiento mutuo, para poner fin al
monólogo.
Relató que nunca se cantó el Himno Nacional tantas veces como en los
días del 68. No era un refrendo patriótico, ni demagogia, sino el revestimiento
de lo que se consideraba propio, un grito para decir “no nos van a expulsar de la
nación”.
El cuestionamiento del 68 fue: ¿puede una movilización, basada en
argumentos racionales, en la resistencia a hechos oprobiosos, en el deseo del
ejercicio de las libertades y de la ciudadanía, tener éxito; o está condenada
al fracaso, a la manipulación, y al aplastamiento?
“La respuesta aún no es clara. Estoy convencido que esa pregunta,
contestada de un modo tan dramático como en el 68, hoy es esencial”, concluyó.
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Foto 01
En el 68, entonar
el Himno Nacional no era un refrendo patriótico ni demagogia, sino el
revestimiento de lo que se consideraba propio, puntualizó Carlos Monsiváis, en el CCUT de
Foto 02.
En el marco de la
conmemoración de los 40 años del Movimiento Estudiantil del 68, el escritor
mexicano, Carlos Monsiváis, dictó la conferencia l968,
la herencia en busca de herederos.