Boletín UNAM-DGCS-526
Ciudad Universitaria
Pie de fotos al
final del boletín
CONSIDERAN A LOS
PRIMATES JARDINEROS DE
·
Contribuyen a la regeneración del
ecosistema, afirmó Alejandro Estrada, investigador de
·
Los ecosistemas donde no hay monos por
captura, caza o extinción, tienen pocas posibilidades de recuperarse, dijo
·
El tráfico ilegal contribuye a la extinción;
90 por ciento de las crías aprisionadas mueren en la ruta
Los primates actúan como jardineros
de la selva, pues contribuyen a la regeneración del ecosistema, en especial de
las especies primarias de árboles, afirmó Alejandro Estrada Medina,
investigador de
De hecho, los hábitats donde no hay monos por captura, caza o
extinción, tienen pocas posibilidades de recuperarse, pues "no hay nadie
que disperse las semillas", dijo.
Hay frutos que los simios consumen y que no comen otros animales que
comparten el dosel –unión de las copas de los árboles–, como aves y mamíferos;
por ello, hay especies vegetales que no se podrían regenerar sin la presencia
de ellos, señaló.
Los primates viven en grupos sociales permanentes de 10 ó más
individuos; son nómadas, se mueven todos los días en amplias áreas selváticas,
se alimentan de frutos y, mediante las heces, transportan las semillas a
cientos de metros.
"Al defecar dispersan las simientes que, si no fuera así, serían
comidas por depredadores o se pudrirían, pues no tienen oportunidad de competir
por luz y nutrientes con el árbol progenitor”, explicó.
Se estima que el 80 ó 90 por ciento de los gigantes de la selva emplean
la ayuda de los frugívoros, incluyendo los monos, para germinar con éxito a
largas distancias, donde hay menor densidad de semillas y la posibilidad de
brotar es mayor.
Aunque mueven los genes de las plantas, la conservación de los primates
está en focos rojos, por el mal estado de su ecosistema, la deforestación, la
cacería furtiva y el tráfico de crías, destinadas a convertirse en mascotas,
alertó el investigador de la estación de biología tropical Los Tuxtlas, y
precursor en México en el estudio de simios en estado silvestre.
Para atrapar a un
pequeño, resaltó, es necesario matar a la madre, y al hacerlo se acaba la
fuente de producción. Luego la supervivencia baja entre el momento de la
captura y el traslado al lugar de venta, pues la falta de leche y el estrés
provocan enfermedades mortales. Aproximadamente, el 90 por ciento de las crías en
cautiverio fallecen en ruta.
De las tres especies de primates que habitan en el país, expuso
Alejandro Estrada, el aullador de manto y el mono araña son de distribución
amplia; se encuentran desde México hasta Centroamérica, en el primero caso, y
hasta Colombia y Ecuador, en el segundo.
Por su parte, el mono aullador negro tiene una distribución
restringida, el 80 por ciento de su población está en la península de Yucatán,
al norte de Chiapas, y al sur de Tabasco; el resto se ubica en Guatemala y
Belice.
Luego de décadas de trabajo y estudios en Veracruz, Chiapas, Tabasco y
la península de Yucatán, el científico universitario y su equipo han avanzado
en el conocimiento de los primates, su tamaño, ubicación, conducta,
reproducción, y documentación de las plantas que les sirven de alimento.
“Si podemos fundamentar lo que necesitan, sabremos si las reservas son
suficientes, o si se pueden encontrar otros sectores que, reforestados de
manera adecuada, sirvan para el repoblamiento”, concluyó.
—o0o—
FOTO 01
El integrante del IB de
FOTO 02.
Luego de estudiar a los primates en
Los Tuxtlas, Veracruz, y en otros lugares, el integrante del IB de