06:00  hrs. 20 de Agosto de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-531

Ciudad Universitaria

 

 

 

Mauro Valdés Barrón

 

Pie de fotos al final del boletín

 

CRECIENTES, LOS RIESGOS CANCERÍGENOS POR LA SOBREEXPOSICIÓN SOLAR

 

·        En México podría convertirse en un problema de salud pública, consideró Mauro Valdés Barrón, del IGf de la UNAM

·        Es la segunda causa de mortandad por carcinoma, sólo después del cérvico-uterino, señaló

·        Los rayos UVA favorecen el envejecimiento de la dermis y los UVB contribuyen a la formación de tumores

 

La exposición indiscriminada a los rayos del sol ocasionan daños que van desde quemaduras leves hasta cáncer en la piel; puede convertirse en el país en un problema de salud pública, consideró el académico del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, Mauro Valdés Barrón.

 

Por seguir modelos o estereotipos, algunas personas desean lucir bronceadas, y en su intento por lograrlo, actúan de manera irresponsable. Pero la situación no es sólo resultado de esa condición, pues los campesinos son quienes más padecen quemaduras, por la prolongada exposición a los rayos ultravioleta A (UVA).

 

Según estadísticas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), las consultas por daño en la piel en los últimos 10 años aumentaron 25 por ciento; en esta misma década, el cáncer cutáneo se incrementó 13 por ciento, y pasó a ser la segunda causa de mortandad por carcinoma, sólo después del cérvico-uterino, refirió.

 

En el auditorio Tlayolotl del IGf, Valdés Barrón comentó que los rayos UVA contribuyen al envejecimiento de la piel, mientras que los UVB (ultravioleta B) tienen efectos nocivos, pues ocasionan la aparición de cataratas como respuesta a esta radiación o también producen cáncer en la epidermis por la radiación de alta frecuencia, que llega hasta las células y descompone las cadenas del ADN.

 

Pero no todo es negativo en los UVB, pues ayudan a sintetizar la vitamina D, que previene diversos tipos de cáncer, diabetes, tuberculosis, y enfermedades cardiacas, además de auxiliar en la fijación de calcio en los huesos, dijo en la conferencia ¿Y para el bronceado? La radiación solar.

 

Dentro del espectro solar, explicó el especialista, existen diferentes longitudes de onda como la ultravioleta, la luz visible y el cercano infrarrojo, cuyas funciones son importantes en materia climatológica, pues proveen de energía a fenómenos atmosféricos y biológicos, como huracanes, tornados, la evaporación de agua y los vientos; también son esenciales para la fotosíntesis.

 

La radiación solar, prosiguió, es la energía proveniente del Sol que llega a la superficie de la Tierra, en forma de ondas electromagnéticas, que van desde una millonésima de nanómetro, hasta cientos de kilómetros.

 

Para fines fisiológicos, la radiación solar ultravioleta puede dividirse en tres ventanas espectrales, una es la ultravioleta banda C o UVC, que mide desde 100 a 280 nanómetros; la ultravioleta banda B o UVB, de los 280 a los 315, y la UVA, de los 315 a los 400 nanómetros.

 

Los rayos UVC son absorbidos por la capa de ozono y el oxígeno, y no logran llegar a la superficie de la Tierra; los UVB también interaccionan con la capa de ozono, y una parte tiene contacto con el planeta, y los UVA se desgastan poco en el transcurso, así que la mayoría toca la superficie, indicó.

 

Finalmente, sugirió crear programas precautorios y campañas informativas, para fomentar una cultura de la prevención.

 

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El académico del Instituto de Geofísica de la UNAM, Mauro Valdés Barrón, dijo que la exposición indiscriminada a los rayos del sol se puede convertir en un problema de salud pública.

 

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La constante exposición a los rayos del sol ocasionan daños que van desde quemaduras leves hasta cáncer en la piel, señaló el integrante del Instituto de Geofísica de la UNAM, Mauro Valdés Barrón.