13:00  hrs. 13 de Agosto de 2008

  

Boletín UNAM-DGCS-517

Ciudad Universitaria

 

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EL MOVIMIENTO DEL 68 NO FUE PRECURSOR DE LA DEMOCRATIZACIÓN EN MÉXICO

 

 

El movimiento del 68 no fue precursor de la democratización de México y tampoco fue sólo una corriente estudiantil, sino ciudadana, consideró el académico de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM, Bolívar Echeverría Andrade.

 

En la conferencia que dictó en el auditorio Alfonso García Robles, del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, con motivo del 40 aniversario del movimiento, señaló que debe ser discutida la idea, que han tratado de vender, en el sentido de que la rebelión fue un adelanto de la presunta democratización de México en los últimos decenios.

 

Más que precursor, mostraba una fase negativa y oscura que debía tomarse en cuenta, dijo. En el 68, el Estado capitalista clausuró el tipo de democracia moderna, de la que se había servido desde la Revolución Francesa; había un modo de hacer política, que se prolongaba con dificultad después de la Segunda Guerra Mundial, y que de alguna manera quedó clausurada en los años sesentas.

 

En ese sentido, ocurrió un cambio radical en la historia de la democracia occidental; por ello, los sucesos del 68 no son sólo el inicio de las nuevas prácticas liberales, sino un “fenómeno negativo”, indicó el también investigador de la FFyL.

 

Acompañado de Álvaro Vázquez Mantecón, uno de los curadores de la muestra Miradas al 68. Impacto del Movimiento Estudiantil en la cultura mexicana, recordó que en la política manejada desde la Revolución Francesa el discurso racional tenía una función protagónica. “Se daba la confrontación de propuestas que influían decisivamente en la vida pública; las ideas eran fundamentales para guiar a las repúblicas”, acotó.

 

Sin embargo, destacó, a partir de los años sesentas se transformó la manera de hacer política, en la llamada “democracia directa de la sociedad civil, compuesta por las aglomeraciones de burgueses con poder”. Entonces ya no se discutían los pensamientos, sólo se aplicaban los designios de los capitalistas.

 

El movimiento, reiteró, no fue sólo estudiantil, sino ciudadano, y aunque la vinculación no es muy clara, existe una relación entre los sueños y los deseos de la sociedad en general. Esto se da porque la población se vio agraviada por las medidas gubernamentales y “esas heridas, que estaban allí sin poder expresarse, agrandaron la simpatía por la rebelión”.

 

“Los ciudadanos inconformes vieron en los jóvenes el reflejo de su malestar y, por ello, dieron su apoyo total”, apuntó.

 

En Europa, los escolares tuvieron una reprimenda brutal, pero en México fue sangrienta. “Lo que es festivo en el primer mundo, en el tercero es trágico. La impugnación que hicieron los estudiantes mexicanos fue mucho más peligrosa”, consideró.

 

Para concluir, destacó que el concepto de juventud es un invento de la posguerra de los años cincuenta y sesentas y estuvo relacionado de manera directa con la idea productivista, donde los años de mozos deben ser de transición rápida. “El adolescente es un niño que ha crecido, y debe pasar lo más rápido posible a ser un adulto”.

 

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El movimiento del 68 no fue sólo una corriente estudiantil, sino ciudadana, consideró el académico de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Bolívar Echeverría Andrade.